Confilegal.- IMPUTA A AMBAS UN DELITO DE ODIO, A UNA DE ELLAS TRES DELITOS DE LESIONES Y UNO DE DESOBEDIENCIA, Y A LA OTRA ACUSADA UNO DE LESIONES Y OTRO DE DESOBEDIENCIA
La Fiscalía Provincial de Madrid pide un año y cinco meses de prisión para dos mujeres por dirigirse en tono “burlesco” y movidas por su “intolerancia” hacia una mujer de origen extranjero que viajaba en el metro junto a su hijo de cuatro años.
Responden a las iniciales de N. Á. C. y A. H. R., sin antecedente penales la primera y con antecedentes penales no computables a efectos de reincidencia la segunda.
El Ministerio Público acusa a A. H. R. de ser coautora de un delito de odio, del artículo 510.2 a) del Código Penal, autora de dos delitos leves de lesiones, coautora de otro delito leve de lesiones, y autora de un delito de desobediencia.
A la otra acusada, N. Á. C., le imputa ser coautora del delito de odio, coautora de un delito de lesiones y autora de un delito de desobedicencia.
Apunta que concurre en ambas la atenuante de embriaguez.
El juicio está señalado para el próximo martes en la Audiencia Provincial de Madrid (Sección 30ª).
Según relata la Fiscalía en su escrito de acusación, el 17 de abril de 2018, sobre las 19:00 horas, las acusadas se encontraban en la Línea 3 del Metro Ligero de Madrid y “movidas exclusivamente por sus prejuicios, por el desprecio y su intolerancia hacia las personas de origen extranjero”, se dirigieron en tono “burlesco, de menosprecio y agresivo” a una pasajera de nacionalidad venezolana que viajaba en el mismo vagón con su hijo de cuatro años.
Expone que las acusadas se dirigieron a la víctima en los siguientes términos: “Mira la extrajera asquerosa”, “va ocupando dos sitios”, “yo me quiero sentar”. “a ver si ésta quita la cosa esa (refiriéndose al niño) que va ocupando asiento ella, él y encima mete el carro en el vagón”.
La Fiscalía explica que la mujer venezolana no contestó a las “provocaciones” y que, pese a ello, las acusadas continuaron profiriendo frases despectivas como “debe de ser rumana porque no se entera de nada”, “estoy que me meo. No aguanto más, pues puedes mear el carrito del niño, jaja”; “es buena idea, lo mismo me meo en el carro. “¡qué asco de inmigrantes”, “cada vez que viajo por la mañana el metro está lleno de negros y extranjeros de mierda”.
Afirma que cuando la mujer iba a bajar del vagón en una parada, llevando cogido el carrito donde llevaba a su hijo, A. H. R. la agarró por detrás, “dándole un fuerte tirón del pelo y zarandeándola mientras le decía puta extrajera, teniendo que ser ayudada por otras personas para evitar que cayera al suelo y para poner fin a dicha agresión”.
Añade que esta situación fue presenciada por una agente de la Policía Nacional fue testigo de la agresión, que se identificó a las acusadas como policía, «a fin de que cesaran en su agresión y comportamiento violento», y que recibió como contestación: “Negra de mierda, me das asco, vete a tu país, no me da miedo que seas policía”, lo que provocó que la agente pidiera refuerzos.
Indica que que también había presenciado los insultos y las agresiones, se interpuso entre ambas acusadas, lo que provocó que A. H. R. le arañara en el cuello y le mordiera en el dedo pulgar de la mano izquierda, “mientras que N. A. C. se lanzaba contra él propinándole múltiples golpes en la cabeza con una lata de cerveza”.
La Fiscalía señala que a la vista de «la agresividad y de la situación creada», un vigilante de seguridad del Metro intentó impedir que las acusadas abandonaran el lugar, siendo agredido por A. H. R. “quien le golpeó en la cara intentando arañarle los ojos y con patadas en las piernas, así como un mordisco en el dedo mientras le decía maricón de mierda, hijo de puta, cobarde, no tienes huevos a pegarme”.
Hasta el lugar de los hechos se desplazaron dos Indicativos de Policía Nacional, ante los que las acusadas «continuaron desplegando una actitud violenta».
Siempre según el relato del Ministerio Fiscal, N. A. C., mientras un gente intentaba tranquilizarla y le pidió su documentación, le espetó: “Quien coño os ha llamado, aquí no pintas nada”, “no te voy a dar nada, que te den por culo maricón”.
Mientras, otro agente trataba de tranquilizar a A. H. R., «quien cada vez más agresiva se negó reiteradamente a identificarse».
Como consecuencia de la agresión sufrida, la pasajera venezolana tuvo cervicalgia; otro pasajero, heridas superficiales en mano derecha, y el vigilante de seguridad tuvo lesiones consistentes en múltiples policontusiones y mordedura en pulgar izquierdo.
LA PETICIÓN DE PENA
Para A. H. R. pide por el delito de odio un año de prisión, una multa de 1.620 euros y una pena de inhabilitación especial durante un plazo de cinco años para profesión u oficio educativo, en el ámbito docente, deportivo y de tiempo libre. Además, reclama que se le imponga una multa de 270 euros por cada uno de los tres delitos leves de lesiones, y por el delito de desobediencia, cinco meses de prisión.
Para N. Á. C. solicita por el delito de odio otro año de cárcel e igual inhabilitación para profesión u oficio educativo, y una multa de 1.620 euros; una multa de 270 euros por el delito leve de lesiones, y cinco meses de cárcel por el delito de desobediencia.
En concepto de responsabilidad civil, pide que A. H. R. indemnice a la pasajera que iba con su hijo con 50 euros por el día que tardaron en curar sus lesiones y al vigilante con 200 euros por los tres días que tardaron en curar las suyas.
Además, reclama que las dos acusadas indemnicen conjunta y solidariamente a la pasajera venezolana con 500 euros por el daño moral inferido, a la agente con otros 500 euros por el daño moral inferido, y al otro pasajero citado con 100 euros por los dos días que tardaron en curar sus lesiones.