El director de Amnistía Internacional España se desplaza a la Embajada saudí en Madrid para llevar 50.000 firmas que piden la libertad de las activistas
AMNISTÍA INTERNACIONAL.- Amnistía Internacional insta al rey Salman bin Abdulaziz de Arabia Saudí a poner en libertad a varias prominentes defensoras de derechos de las mujeres, dos años después de su detención.
El 15 de mayo de 2018, varias destacadas activistas de los derechos humanos de las mujeres saudíes fueron arrestadas. Llevaban años defendiendo pacíficamente el derecho de las mujeres del reino a conducir automóviles, así como reformas de carácter más amplio relacionadas con el sistema de tutela masculina.
Coincidiendo con este vergonzoso aniversario, el director de Amnistía Internacional en España, Esteban Beltrán, ha llevado a la Embajada de Arabia Saudí en Madrid 50.000 firmas recogidas en los últimos meses a través de su centro de activismo on line (www.actuaconamnistia.org) para exigir la puesta en libertad, de manera inmediata e incondicional de las activistas detenidas, entre las que se encuentra Loujain al-Hathoul.
“A pesar de los anuncios recientes de aperturismo realizados por las autoridades, la Embajada se ha negado a recibir las firmas. Esto no es ninguna señal de mejora. Sin embargo, nos anima a que sigamos haciendo presión para que la situación cambie”, ha declarado Beltrán, que se ha desplazado a la Embajada de Arabia Saudí en Madrid, cumpliendo todas las recomendaciones de seguridad que marcan las autoridades sanitarias durante el estado de alarma, para llevar en mano las 50.000 firmas recogidas por la organización hasta la fecha.
“Exigimos la puesta en libertad de inmediato y sin condiciones de todas las activistas saudíes detenidas; además, deben retirarse todos los cargos formulados contra ellas y contra el resto de activistas perseguidas en Arabia Saudí”, ha concluido Beltrán en la misma puerta de la Embajada.
En los días y semanas siguientes al 15 de mayo de 2018, otras activistas pacíficas fueron detenidas en el marco de la campaña de represión y difamación de las autoridades saudíes.
“Es descorazonador que hayan transcurrido ya dos años y estas mujeres valientes continúen entre rejas, máxime cuando durante este tiempo las mujeres saudíes han disfrutado de algunos de los derechos recién adquiridos por los que ellas tanto lucharon”, ha afirmado Lynn Maalouf, directora de investigación de Amnistía Internacional sobre Oriente Medio.
“En prisión, muchas han sufrido angustia mental y física, incluidas tortura, abusos sexuales y reclusión en régimen de aislamiento. Numerosas activistas, aunque puestas en libertad, continúan procesadas por cargos relacionados con su activismo pacífico.
“Es hora de que los dirigentes de Arabia Saudí dejen de utilizar el poder judicial como espada de Damocles que pende sobre las cabezas de las activistas. El ‘impulso reformista’ de Arabia Saudí no puede considerarse creíble mientras se siga actuando contra estas mujeres y otras personas activistas pacíficas por su labor.”
Amnistía Internacional insta a Arabia Saudí a poner en libertad de forma inmediata e incondicional a todos los presos y presas de conciencia y defensores y defensoras de los derechos humanos recluidos únicamente en relación con el ejercicio pacífico de su libertad de expresión, asociación y reunión.
La masificación de varias cárceles de Arabia Saudí aumenta considerablemente el riesgo de propagación de la COVID-19 y pone en riesgo adicional a estas mujeres, alguna de las cuales ha tenido problemas de salud. Amnistía Internacional ha expresado en ocasiones anteriores su preocupación por la ausencia de medidas por parte de las autoridades para facilitar atención médica adecuada en las cárceles del país.
Información complementaria
En la actualidad, 13 activistas de los derechos de las mujeres continúan procesadas debido a su activismo por los derechos humanos. De las 13, 5 continúan privadas de libertad: Loujain al-Hathloul, Samar Badawi, Nassima al-Sada, Nouf Abdulaziz y Maya’a al-Zahrani.
Aunque las otras 8 activistas están en libertad provisional, todas continúan procesadas y muchas siguen en peligro de ser condenadas a prisión en aplicación de la legislación contra el delito informático por su labor de derechos humanos.
Estas ocho son: Iman al-Nafjan, Aziza al-Yousef, Amal al-Harbi, Dra. Ruqayyah al-Mharib, Shadan al-Anezi, Dra. Abir Namankni, Dra. Hatoon al-Fassi, y una activista cuyo nombre se desconoce.
Al menos 10 activistas han sufrido diversas violaciones de los derechos humanos en prisión, como tortura, abusos sexuales y otros malos tratos. Los tres primeros meses en detención, las mujeres estuvieron sometidas a incomunicación sin acceso a familiares ni a representación letrada. Varias han sido sometidas también a periodos prolongados de reclusión en régimen de aislamiento.