VozPópuli.- El bufete que defiende a Cristina Cifuentes, expresidenta de la Comunidad de Madrid, ha recurrido a los servicios del perito judicial Luis Enrique Hellín Moro para el juicio que empezó este lunes contra ella en el llamado ‘caso máster’. Hellín es conocido por ser el autor material del asesinato de Yolanda González en 1980 cuando militaba en el partido ultraderechista Fuerza Nueva de Blas Piñar, y por el que fue condenado a 43 años de prisión.
El abogado defensor de Cifuentes, José Antonio Choclán, aportó este lunes en el inicio del juicio contra la exdirigente popular un certificado académico de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (URJC) que acredita que superó las asignaturas del máster que realizó en 2012 y el Trabajo de Fin de Máster (TFM).
Asimismo, Choclán entregó a los magistrados un pendrive que contiene una copia de la agenda como delegada del Gobierno en Madrid de 2018, el cargo público que Cifuentes ostentó antes de su mandato al frente de la Presidencia de la Comunidad de Madrid.
En dicha documentación es en la que aparece Hellín en calidad de perito judicial. Su especialidad es el rastreo de telefonía móvil y la informática forense, según desveló El País. Por ejemplo, intervino en la investigación del teléfono móvil de José Bretón, el padre de los hermanos onubenses Ruth y José a los que asesinó en 2011 y por los que fue condenado a 40 años de reclusión.
El propio Ministerio del Interior contrató en una quincena de ocasiones sus servicios entre 2006 y 2011 para cursos de especialización a agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil, motivo por el cual el ministro Jorge Fernández Díaz pidió disculpas a la familia de Yolanda González.
Secuestro y crimen
Hellín secuestró a la joven estudiante en febrero de 1982 en compañía de otro militante de Fuerza Nueva, con el falso argumento de que pertenecía a ETA. Y, tras un interrogatorio, le descerrajó dos tiros en la cabeza. Después, abandonó su cadáver en una cuneta a las afueras de Madrid, en lo que fue uno de los crímenes más crueles de la Transición.
Tras ser detenido, primero logró escaparse de la cárcel madrileña de Alcalá de Henares y en 1987, aprovechó un permiso penitenciario de seis días para huir con su familia a Paraguay, donde aún gobernaba el dictador Alfredo Stroessner. Este país sudamericano sirvió de refugio en los años ochenta y noventa para pistoleros ultras, caso de Carlos García Juliá, recientemente excarcelado por los crímenes del bufete de abogados de Atocha de 1977.
Hellín fue arrestado en 1990 por Interpol y posteriormente extraditado a España para acabar de cumplir su condena de 43 años de prisión. En realidad, el crimen lo realizó con el nombre de pila de Emilio ya que tras cumplir su condena, Hellín se lo cambió –a Luis Enrique– para ocultar su verdadera identidad. También modificó su apellido en algunos documentos –Helling-.