La tensión crece el fin de semana en el barrio barcelonés y acaba con una manifestación con algunas cargas policiales
REBECA CARRANCO. EL PAÍS.- Los Mossos d’Esquadra han reforzado la seguridad en el barrio barcelonés de Trinitat Vella, en el distrito de Sant Andreu, tras la escalada de un conflicto social entre vecinos de la zona y un grupo de jóvenes migrantes que ocupan desde hace meses una vivienda. El fin de semana se han repetido los enfrentamientos con los jóvenes, a quienes el viernes quemaron la puerta de entrada de la casa en la que viven. En el barrio les acusan de robar y amedrentar a los lugareños. Una entidad local asegura que es un ataque xenófobo.
El fin de semana estalló en Trinitat Vella un conflicto que se gesta desde hace meses, cuando unos jóvenes ocuparon una casa en la calle de Turó de la Trinitat. Por ella han ido rotando diversas personas, la mayoría extutelados de la Generalitat, algunos conocidos ladrones multirreincidentes de la ciudad, según fuentes policiales. En el barrio les acusan de amenazar, robar y amedrentar a los vecinos.
El viernes se inició la escalada del conflicto. A las tres de la tarde, empezó una discusión entre algunos vecinos y los jóvenes por la inseguridad en el barrio, de la que les hacen responsables, y les amenazaron con quemarles el domicilio, según fuentes policiales. No muy lejos, la policía encontró un bidón de gasolina cerca de un contenedor. A partir de ese momento, se decidió reforzar la seguridad y se intentó mediar con las partes.
Ya de madrugada, se produjo un incendio en la puerta de entrada de la casa que ocupa el grupo de jóvenes. Estos explicaron que vieron a dos motocicletas, que alguien intentó entrar con palos en el patio del domicilio, y que finalmente rociaron la puerta con algún líquido inflamable, la encendieron y se fueron. En el interior había seis personas, y ninguna de ellas resultó herida. Al día siguiente por la noche, y hasta entrada la madrugada, un grupo de un centenar de vecinos se concentró delante de la casa sin incidentes.
La situación se repitió el domingo por la tarde. Vecinos del barrio se citaron a las seis, de nuevo delante de la casa, para protestar por la inseguridad y exigir una solución al problema que aseguran que viven con los jóvenes. Al conocerse la concentración, un grupo de personas del grupo denominado Xarxa de Suport Mutu de Trinitat Vella acudió al lugar para denunciar lo que considera un ataque xenófobo contra los jóvenes. Finalmente, los Mossos intervinieron, separaron a ambos grupos y cargaron.
“Imagínate bajar a comprar el pan y encontrarte esta escena o similar desde hace meses”, escribe en Twitter Dani Ruiz, un ilustrador de Trinitat Vella. Se refiere a las imágenes que ha adjuntado donde se ve a un joven con un cuchillo en la mano caminado por la calle. En un hilo en la red social, explica que sufren “situaciones de inseguridad, falta de civismo y convivencia” desde hace meses. Que los vecinos no se atreven a cruzar la plaza del barrio “por miedo” y que en ella se ve más a los “Mossos y la Guardia Urbana” que a quienes viven en el barrio.
Ruiz, con quien este diario intentó contactar sin éxito, explica que los “cuchillos, insultos y peleas” son “continuados”. Y que no se ha logrado una solución, a pesar de haber intentado dialogar, haber denunciado ante los Mossos y de la intervención de los servicios sociales. Fuentes policiales afirman que se han producido al menos dos peleas entre dos grupos de jóvenes distintos que ocupan viviendas en la zona.
La manifestación, insiste Ruiz en Twitter, solo buscaba “visibilizar el problema” y “luchar” por su “seguridad” y lamenta que la Xarxa les haya acusado de ser “grupos fascistas”. “Estamos investigando todas las fotos”, asegura Fernando Garrobo, de la Xarxa, que afirma que al menos había una persona de Democracia Nacional y otra de Desokupa, con vínculos con la extrema derecha. aunque admite que la mayoría eran vecinos “con miedo”. Garrobo desvincula a la mayoría de los jóvenes que viven ahora en la casa ocupada con quienes han participado en los actos delictivos que denuncian en el barrio. “Llevan cuatro semanas”, dice.
Fuentes policiales aseguran que unos días antes de la declaración del estado de alarma, estaba previsto el desalojo de la vivienda ocupada. Finalmente, no se pudo llevar a cabo porque las personas que había entrado en la casa inicialmente, contra quienes se dirigía el lanzamiento, ya no estaban en ella.