La FIFA emitió un comunicado en el que recomienda a los organizadores de las competiciones que deben utilizar el sentido común con las muestras de apoyo expresadas por los jugadores
JONATHAN LLATA. EL CONFIDENCIAL.- Fueron las imágenes del fútbol mundial este fin de semana. Varios futbolistas de la Bundesliga rendían tributo a la trágica y polémica muerte de George Floyd. Unas celebraciones con un mensaje claro que podrían traer consigo posibles sanciones por parte de su liga. Sin embargo, la FIFA, como uno de los organismos que más lucha contra el racismo en el mundo, emitió un comunicado en el que ha recomendado a los organizadores de las competiciones ligueras que «deben utilizar el sentido común» al respecto de las muestras de apoyo expresadas por los jugadores en este tipo de casos. Un sentido común que se ha demandado en muchas ocasiones en la Liga Española para evitar multas sin sentido. Una de las más sangrantes de los últimos tiempos fue la sanción a José Callejón cuando dedicó un gol en el Espanyol al fallecido Dani Jarque. Fue una clara muestra de lo equivocadas que están este tipo de normas. Lo ocurrido en la Bundesliga vuelve a avivar el fuego de esta polémica.
Las incomprensibles sanciones por este tipo de situaciones han estado a la orden del día, pero especialmente llamativo ha sido el caso en España. Numerosos mensajes han sido censurados y casi todos son parecidos, algunos más reivindicativos que otros, pero sin ningún daño a terceros. La realidad es que, según el artículo 91.1, los colegiados están obligados a incluir en el acta el hecho de que un jugador se levante la camiseta para mostrar un mensaje y amonestarle inmediatamente. Después entra en juego el Comité de Apelación, que debe sancionar si sigue las instrucciones del Código Disciplinario. Si la multa prosigue, los equipos pueden recurrir al Comité de Apelación, aunque no han tenido mucho éxito en sus recursos.
El mensaje de la FIFA
Afortunadamente la FIFA se ha puesto manos a la obra para acabar con estas sanciones. «La FIFA se ha expresado en repetidas ocasiones para estar resueltamente en contra del racismo y la discriminación de cualquier tipo y recientemente ha reforzado sus propias normas disciplinarias con el fin de ayudar a erradicar tales comportamientos», prosigue la FIFA. «Hemos promovido muchas campañas antirracistas que frecuentemente llevan el mensaje antirracista en los partidos organizados bajo sus propios auspicios».
Este comunicado se produce justo cuando este fin de semana, Jadon Sancho, Marcus Thuram, Achraf Hakimi o Weston McKennie, entre otros, han mostrado mensajes de apoyo a Floyd George. Un asunto que provocó que desde la Federación Alemana (DFB) se planteara la opción de una investigación por parte de la comisión de control al respecto ante las reglas de la IFAB, que establecen que no se puede mostrar ningún lema, mensaje, imagen política, religiosa o personal, o publicidad. No obstante, los máximos responsables de la DFB han expresado su comprensión hacia dichas muestras de solidaridad.
Con esta respuesta la FIFA ha sugerido que no se sancione a ningún jugador por mostrar mensajes de solidaridad, apoyo o respaldo a Floyd. Aunque se trate de un caso puntual, esta iniciativa puede provocar la reforma del artículo que persigue estos mensajes. Es un movimiento claro en el que a veces hay que dejar actuar a la razón y al corazón por encima de la ley puramente escrita. Aún así, parece que en España no han trabajado en este sentido por su amplio historial negativo.
Sancionado por homenajear a Jarque
El caso de José Callejón y su dedicatoria a Jarque fue uno de los más polémicos de la última década en España. En 2010 en los Instantes previos a enfrentarse al Almería, Callejón le echó una ojeada a la taquilla de al lado y vio una camiseta que siempre se ponía Chica bajo la del Espanyol. “Oye, si te parece bien, hoy me la pongo yo, ¿vale?”, dijo Callejón. “No hay problema, yo no puedo jugar, estoy sancionado”. Así que Callejón se la enfundó y le portó buena suerte; marcó un tanto, a la postre definitivo para resolver el encuentro, pero que traería una polémica que nadie esperaba horas después del encuentro.
