«Los inmigrantes nos quitan el trabajo» y otras mentiras que desmonta el Defensor del Pueblo

| 13 mayo, 2020

El organismo publica un exhaustivo informe sobre los beneficios de la migración a nivel económico y social y demanda una política migratoria «activa e inteligente», con cambios legislativos que mejoren la empleabilidad y las condiciones laborales de los extranjeros ante una crisis económica sin precedentes y el auge de atractivos discursos xenófobos sin fundamento

JAIRO VARGAS. PÚBLICO.- Los extranjeros nos quitan el trabajo. Los inmigrantes empeoran nuestras condiciones laborales. La crisis podía haberse evitado si no hubiéramos recibido tantos inmigrantes. No tienen formación suficiente para nuestras necesidades laborales. Se llevan la mayoría de ayudas sociales y subsidios. Colapsan la sanidad y elevan el gasto público. Vienen por nuestro Estado del bienestar. Reciben más de lo que aportan. En España no necesitamos a los inmigrantes para crecer.

Todas estas ideas llevan décadas circulando, prácticamente el mismo tiempo que las personas migrantes circulan por nuestro país. Siempre han sido falsas creencias, prejuicios sin fundamento empírico a menudo utilizadas como ariete político y caladero de votos. No todas son aceptadas por la sociedad, aunque algunas sí, pero sobre todo son repetidas y utilizadas por partidos que condicionan las políticas públicas en ese campo.

Ante la proliferación de este discurso y la preocupante deriva racista que reflejan recientes estudios demoscópicos, el Defensor del Pueblo, dirigido por Francisco Fernández Marugán, ha publicado junto a su informe anual un extenso y exhaustivo anexo sobre la contribución de la migración a la economía española.

Pide reformas legislativas que faciliten el acceso de los extranjeros al mercado laboral y que mejoren sus condiciones, ya que son el 15% de los trabajadores, unos tres millones de personas, a los que habría que sumar a todos los que podrían incorporarse con varios cambios en el reglamento de la Ley de Extranjería que recomienda.

Más de cien páginas llenas de datos, estudios, informes y estadísticas oficiales que echan por tierra cada una de estas ideas y que también quieren servir para que las Instituciones Públicas reaccionen. «Recibir cientos de miles de inmigrantes cada año es incompatible con una política pasiva y una marcada atonía institucional en materia migratoria», critica Marugán. «La inmigración debiera ser un área de interés y estudio preponderante, porque no hay forma de gestionar lo que no se examina y no se discierne con precisión», añade.

El Defensor del Pueblo pide una «toma de conciencia» gubernamental y una política migratoria «activa e inteligente» ya que la población extranjera resulta fundamental para el crecimiento económico. Unas recomendaciones que se antojan más oportunas que nunca ante la crisis económica derivada del coronavirus que, sin lugar a dudas, aumentarán la desigualdad, la pobreza y el paro, caldo de cultivo idóneo para el populismo de todos los signos políticos.

Solución ante el envejecimiento de los españoles

Según este informe, los extranjeros son la tabla de salvación del modelo europeo de bienestar. Con una población envejecida, baja tasa de fecundidad y crecimiento vegetativo negativo, la sosteniblidad del sistema de pensiones se encuentra «en jaque» y sólo la llegada de extranjeros jóvenes tira del crecimiento población.

Comparación pirámide poblacional española/extranjera. FUENTE: Defensor del Pueblo con datos del Anuario CIDOB 2018 y del INE.
Comparación pirámide poblacional española/extranjera. FUENTE: Defensor del Pueblo con datos del Anuario CIDOB 2018 y del INE.

Marugán considera «alarmante» la actual tasa de dependencia del país (número de personas dependientes sobre el total de la población en edad de trabajar) que, según la Comisión Europea, está en un 54% y llegará al 62% en 15 años para alcanzar el 82% en 2050. Este cambio demográfico «supondrá un incremento del 12 % en la factura sanitaria global de aquí a 2033», advierte.

En ese sentido, «la migración se plantea como un factor de alivio de la crisis demográfica». En España, desde 2002, siete de cada diez nuevos habitantes han nacido en el extranjero, casi se ha multiplicado por tres. Y desde el año 2000, el 60% de los 4,4 millones de nuevos activos incorporados al mercado laboral es población extranjera, con tasas de actividad mucho más elevadas que las españolas.

Además, la llegada de mujeres y su incorporación al trabajo doméstico y de cuidados — el 60% son extranjeras— «reduce el coste de tiempo y dedicación asociado a la maternidad», la hace más compatible con el trabajo fuera del hogar y, por tanto, contribuye a aumentar la tasa de fecundidad nativa y ta tasa de actividad femenina en general.

Por eso, Marugán pide facilidades para la agrupación familias de mujeres extranjeras y cambios legales para que las cuidadoras puedan ser dadas de alta en la Seguridad Social por otro contratante cuando este fallece, algo complicado actualmente y que dificulta que mantengan sus papeles.

Nos quitan el trabajo que no queremos hacer

La idea de que los extranjeros roban oportunidades laborales a la población nacional también queda desmontada. El Defensor del Pueblo recuerda que los extranjeros representan el 17% de la población activa de España a pesar de no superar el 12% de la población total. Si se fueran mañana, ilustra, el nivel de empleo caería a los 16,7 millones de ocupados —España llegó a las 20 millones antes de la pandemia—, imposible de sostener por trabajadores españoles.Si los trabajadores extranjeros se fueran mañana el empleo caería a los 16,7 millones de ocupados, imposible de sostener por trabajadores españoles

Desde 2006, el 70% de los nuevos incorporados al mercado laboral son migrantes y cuatro de cada diez empleos generados el año pasado fue ocupado por extranjeros. Mientras la población activa española perdió 300.000 personas desde el final de la crisis, todo el aumento de la fuerza de trabajo ha recaído sobre los migrantes. Sin embargo son el 20% de los empleados en servicios de restauración, comercio, atención personal o seguridad; el 35% de los asociados a las cualificaciones mínimas «y las tareas más penosas».

Marugán critica la llamada «especialización negativa» de los migrantes en el empleo, a pesar de que la mayoría tiene formación superior a las labores que desempeña. Critica la poca integración laboral de los migrantes, que después de la crisis han ocupado los trabajos peor pagados y más inestables. 

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