IDAFÉ MARTÍN PÉREZ. NIUS DIARIO.- ¿Después del terrorismo yihadista el ultraderechista? Ese es el temor de las autoridades belgas. El ministro de Justicia Koen Geens dijo el miércoles ante el Parlamento que “la amenaza es muy real”, en referencia a la posibilidad de que grupos ultraderechistas intenten cometer atentados terroristas. El temor creció después de que los servicios secretos belgas detectaran que una veintena de ultraderechistas había acudido a recibir formación paramilitar en campos de entrenamientos de grupos ultras en Rusia.
Los servicios antiterroristas vigilan a unos 30 ultraderechistas (un año antes eran apenas 10) porque consideran que podrían pasar de la propaganda a la violencia. Geens dijo a los diputados: “A pesar de que no ha habido todavía ningún atentado de extrema derecha en Bélgica, la Seguridad del Estado (los servicios secretos) considera que hay una amenaza real. El escenario más probable es el de un atentado cometido por un lobo solitario”.
Lobo solitario
Sería un ataque como el que Noruega sufrió el 22 de julio de 2011, cuando el ultraderechista Anders Behring Breivik, atacó una campamento de verano de las juventudes de la socialdemocracia noruega en la isla de Utoya y se dedicó a disparar durante horas hasta matar a 69 personas y dejar 151 heridos. Horas antes había puesto una bomba en el barrio administrativo de Oslo que había provocado ocho muertos.
Un informe de Europol del martes, sobre el que los diputados preguntaron al ministro, señala a Bélgica como país donde estarían creciendo los grupos ultraderechistas de tendencias violentas y señala específicamente a uno grupo autodenominado “Right Wing Resistance”, que también estaría presente en los países nórdicos.
30 personas bajo vigilancia
Ese informe, titulado “Situación y tendencias del terrorismo” también advierte que los servicios belgas tienen vigilados a decenas de sus nacionales que se estarían entrenando en campos paramilitares de Rusia, especialmente “en prácticas de tiro”. El ministro reconoció a los diputados que “una veintena de belgas de ideología de extrema derecha han participado en formaciones militares en el extranjero en los últimos años”.
Mientras en la parte francófona de Bélgica (Bruselas y Valonia) el voto ultraderechista es residual, en Flandes sigue creciendo. Los neonazis del Vlaams Belang, un partido que fue ilegalizado en 2004 cuando se llamaba Vlaams Blok por incitación al odio racial y que volvió a fundarse, superan con creces el 25% de las intenciones de voto en los últimos sondeos y se acercan al 30%. La derecha xenófoba de la N-VA está estabilizada por encima del 20%. Entre los sumarían cerca de la mitad del voto flamenco.
El Vlaams Belang sería, de haber elecciones anticipadas (una opción posible después del verano porque los partidos penan para lograr una coalición), el primer partido belga y Bélgica se convertiría en el primer país europeo en el que una fuerza abiertamente xenófoba y racista, surgida de quienes colaboraron con los nazis en la Segunda Guerra Mundial, ocupa la primera posición.