Un hoyo del horror en Siria

| 4 mayo, 2020

Se trata de una garganta que alcanza los cincuenta metros de profundidad en lo más hondo, donde investigadores de Human Rights Watch han hallado al menos seis cadáveres

LLUIS MIQUEL HURTADO. EL MUNDO.- Un accidente geográfico en el norte de Siria se ha convertido en una metáfora del terror sirio: la tierra tragándose cuerpos de quienes ya sólo se acuerdan sus más allegados. Lo conocen como Al Houtat. Se trata de una garganta que alcanza los cincuenta metros de profundidad en lo más hondo, donde investigadores de Human Rights Watch han hallado al menos seis cadáveres. Creen que hay más.

«El desfiladero de Al Houtat, que alguna vez fue un hermoso espacio natural, se ha convertido en un lugar de horror y ajustes de cuentas», explica Sara Kayyali, una de las impulsoras del informe publicado por la ONG este lunes. «Exponer lo que sucedió allí y en otras fosas comunes en Siria es crucial para determinar qué sucedió con las miles de personas que el IS ejecutó y responsabilizar a sus asesinos».

Dicen los vecinos del norte de Siria que, durante años, una amenaza erizó su vello: «Te lanzaremos por Al Houtat». Primero, se cree, fueron milicianos opositores quienes lanzaron allí los cuerpos de combatientes oficialistas abatidos. En 2014, cuando el Estado Islámico (IS en siglas inglesas) se adueñó de gran parte de la franja norte, la nómina de víctimas de aquel castigo se amplió.

En un vídeo compartido por redes sociales y verificado por HRW, puede verse a siete hombres enmascarados tirar el cuerpo de un hombre al Houtat. El cadáver rueda por un terraplén y encalla en una repisa al chocar con otro que ya había. «Yaryaq», se jacta uno de los enmascarados, que en la jerga de un juego local de canicas significa victoria. Luego tiran otro cuerpo, y los tres acaban en el fondo.

Activistas, periodistas, personas etiquetadas como infieles o simples ciudadanos que contradijeron las normas draconianas de la organización liderada por el difunto Abu Bakr Bagdadi, que estos días trata de emerger de entre las sombras. La Red Siria para los Derechos Humanos alerta de que al menos 8.140 personas arrestadas por el IS permanecen en paradero desconocido.

Al mismo tiempo, tal y como recuerda Human Rights Watch, se han hallado no menos de 20 fosas comunes alrededor de Raqqa, la que fue antaño la mayor ciudad siria bajo control del IS. En su interior se encontraron miles de cuerpos. Al Houtat se encuentra a unos 85 kilómetros al norte, cerca de la población de Suluk, hoy bajo control del ejército turco y de sus fuerzas afines.

«Quienquiera que controle el área de Al Houtat está obligado a proteger y preservar el sitio», subraya Kayyali, enfatizando la necesidad de conservar pruebas incriminatorias. «Debería facilitar la recolección de pruebas para rendir cuentas con los miembros del IS por sus horrendos crímenes, así como con quienes lanzaron cuerpos en Al Houtat antes o después del Gobierno del IS».

Aunque no se ha podido organizar un tribunal internacional para juzgar los crímenes cometidos en el marco de la guerra de Siria y, de hecho, miles de miembros del IS siguen languideciendo en prisiones del norte sirio sin que sus países de procedencia se molesten en repatriarlos y juzgarlos, algunas naciones han emprendido acciones legales contra algunos de ellos.

Este lunes, un tribunal de Hamburgo ha comenzado a juzgar a Omaima Abdi, una tunecino alemana que viajó a Siria y logró regresar. El pasado marzo, Carla-Josephine S. se sentó frente al juez en Düsseldorf, por primera vez, acusada de emigrar al pseudocalifato con sus tres hijos, en contra de la voluntad del padre.

Alemania es de los pocos países que han establecido un sistema para traer y juzgar a los prisioneros que las fuerzas kurdas, pertenecientes a una autoridad no reconocida internacionalmente, mantienen en sus cárceles. Centros precarios como el de Hasaka donde, este fin de semana, se produjo un motín de combatientes de la organización extremista.

De acuerdo con Kino Gabriel, portavoz de las milicias kurdas, la rebelión pudo ser aplacada el domingo gracias a la intervención de sus unidades antiterrorista. Según testigos, helicópteros de la coalición occidental anti IS sobrevolaron el centro de internamiento, aunque no se determinó su misión.

Esta situación se desencadenó casi al mismo tiempo que una oleada de ataques del Estado Islámico en el este de Irak lo que, para muchos expertos en seguridad, demuestra que el IS, a pesar de haber perdido su control territorial en marzo del año pasado, está lejos de extinguirse.

HISTÓRICO

Enlaces internacionales