La afectada denunció acoso escolar hace un año, pero ni su escuela ni Educación lo consideraron así, aunque fue trasladada de centro escolar
HOY.- Un menor de 15 años ha sido condenado por maltrato leve y amenazas leves contra una compañera de clase. Los hechos tuvieron lugar el año pasado cuando él tenía 14 años y la víctima 16. La sentencia considera probado que el escolar profirió expresiones como «si no me abrazas, saco una navaja, te voy a arruinar la vida» y la empujó, aunque no le causó lesiones.
Estos hechos se produjeron en enero de 2019 en la escuela Virgen de Guadalupe, donde ambos estudiaban en la misma clase. Los padres de la víctima lo denunciaron tres meses después, cuando su hija confesó lo que le había ocurrido. En octubre se celebró una vista en la que el menor admitió las acusaciones y aceptó la condena que le obliga a someterse a seis meses de tareas socioeducativas con seguimiento y apoyo escolar y a llevar a cabo un taller de habilidades sociales.
La sentencia se ha hecho pública ahora y el padre de la víctima, Domingo Rivero, está satisfecho, especialmente porque el responsable aceptase los hechos tal y cómo los narro su hija. Sin embargo, resalta que continúan con su proceso judicial contra el colegio en el que se produjeron los hechos y contra la Consejería de Educación, porque en su día indicaron que no había acoso escolar. El fallo judicial solo se refiere a un incidente, pero Rivero defiende que su hija pasó un calvario en el centro escolar y que no les ayudaron cuando denunciaron los hechos.
Debe llevar a cabo seis meses de tareas socioeducativas y someterse a un taller de habilidades sociales
La denuncia
HOY publicó en marzo de 2019 la queja de los padres de la víctima, que aseguraban que habían acudido al centro escolar y la Consejería de Educación un mes antes y no habían obtenido respuesta, por lo que presentaron una denuncia penal.
La primera denuncia llegó el 1 de marzo. La menor se negó a ir a clase y le confesó a sus padres que tenía miedo a sus compañeros, en especial a uno de ellos que siempre se sentaba detrás de ella. Alegó que trataba de abrazarla y se burlaba. Los padres decidieron acudir a la Policía Nacional, donde la joven añadió que habían llegado a amenazarla con sacarle una navaja.
Ese día la familia acudió a la escuela para informar sobre la situación. El centro abrió un protocolo sobre acoso escolar. Mes y medio después, como no obtenían respuesta y la menor no quería volver a clase, los padres denunciaron a través de HOY la situación. El colegio alegó que la investigación continuaba en curso, pero al día siguiente indicaron que se cerraba sin considerar que hubiese acoso.
Educación indicó entonces que no podía atender la petición de la familia de trasladar a la menor y le pidieron que volviese a su escuela. Los padres acudieron a una psicóloga que, según aseguran, les recomendó que no regresase a su clase. La situación quedó bloqueada.
Finalmente la joven recibió unas capturas de pantalla en la que compañeros suyos la amenazaban y presentó una segunda denuncia penal. Este nuevo proceso y el informe médico provocó que se le concediesen el traslado a una nueva escuela.
Actualmente la afectada, según su padre, está mucho mejor gracias, en parte, a haber seguido un tratamiento psicológico para hablar de lo que le ocurrió. Se ha adaptado muy bien a su nuevo centro y está pensando dónde continuar sus estudios, una formación superior. Domingo Rivero reconoce que ha sido muy duro, «pero ella ha podido dar un cambio radical y esto lo hacemos, seguir con las denuncias, para que no le vuelva a pasar a ningún menor».
«Lo que más me duele –insiste mucho este padre– es que a día de hoy no me han llamado del colegio ni la delegada provincial de Educación que estaba entonces para preguntarme cómo está la niña. No quiero que me pidan perdón, porque no les voy a perdonar, pero no nos hicieron ni caso y era grave y al menos debieron llamarnos para ver qué tal estaba mi hija, que sufrió mucho».