Los ultraconservadores votan a favor de enviar a comisión parlamentaria las dos polémicas iniciativas
PAULA CHOUZA. REUTERS / EL PAÍS.- Los ultraconservadores polacos han aparcado este jueves en el Congreso dos polémicos proyectos de ley para restringir el acceso a la interrupción legal del embarazo y castigar la educación sexual en Polonia. El gobernante Ley y Justicia (PiS) ha votado a favor de enviar ambas iniciativas —impulsadas por asociaciones provida— a comisión parlamentaria, lo que en la práctica deja en nevera el procedimiento. La decisión de debatirlas esta semana en la Cámara baja, en medio de una crisis sanitaria sin precedentes que mantiene a la población confinada desde hace tres semanas, impide las protestas masivas y deja ya cerca de 7.800 contagiados y 292 muertos en el país, había puesto en alerta a asociaciones civiles y parlamentarios de toda Europa.
La propuesta sobre aborto, que modifica la Ley de Planificación Familiar de 1993 —ya de por sí una de las más restrictivas de Europa—, prohibía la interrupción del embarazo en caso de malformación fetal, el 98% de los practicados de manera legal en el país, según datos recogidos por organizaciones civiles. La norma acercaba a Polonia a las legislaciones de Malta, San Marino y Andorra, donde esta práctica no es legal bajo ningún supuesto, y lo permitía solo en caso de que el embarazo fuese producto de una violación o incesto y cuando la vida de la madre corriese peligro.
La iniciativa llevaba paralizada en la Cámara baja desde marzo de 2018, cuando el Gobierno se vio obligado a dar marcha atrás debido a la presión en las calles del movimiento feminista. Este miércoles, pese a las restricciones por la pandemia, decenas de mujeres con paraguas negros —símbolo del movimiento por los derechos reproductivos en Polonia— rodearon el Congreso. La campaña también se trasladó a las redes sociales e incluso el martes se organizó una protesta con bocinazos desde los coches. Para Klementyna Suchanow, escritora, periodista e integrante del movimiento Huelga Nacional de Mujeres, la votación de este jueves “es una victoria”. Aunque es consciente de que el PiS no ha rechazado el proyecto y podría llevarlo a pleno una vez concluyan los trabajos en la comisión, señala que el partido “tiene miedo”.
Igualmente controvertida era la propuesta sobre educación sexual, que bajo el pretexto de evitar que “se promueva la pedofilia” y «proteger a los niños y jóvenes contra la depravación sexual», contempla penas de hasta cinco años de cárcel para quienes impartan noticiones de educación sexual entre menores de edad. El Parlamento Europeo ya aprobó en noviembre una resolución en la que condenaba la iniciativa y advertía de que esta afectaría, entre otros, a “educadores, activistas, personal de atención médica, psicólogos, editores, periodistas e incluso padres o tutores legales”. El plazo para debatir ambos proyectos expiraba ahora, seis meses después de la constitución del nuevo Parlamento.
Diferentes asociaciones de derechos humanos, como la Federación Internacional de Planificación Familiar en Europa o Human Rights Watch, habían advertido en los últimos días del peligro de aprobar ambas iniciativas en medio de una pandemia. El miércoles, el grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo llamó “al PiS y a su líder Jaroslaw Kaczynski a abandonar esta legislación radical”. En un comunicado difundido horas antes del comienzo de la sesión, la portavoz socialista, Iratxe García, señalaba que el Gobierno polaco se estaba “aprovechando cínicamente de la situación actual de confinamiento para aprobar esta ley”, ya que las restricciones vigentes no permitirían que las personas saliesen a las calles para protestar como lo hicieron anteriormente. García sostenía que “en lugar de ayudar a las mujeres”, el Ejecutivo buscaba “restringir sus derechos fundamentales endureciendo lo que ya es una de las leyes antiaborto más restrictivas de la UE y privar a los jóvenes de una educación sexual integral”.
“Es hora de que el Gobierno conservador entienda que ya no vivimos en la Edad Media”, afirma por correo electrónico el eurodiputado polaco Robert Biedron, candidato de la izquierda a las elecciones presidenciales previstas para el 10 de mayo. “Como representantes de las fuerzas progresistas, no descansaremos hasta que las mujeres polacas disfruten de los mismos derechos que otras mujeres europeas”, añade.
En declaraciones recientes al medio de noticias católico Niedziela recogidas por la agencia Reuters, el mandatario actual, el conservador Andrzej Duda, se mostraba partidario de limitar el acceso al aborto. “Creo que matar a niños discapacitados es simplemente asesinato”, afirmaba.
La discusión en el Congreso se produce a menos de un mes de la celebración de las elecciones presidenciales, en las que, según los sondeos, Duda podría ganar en primera vuelta. Más de dos tercios de los polacos se oponen a los comicios. El principal partido opositor, Coalición Cívica, suspendió la campaña y ha llamado al boicot de los electores, pero el Parlamento modificó la ley electoral y aprobó la semana pasada que estos se realicen solo por correo en una maniobra que los adversarios políticos califican de “golpe de Estado”. A esta reforma se refiere precisamente la Eurocámara en una resolución que vota este viernes en la que critica la deriva de los Gobiernos de Hungría y Polonia durante la crisis. “La Carta de los Derechos Fundamentales y el cumplimiento del Estado de derecho debe seguir aplicándose”, sostiene el documento.