EUROPA PRESS.- Un técnico de emergencias sanitarias ha asegurado en juicio como testigo que escuchó cómo los acusados gritaron el saludo nazi ‘Heil Hitler’ antes de presuntamente agredir a varios jóvenes a las puertas de la sala Stroika de Manresa (Barcelona), en la que el 23 de marzo de 2012 se celebraba un concierto antifascista.
En su declaración este jueves, por videoconferencia desde Madrid, el testigo ha relatado al tribunal de la Audiencia de Barcelona que vio a un grupo de unas diez o quince personas encapuchadas, con barras de hierro y bengalas, que «atacaron» a dos jóvenes y también a otro grupo que estaban dentro de un coche aparcado en la misma calle.
Ha explicado que él no estaba trabajando ese día, sino que había acudido en moto a Manresa a cenar con unos amigos, y aparcó ante la sala donde había quedado con ellos para luego desplazarse juntos al centro de la ciudad.
Allí fue donde, sobre las 21 horas, vio las agresiones, tras las que acudió a socorrer al joven que parecía más grave, que estaba en tierra, no se movía y perdió uno o dos litros de sangre por la cabeza: «Tuvo suerte de que estuviera allí», ha asegurado al tribunal, lo que concuerda con la tesis del fiscal que sostiene que sin un tratamiento urgente hubiera muerto.
También ha relatado que llamó al 112 para avisar de lo que había pasado, y llamó «como un loco» a la puerta de la sala –el concierto aún no había empezado y estaba cerrada– para que les ayudasen a auxiliar a las víctimas.
Los dos jóvenes amigos que sufrieron las heridas más graves han coincidido en las versiones que han dado de los hechos: habían quedado allí para cenar antes del concierto, y aparecieron los agresores vistiendo de oscuro y los atacaron con palos en la cabeza y patadas en las costillas, además de insultarles y llamarles «cerdos».
«Dejaron de agredirme porque me dieron por muerto», ha relatado el joven que sufrió las heridas más graves, que entonces tenía 16 años y que ha asegurado que desde ese día no sale a la calle para nada, solamente lo hace cuando tiene que ir al médico.
También han declarado como los jóvenes estaban aparcados en un coche antes del concierto y han explicado que tres de los encapuchados se dirigieron allí para agredirles, y que uno de ellos lanzó una bengala por una ventanilla que no les dio tiempo a cerrar, y que tuvieron que apagarla con una botella de cerveza y con los pies para que no prendiera; han dicho que también les pegaron al salir del vehículo.
SE ENFRENTAN A 30 AÑOS
La Fiscalía pide hasta más de 30 años de cárcel para la quincena de acusados por los presuntos delitos de asociación ilícita, asesinato con alevosía en grado de tentativa, lesiones con instrumentos peligroso, daños, desórdenes públicos y tenencia ilícita de armas.
Según la versión del Ministerio Público, llevaron a cabo el ataque como venganza porque un grupo de antifascistas había atacado a varios neonazis el 12 de octubre del año anterior cuando asistían a un concierto de extrema derecha en un local del barrio barcelonés del Poblenou.
