El Español.- España se mantiene en el puesto 29 de 180 en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2020 de Reporteros Sin Fronteras (RSF), que alerta de un clima de «polarización creciente y falta de transparencia» en nuestro país.
RSF explica que la pandemia de Covid-19 ha puesto fin a «tres años de considerable violencia física contra periodistas por parte de la policía» debido al conflicto catalán y al auge de la «extrema derecha», en referencia a Vox.
El informe que anualmente elabora RSF destaca que «el clima de polarización que persiste, y que incluso se intensifica en la vida política y en el posicionamiento de los medios de comunicación desde la llegada al poder de la coalición del PSOE y Unidas Podemos, está erosionando la confianza de la sociedad en los periodistas y refuerza el discurso de odio contra la prensa».
En este punto Reporteros Sin Fronteras denuncia que Vox «agita el odio» contra los periodistas, algo que preocupa porque es un partido que está en el poder en varias comunidades autónomas. Apuntan, además, que «Vox insiste en su estrategia de estigmatizar a los periodistas ‘enemigos’, endurece sus maniobras de acoso en internet y de intimidación, y prohíbe a los periodistas la cobertura de sus eventos».
RSF también sostienen que,»en el último año, los periodistas han criticado la falta de transparencia» del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su Ejecutivo, así como «la hostilidad de Unidas Podemos y su líder, Pablo Iglesias, contra determinados medios y reporteros».
«La profesión se mostró especialmente preocupada por las ruedas de prensa en las que no era posible formular preguntas, o solo preguntas validadas previamente por el Ejecutivo, por las medidas adoptadas contra la desinformación y por las trabas impuestas a los periodistas que cubrían la llegada de migrantes a suelo español», subraya.
Además, ha destacado que esta falta de transparencia «se vio agravada por el estado de emergencia, el confinamiento draconiano y las feroces restricciones aplicadas en España durante los primeros meses de la pandemia». «Los periodistas han tenido que luchar por cubrir la trágica realidad de los hospitales y las morgues, así como para obtener cifras fiables y coherentes, a menudo calculadas de forma independiente y sin ayuda del Gobierno», ha recalcado.
Ránking: Noruega, líder
La clasificación sitúa a Noruega en el primer puesto, seguida por Finlandia, Suecia y Dinamarca, en lo que RSF describe como un «modelo nórdico». En total, sólo 12 países de los 180 analizados, el 7%, cuentan con un entorno favorable para la información, un grupo en el que también figuran Costa Rica, Países Bajos, Jamaica, Nueva Zelanda, Portugal, Suiza, Bélgica e Irlanda.
Sin embargo, del mismo ha salido Alemania debido a las agresiones contra periodistas por parte de «manifestantes cercanos a movimientos extremistas y conspirativos durante las manifestaciones contra las restricciones sanitarias».
España, junto a Namibia
En el grupo en el que la situación es «más bien buena» figuran Alemania, Canadá, Estonia, Islandia, Austria, Uruguay, Surinam. Luxemburgo, Samoa, Letonia, Liechtenstein, Namibia, Australia, Chipre, Cabo Verde, Lituania, España, Ghana, Trinidad y Tobago, Sudáfrica, Reino Unido, Francia, Eslovaquia, Eslovenia, Burkina Faso, Botsuana, Andorra, República Checa, Italia, Corea del Sur, Taiwán, Estados Unidos, la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECO), Tonga, Papúa Nueva Guinea y Rumanía.
Por su parte, en la franja con «problemas significativos» aparecen Senegal, República Dominicana, Guyana, Seychelles, Belice, Chile, Fiyi, Croacia, Madagascar, Bosnia y Herzegovina, Níger, Georgia, Mauricio, Malaui, Armenia, Polonia, Bután, Costa de Marfil, Japón, Mongolia, Argentina, Grecia, Timor Oriental, Maldivas y Túnez.
A ellos se suman Togo, Sierra Leona, Norte de Chipre, Panamá, Kosovo, Kirguistán, Hong Kong, Malta, El Salvador, Albania, Comoros, Gambia, Israel, Haití, Lesoto, Moldavia, Macedonia del Norte, Perú, Hungría, Serbia, Mauritania, Guinea-Bissau, Ecuador, Ucrania, Liberia, Malí, Paraguay, Etiopía, Kenia, Angola, Montenegro, Kuwait, Nepal y Líbano.
El peor: Eritrea
En situación «difícil» están Mozambique, Guinea, Bolivia, Brasil, Bulgaria, Indonesia, Benín, Zambia, Guatemala, Gabón, Congo, Malasia, Nigeria, Nicaragua, Afganistán, Chad, Tanzania, Uganda, República Centroafricana (RCA), Sri Lanka, Qatar, Jordania, Zimbabue, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Territorios Palestinos Ocupados, Omán, Colombia y Camerún.
Junto a ellos figuran Marruecos/Sáhara Occidental, Tailandia, Filipinas, Sudán del Sur, Birmania, Esuatini, India, México, Camboya, Pakistán, Argelia, Burundi, Venezuela, República Democrática del Congo (RDC), Rusia, Honduras, Bangladesh, Turquía, Brunéi, Kazajistán, Ruanda, Uzbekistán, Bielorrusia y Sudán.
Por último, en situación «muy grave» figuran Singapur, Somalia, Tayikistán, Irak, Guinea Ecuatorial, Libia, Egipto, Azerbaiyán, Bahréin, Yemen, Arabia Saudí, Cuba, Laos, Siria, Irán, Vietnam, Yibuti, China, Turkmenistán, Corea del Norte y Eritrea.