REBECA CARRANCO / JESÚS GARCÍA. EL PAÍS.- El presunto agresor racista del metro de Barcelona permanecerá al menos dos meses en un centro de menores en régimen cerrado. La medida cautelar ha sido acordada este martes por un juez de Barcelona a petición de la Fiscalía, después de que el agresor, de origen ruso se negase a declarar. El menor está acusado de atacar de forma gratuita a un joven de 25 años y originario de Mongolia por motivos racistas. Los hechos ocurrieron el pasado sábado en un vagón de la línea 1 del suburbano y fueron grabados por un compañero del agresor, que difundió el vídeo en internet.
Los Mossos d’Esquadra detuvieron al menor el lunes, apenas un día después de que las imágenes se difundieran por las redes sociales y generaran una oleada de indignación. El joven está acusado de una falta de lesiones —los golpes que propinó a su víctima no revistieron gravedad— y de un delito contra la integridad moral, ya que eligió a su víctima, presuntamente, solo por su origen étnico. La Fiscalía sopesó solicitar la medida cautelar de libertad vigilada, aunque finalmente se decantó por el internamiento.
El menor fue arrestado en Barcelona, donde reside. Junto a él están imputadas otras dos personas como coautoras, que le acompañaban en el vagón del metro en el momento de los hechos. Fuentes judiciales descartan que se les pueda atribuir un delito de grupo criminal, aunque sostienen que actuaron de forma coordinada y con premeditación. Uno de esos jóvenes, mayor de edad, fue el encargado de grabar la agresión y de difundir el vídeo en Youtube y Twitter. En esta red social, mantenía abierta hasta el domingo una cuenta en la que abogaba por la supremacía de la raza blanca. Uno de sus comentarios le delató: “El del vídeo no soy yo, yo soy el que graba, él es un camarada ruso, el chino nos estaba insultando y el ruso le hizo callar”
En el vídeo, de apenas un minuto, se observa cómo el menor ruso discute, de pie, con el joven mongol, que permanece sentado. En un momento dado, el ruso le propina diversos puñetazos en la cara, hasta que la víctima reacciona y algunos pasajeros sujetan al agresor. El alcalde de Barcelona, Xavier Trias, destacó la actitud “muy solidaria” de esos viajeros y confirmó ayer que el Ayuntamiento de Barcelona se presentará como acusación popular contra los acusados de unos hechos “absolutamente reprobables”, informa Jordi Mumbrú. “No podemos tolerar estos ataques de ninguna manera”, explicó ayer el portavoz del Gobierno, Francesc Homs, que aplaudió la “rápida actuación” de los Mossos.
La agresión se produjo sobre las diez de la noche del sábado, a la altura de la estación de la Sagrera, y acabó pocas estaciones después, en Fabra i Puig, donde los tres agresores se bajaron del metro y el joven siguió hasta el final de la línea 1. Allí fue atendido por el Sistema de Emergencias Médicas, y fue trasladado al hospital por las diversas contusiones que presentaba en la cara y en la cabeza.