- Un grupo apedreó el local tras agredir en la calle a un menor, que sufrió una fractura del tabique nasal
- Los asaltantes reventaron los cristales del inmueble de la Generalitat y destrozaron parte del mobiliario
- El Govern considera los ataques de «intolerables» y los ha denunciado a los Mossos
El Periódico.- Un centro de acogida de menores migrantes de la Generalitat vuelve a vivir un ataque racista. Esta vez las víctimas han sido 15 adolescentes que viven en un centro de Torredembarra (Tarragonès). Los agresores arremetieron contra un adolescente, a quien fracturaron la nariz, y causaron varios destrozos en el centro, mientras proferían insultos racistas. El Govern ya ha denunciado los hechos a la policía y los considera «intolerables». Por el momento, no hay ningún detenido pero no se descarta que grupúsculos fascistas estén detrás del incidente.
Todo empezó con una concentración pacífica a las 20 horas en la plaza de Mossén Joaquim Boronat, ubicada en el centro de la población. Decenas de vecinos se concentraron para protestar contra la inseguridad que, dicen, vive la población. Un grupo de estos manifestantes se dirigió hacia la calle de las Mimosas, a unos 300 metros. Allí se encuentra un piso okupado por personas adultas, algunos migrantes, según explican fuentes municipales y de los Mossos d’Esquadra. Los manifestantes presentes en el lugar profirieron varios insultos racistas, pero no pudieron acceder a la vivienda dado que varios agentes de los Mossos se lo impidieron.
Refugiado en una biblioteca
Justo en aquél momento de la protesta un grupo de manifestantes se alejaron de la calle donde está el piso ocupado y se encontraron con un adolescente, menor de edad, que volvía de un curso de formación profesional. Mientras le insultaban, le agredieron hasta el punto de romperle el tabique nasal, pero el chico logró esconderse en un comercio. La policía local le pudo proteger y evitar que hubiera males mayores. Otro chico que le acompañó tuvo más tiempo y consiguió refugiarse en una biblioteca cercana.
Según explican los Mossos d’Esquadra, cerca de las nueve de la noche un grupo de entre seis y siete personas decidió entonces encaminarse hasta el centro de menores donde viven estos dos chicos agredidos y 13 menores más. No solo reventaron los cristales del centro de la Generalitat sino que además entraron en él e hicieron añicos parte del mobiliario. Todo ello, envuelto de nuevo por insultos racistas. Los Mossos investigan ahora la agresión aunque de momento no constan detenidos.
«Queremos recordar que los centros de protección de menores son servicios públicos que acogen a las personas más vulnerables de nuestra sociedad«, ha lamentado hoy en un comunicado la Conselleria d’Afers Socials de la Generalitat. «Es inaceptable que haya quien quiera focalizar el odio hacia las personas que más debemos proteger», agregan. El Govern ya ha puesto en marcha la maquinaria judicial y ha denunciado los hechos.
«El derecho a la intimidad de su vivienda y su vida es uno de los derechos fundamentales que estos adolescentes han visto atacado», explica Pilar Núñez, responsable de la entidad que gestiona este centro de menores y miembro de la junta de la Federación de Entidades de Atención a la Infancia y la Adolescencia (FEDAIA). «Esta ha sido una experiencia traumática y muy dura que les va a impactar a los chicos, pero queremos que la buena gente de Torredembarra siga trabajando por la integración de estos jóvenes como llevamos haciendo durante todo este tiempo», subraya Núñez.
Alimentando el odio
En un comunicado, la FEDAIA denuncia que haya políticos y medios de comunicación que «alimentan los prejudicios contra los jóvenes con proclamas que avalan el discurso de odio» e insisten que los derechos humanos y de los menores «deben prevalecer». Solo había que ver el debate de TV-3 hace tan solo una semana donde el representante de Vox, Ignacio Garriga, clamaba contra las ayudas que perciben los jóvenes extutelados en Catalunya. Se le olvidó decir que la mayoría de niños migrantes no pueden percibirlas al cumplir los 18 años porque no tienen la documentación en regla o no llevan suficiente tiempo tutelados.
Desgraciadamente, este no es el primer ataque racista en un centro de acogida de menores en Catalunya. Allí viven adolescentes que han huido de sus países, su familia y su niñez para abrazar la soñada prosperidad europea. En marzo del 2019 un hombre entró a machetazos en un centro de Canet de Mar (Maresme). Ese mismo año, centros de acogida en Castelldefels, Barcelona y Masnou sufrieron incidentes similares. Aunque el rechazo para acoger menores migrantes también se azuzó en Rubí y el barrio del Besós de Barcelona. En el caso de Masnou, el fiscal ya ha probado que fue un grupo fascista quien perpetró el ataque. Algo que tampoco se descarta en Torredembarra.