DIARIO SIGLO XXI.- Un equipo liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha ideado un nuevo método para detectar las corrientes de refugiados a nivel mundial.
El trabajo, basado en datos geolocalizados de la red social Twitter y llevado a cabo en colaboración con UNICEF, ha permitido a los investigadores entender por dónde pasan y en qué zonas se concentran los refugiados cuando abandonan sus países de origen.
Los resultados, que aparecen publicados en la revista ‘PLOS ONE’, permiten que las autoridades y ONG mejoren la gestión y concentración de las ayudas a los refugiados.
El estudio se ha centrado en la crisis migratoria de Venezuela, causante de que unos cuatro millones de venezolanos hayan abandonado su país entre 2015 y finales de 2018, según datos de las Naciones Unidas (ONU).
«Hemos desarrollado el método de tratamiento de datos y lo hemos contrastado con datos oficiales, incluso encontrando errores en la información que UNICEF tenía sobre entradas de refugiados venezolanos en Brasil y que la Policía Federal brasileña había recogido bien», explica el investigador del CSIC José Ramasco, que trabaja en el Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos (un centro mixto del CSIC y la Universidad de las Islas Baleares).
Ramasco indica que el objetivo ha sido práctico desde el inicio del estudio y siempre de la mano de las necesidades de información que UNICEF les ha hecho llegar.
Según los científicos, la vigilancia de las corrientes migratorias es clave para responder a las crisis humanitarias y elaborar políticas eficaces.
Esta información suele provenir de encuestas y controles fronterizos, pero la falta de accesibilidad y no tener una imagen clara de qué sucede tras el cruce de fronteras reduce su utilidad.
Basándose en los datos geolocalizados de Twitter, los investigadores comprobaron si los usuarios eran residentes en Venezuela durante los meses y años anteriores a la crisis y monitorizaron su movilidad agregada a su salida del país tras el inicio de la confrontación entre el Gobierno y la oposición.
Comprobaron su entrada en otros países, en qué ciudades se concentraban y si continuaban su viaje a terceros destinos.
Finalmente, contrastaron estos datos con los recogidos por las autoridades en los cruces de frontera.
«Los flujos calculados son coherentes con las estadísticas oficiales», asegura Ramasco, por lo que el método es «versátil» y «de gran alcance», ya que puede utilizarse para estudiar diferentes características de la migración, como las rutas preferidas, las zonas de asentamiento, la movilidad a través de varios países o la integración espacial en las ciudades.
Además, este método proporciona resoluciones geográficas y temporales «aceptablemente precisas», lo que permite explorar cuestiones no contempladas en los registros oficiales, tal y como añade Ramasco.
Los científicos esperan que estas nuevas fuentes de información puedan complementar a las oficiales y ayuden a las autoridades y organizaciones humanitarias a evaluar mejor cuándo y dónde intervenir sobre el terreno.