Desarticulada una organización que explotaba laboralmente a inmigrantes en Sevilla y Córdoba

| 18 octubre, 2020

Los 29 detenidos les obligaban a trabajar en el campo sin agua, a pleno sol, y a dormir hacinados en naves industriales

EVA SAIZ. EL PAÍS.- Jornadas interminables bajo el sol abrasador de los meses de julio y agosto en los campos de Sevilla y Córdoba, sin apenas agua y durmiendo hacinados en una nave industrial, sin comida y con un solo baño. Así estaban obligados a vivir medio centenar de ciudadanos extranjeros captados por una organización criminal de trata de seres humanos para explotarlos laboralmente que ha sido desarticulada por agentes de la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales de la Policía Nacional (Ucrif) de Sevilla y la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de Córdoba. En total han sido detenidas 29 personas, entre empresarios, capataces y manijeros. Todas son de origen sudamericano, como los trabajadores a los que explotaron, según confirman fuentes cercanas a la investigación.

Fueron los testimonios de unos trabajadores de la localidad cordobesa de Palma del Río recabados por agentes de la Inspección de Trabajo en los meses de enero y febrero de este año los que pusieron a los investigadores sobre la pista. Los braceros entrevistados relataron jornadas laborales excesivas en la campaña de recogida de la naranja, sin casi agua y con unos salarios muy por debajo de lo establecido en el convenio. Los jornaleros eran trasladados a los campos en vehículos aptos para ocho pasajeros, pero en ellos viajaban hasta 15. Algunos, incluso, en el maletero.

Las pesquisas ampliaron el foco a otros campos de la provincia de Córdoba y Sevilla, donde los responsables de la organización tenían sociedades a las que iban trasladando los trabajadores a su conveniencia. Todos fueron atraídos bajo la promesa de un trabajo digno en España y condiciones de vida próspera. Unas expectativas que se truncaban al llegar a su lugar de ocupación.

Durante los meses de julio y agosto, aprovechándose de su situación de vulnerabilidad, los detenidos les obligaban a trabajar desde el mediodía hasta la puesta del sol. Las temperaturas extremas, unidas a la falta de comida y agua, provocaron en muchos de ellos desvanecimientos, mareos y deshidratación, según la información facilitada por la Policía Nacional. Si las condiciones durante el día eran infrahumanas, la noche no era mejor. Los agentes detectaron a 30 de ellos durmiendo hacinados en el suelo en una nave industrial de la capital andaluza. Carecían de alimentos y contaban con un solo baño.

Además de registros en naves industriales, los agentes también inspeccionaron las oficinas donde los empleadores se encargaban de efectuar el alta fraudulenta en la Seguridad Social a través de las empresas que controlaban. De este modo, los trabajadores aparecían como receptores de un salario diario, sensiblemente inferior al que debían recibir por las tareas agrícolas que realizaban. Asimismo, sus explotadores podían alegar de cara a las Inspecciones de Trabajo que todo estaba en regla y generaban futuras prestaciones sin los requisitos para poder trabajar.

A los detenidos se les han imputado delitos de trata de seres humanos con fines de explotación laboral, falsedad documental, delitos contra la Seguridad Social, contra los derechos de los trabajadores, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y favorecimiento de la inmigración clandestina. La operación se ha cerrado coincidiendo con el Día Europeo contra la trata de seres humanos.

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