INFOBAE.- La corte de apelaciones de París emitió el miércoles un fallo favorable a la entrega de Félicien Kabuga, sospechoso de ser el tesorero del genocidio en Ruanda, a un tribunal de la ONU, tras permanecer prófugo 25 años.
Los magistrados, que debían examinar la validez de la orden de detención emitida por el Mecanismo para los Tribunales Penales Internacionales (MTPI), ordenó que sea entregado a esta estructura encargada de concluir los trabajos del Tribunal Internacional para Ruanda (TPIR).
La corte rechazó suspender su decisión para transmitir una cuestión prioritaria de constitucionalidad, como solicitaban los abogados del hombre de negocios.
Según ellos, la ley francesa viola la Constitución al no prever un control más profundo de las órdenes de detención de la justicia internacional.
Félicien Kabuga, de 84 años según la orden de detención, 87 según él, se presentó ante la corte en una silla de ruedas y permaneció impasible ante la decisión.
«Esperaba esta decisión, estamos en un contexto extremadamente político», dijo Laurent Bayon, uno de sus abogados, a la prensa. Y anunció que recurrirá al Tribunal de Casación, que tendrá dos meses para dar su veredicto, antes de la entrega al MTPI en un plazo de otro mes.
El octogenario, que durante mucho tiempo fue uno de los fugitivos más buscados del mundo, alega su estado de salud y el temor a una justicia parcial para rechazar su traslado a Arusha, en Tanzania, sede del tribunal de la ONU que debería juzgarle por genocidio y crímenes contra la humanidad.
– ¿La Haya o Arusha? –
Félicien Kabuga, detenido el 16 de mayo en las afueras de París, está acusado de haber creado, con otras personas, las milicias hutu Interahamwe, principales brazos armados del genocidio de 1994 que causó, según la ONU, 800.000 muertos, esencialmente entre la minoría tutsi. Y de haber contribuido con su fortuna a proporcionar miles de machetes a los milicianos.
Pero el antiguo presidente de la tristemente célebre Radio Televisión Libre de las Mil Colinas (RTLM), que difundió llamamientos a la masacre de tutsis, refuta los siete cargos que le imputan.
«Todo esto son mentiras. Yo ayudé a los tutsis en todo lo que hacía, en mis negocios, les daba prestaba dinero. No iba a matar a mis clientes», declaró Félicien Kabuga, en idioma kiñaruanda, en la audiencia del 27 de mayo.
La salud de Kabuga que el año pasado fue sometido a la ablación del colon en un hospital y sufre «delirios», según sus abogados, está en el centro de los argumentos de la defensa.
Su defensa destaca el caso de siete acusados del TPIR mal atendidos, entre ellos uno fallecido antes de proceso. Además de las enfermedades endémicas y el estado del sistema sanitario tanzano, los abogados invocan también la crisis sanitaria que ha provocado la covid-19.
Para tener en cuenta la pandemia, el fiscal del MTPI había pedido de hecho a un juez que modificara la orden de detención para entregar al acusado a una antena del Tribunal Internacional de La Haya, en Holanda. La solicitud fue rechazada, lo que no impide una escala en esta ciudad, mientras se organiza su traslado a Tanzania.
Los abogados de Kabuga temen que una vez que sea trasladado a Tanzania, el MTPI decida entregar a su cliente a las autoridades ruandesas, esquivando el rechazo de Francia a entregar al supuesto genocida a la justicia de su país.
Por eso, la defensa escribió el martes al MTPI para solicitarle oficialmente que se inhiba en favor de la justicia francesa, que ya ha juzgado y condenado a tres genocidas.