Los neonazis españoles importan el modelo social de Amanecer Dorado

| 6 agosto, 2014

Organizaciones como el Movimiento Social Republicano se vuelcan en hacer trabajo social y comunitario «solo para españoles» para expandir su ideología neonazi. Paralelamente, se eleva la presencia y las agresiones de su rama juvenil

RecogidaalimentosMSRLUIS GIMÉNEZ SANMIGUEL. PÚBLICO.- Protestar contra el ataque israelí sobre la Franja de Gaza, acudir a la paralización de desahucios, organizar comedores populares, ocupar edificios abandonados para impulsar centros culturales, manifestarse en defensa de la Educación pública. Aunque éstas podrían ser acciones de la izquierda social, también forman parte el nuevo manual de un sector de la extrema derecha que mira interesada los éxitos cosechados por Amanecer Dorado en Grecia gracias a su propia red de asistencia social en los barrios más desfavorecidos. Eso sí, siempre sólo para nacionales. Pese a que pertenezcan al mismo ámbito, hay un nuevo impulso de algunos grupos de extrema derecha que han roto con las identidades clásicas del postfranquismo, tradicionalistas y nacional-católicas. Es un verdadero resurgir del fascismo en su acepción original, manteniendo una retórica revolucionaria y anticapitalista, basada en valores sociales y comunitarios.

Se trata de un nacionalismo de corte social para «los de casa», marcando la línea divisoria con los no-nacionales, y unido al impulso de un discurso popular como seña de identidad. «Esta apuesta política es la de los primeros nazis y fascistas de los años 20. Todas estas tácticas vienen de las SA de Hitler. Ellos también abrían sus centros culturales, desde los que luego se organizaban para pegar a los judíos e izquierdistas», explica David Karvala, experto en movimientos de extrema derecha y uno de los portavoces de la Plataforma Unitat contra el feixisme y el racisme de Barcelona. «Es la línea social del nacional-socialismo auténtico, que siempre estuvo presente», insiste. De esta forma, a su parecer, en el resurgir de la extrema derecha en Europa durante los años 70 y 80 esta línea no estaba tan presente. Pero ahora, con la crisis económica que ha empobrecido a las poblaciones del sur de Europa, han retomado esta estrategia.

En esta línea destaca el Movimiento Social Republicano (MSR), con su rama juvenil, la Liga Joven, y sindical, la Unión Sindical de Trabajadores. Se declaran «republicanos» y «socialistas» y su estética a menudo se puede confundir con la de la izquierda revolucionaria. De hecho, al igual que los primeros falangistas joseantonianos hicieron con la CNT, hace unos años intentaron infiltrarse en las filas de la CGT, sin éxito. Salen a la calle bajo el lema «Por la República Social Española» y mantienen un discurso populista, «transversal», contra «la clase política que condena a la sociedad española a una vida indigna que no se merece». Entre sus últimas acciones de activismo «social» destaca una protesta frente a la sede del Banco de España de Valencia: «Frente a los rescates a la banca privada, los abusos, estafas y desahucios, decimos ¡no a la usura! ¡Sí a una banca pública, social y nacional!». También recogen alimentos para luego repartirlos entre los más necesitados, pintan murales de solidaridad con Palestina y organizan jornadas de ocio familiar, con atracciones para los niños y paellas bajo el lema «comprometidos con nuestro pueblo».

Su última victoria ha tenido lugar en Zaragoza, que junto a Valencia y Madrid es una de las plazas fuertes de la extrema derecha y es donde se han producido las últimas agresiones fascistas. En el barrio de Las Fuentes, han ocupado un bloque de viviendas abandonadas para impulsar un «hogar social», solo para «familias españolas». «Se trata de un modelo que se repite en varios ejemplos comparables en el estado español y en otros estados europeos, y que como último propósito se encuentra la difusión de ideas fascistas», destaca la periodista Alma Semper en Arainfo, donde también asegura que «no se trata únicamente de una puesta a disposición de viviendas, ya que ellos mismos han anunciado que se van a habilitar espacios lúdicos y culturales, zonas de ocio y un comedor social».

El primer precedente en España de este fenómeno es el Casal Tramuntana de Barcelona, nacido en 2012. No está impulsado por el MSR aunque muchos de sus militantes sí participan en él, donde han comenzado a juntarse también con los jóvenes de Plataforma per Catalunya, la formación ultra de Josep Anglada. Se trata de la versión española de CasaPound, los neo-fascistas italianos que han sido los pioneros en este tipo de movimientos, alejándose de los discursos tradicionalistas y moviéndose en la trinchera de la denuncia de problemas sociales como el de la vivienda. «El objetivo original de Tramuntana era ganar a gente joven con ofertas de ocio, talleres o excursiones», explica Karvala, aunque se alegra porque «no lo han conseguido gracias al trabajo de los colectivos juveniles y vecinales del distrito de Sant Martí». «Si no se denuncia claramente lo que es un local nazi muchos jóvenes del barrio podrán acercarse en busca de las alternativas de ocio que no encuentran en otro lugar», añade.

Jóvenes escuadristas

El MSR no es muy numeroso y, de hecho, en el último mes han enfrentado problemas al interior de la organización con la marcha de varios de sus dirigentes. Sin embargo, la Liga Joven sí ha vivido un importante impulso durante los últimos dos años, unido a Respuesta Estudiantil, una organización universitaria ligada a este grupo y con un discurso muy similar. El pasado mes de junio cuatro jóvenes ligados a estos dos colectivos fueron arrestados por la Policía Nacional en Madrid, acusados de asociación ilícita, tras una denuncia interpuesta por el Sindicato de Estudiantes. Dos meses antes, militantes de Liga Joven también irrumpían «reventando» un homenaje a estudiantes asesinados durante la dictadura organizada por la Coordinadora Estatal en Apoyo de la Querella Argentina.

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