Para festejar el gol al Almería, Callejón se levantó la elástica y mostró una camiseta con la cara de Jarque. Pero para el Comité de Competición, ajeno a estas sensibilidades, no le importó el mensaje, sino el punto 91.1 del reglamento: «El futbolista que, con ocasión de haber conseguido un gol o por otra causa derivada de las vicisitudes del juego, se alce la camiseta y haga exhibición de cualquier clase de publicidad, lema, anagramas o dibujos, sean cuales sean sus contenidos o la finalidad de la acción, será sancionado como el autor de una falta grave con una multa de entre 2.000 y 3.000 euros«.
El Espanyol fue sancionado con 2.000 euros. «Creo que hay que tener sensibilidad y coherencia. Se trata de un compañero que ya no tenemos entre nosotros, un gesto que no hace daño a nadie», reivindicó Callejón. Afortunadamente esa sanción fue retirada al recurrir al comité de apelación. Curiosamente unos meses antes España se proclamaba campeona del mundo con gol de Andrés Iniesta y el manchego lució un cariñoso mensaje de recuerdo a Jarque en su celebración. Como era de esperar no hubo sanción gracias a ese sentido común por el que apuesta la FIFA a pesar de que Howard Webb lo reflejó en el acta. La falta de sensibilidad parece que solo recae en la competición presidida por Javier Tebas.
Sanciones incomprensibles
El de Callejón no ha sido el único caso que ha desatado enfados en estos términos. Numerosos mensajes sin daño alguno ni contenido político fueron censurados y sancionados llegando incluso a afectar a jugadores de Tercera División. En la Liga ya hubo un precedente que data del 3 de septiembre de 2007, cuando Sergio Ramos, en un Villarreal – Madrid, mostró una camiseta en la que se leía: «Puerta, hermano, D.E.P., no te olvidaremos». Entonces, el Comité de Competición retiró la sanción porque «se trataba de un homenaje sincero por lo que se dan unas circunstancias muy excepcionales». Un alto que no ha funcionado en otros casos, quizá por ser de menor renombre.
Incluso Leo Messi fue castigado con 2.000 euros de multa por felicitar a su madre en el día de su cumpleaños. El colegiado, Ignacio Iglesias Villanueva, anotó la acción en el acta y el Comité le sancionó como «autor de una falta grave». David Villa, por otra parte, también fue multado con 2.000 euros por mostrar una camiseta en la que se podía ver a sus hijas y su mujer junto al texto «¡Imposible sin vosotras!». El delantero asturiano se acababa de recuperar de un lesión de ocho meses. El comité de Competición no lo pasó por alto.
En una escala menor, Javi Guerrero fue sancionado por mostrar una camiseta de apoyo a un compañero en noviembre de 2012 con una multa de 2.000 euros y amonestación, por dedicar un tanto al que fuese su compañero y amigo Tote (que estaba sin equipo). El colegiado reflejó en el acta que, tras marcar el gol, «se levantó su camiseta hasta la altura del cuello, enseñando una camiseta interior del mismo color que la oficial, donde se leía: »TOTE TU», cuando en verdad ponía TOTE 10 para hacer más ridícula la sanción. “Si los 2.000 euros les sirve para invitarles a comer, que les aproveche entonces. El valor de ese homenaje es mayor que el dinero de la multa”, respondió de manera reivindicativa. Diego Castro, por su parte, se acordó de su exentrenador Manolo Preciado y fue sancionado por el Comité de competición con una multa de 3.000 «por exhibir una fotografía con ocasión de haber conseguido un gol». O más incomprensible todavía la sanción a Jona en 2014, jugador del Jaén, por mandar un mensaje de apoyo a los niños enfermos de cáncer.
Pero quizá esa cantidad de dinero era más difícil de llevar para Borja Navarro, jugador del Caudal de Mieres. Fue sancionado con 500 euros, una multa más dura de lo que podría ser para un jugador de Primera División, y todo ello por mostrar una camiseta en la que se podía ver un corazón y el nombre de su compañero Jandro tras marcar un gol ante el Avilés. Navarro quería mostrar su apoyo a su compañero por el fallecimiento de su padre. Nadie del comité levantó la sanción y fueron los aficionados del Caudal los que hicieron justicia. Se volcaron con su jugador y promovieron una iniciativa para pagar ellos mismos la sanción colocando en el campo dos urnas para recaudar la multa impuesta. Una imagen que dejó más en vergüenza a la Liga. Esperemos que el nuevo movimiento de la FIFA sirva para modificar este artículo no solo en los casos de racismo, sino en todos, como bien dice la FIFA, donde entre el sentido común.