El portavoz de la comandancia de Cáceres sale al paso de la polémica tras el permiso durante el Ramadán para comprar carne ‘halal’
BRAIS CEDEIRA. EL ESPAÑOL.- «Han donado más de 20.000 euros«. Es la respuesta del agente Morcillo, portavoz de la Guardia Civil en Cáceres, a las críticas de las últimas horas tras el permiso que la comandancia ha concedido a las comunidades musulmanas de la zona. En un vídeo difundido desde la Benemérita explican que las comunidades islámicas están perfectamente integradas, y que incluso han realizado una aportación económica procedente de la recolecta a la Consejería de Sanidad de la Junta de Extremadura.
Todo comenzó cuando los colectivos islámicos de los municipios de Batán y Talayuela pidieron permiso para, durante el confinamiento por el coronavirus, poder realizar las compras necesarias para la comida del Ramadán, que empieza la semana que viene. Es una de las comidas «obligatorias» en la etapa más importante del año para quienes profesan tal religión, y en ella un musulmán debe consumir carne halal, que no es más que la forma de matar al animal según el rito islámico. El sacrificio busca evitarle un daño excesivo para que así la carne sea de más calidad y no sea tan dura, desangrándolo por completo.
Tras la petición de las comunidades musulmanas, el teniente coronel de la Benemérita consultó con la Subdelegación del Gobierno de Cáceres, y tras la respuesta afirmativa se lo comunicó a los agentes del puesto a través de un correo electrónico. EL ESPAÑOL pudo acceder a un fragmento de ese mensaje. «Se comunica que los desplazamientos que deban realizar fuera de sus localidades las personas de religión musulmana con motivo del próximo Ramadán están autorizados, dado que son escasos los establecimientos autorizados por la Comisión Islámica de España», explicaba la orden.
La difusión de este documento generó comentarios en redes sociales de usuarios que denunciaban cómo el Gobierno iba «a autorizar a los musulmanes el desplazamiento masivo para celebrar el Ramadán» después de «desalojar la catedral de Granada por la celebración de una misa que era legal».
Al paso de las críticas llegadas desde distintas zonas de España ha salido el agente Morcillo, portavoz y responsable de comunicación del destacamento de la Guardia Civil en la región a través de un vídeo con una declaración grabada en la que decía lo siguiente: «Desde el comienzo de la crisis, originada por el Covid-19, diferentes comunidades islámicas asentadas en la provincia de Cáceres, Jaraíz de la Vera, Navalmoral de la Mata, Majadas de Tiétar, Talayuela y Saucedilla no han dudado en hacer saber a la Guardia Civil su interés de colaborar realizando diferentes aportaciones tanto de dinero como de material sanitario, como expresión de solidaridad y de integración social».
El agente sostenía que la Benemérita se había puesto en contacto con la Consejería de Sanidad de la Junta de Extremadura, tras una petición de esas comunidades musulmanas de la zona, «para hacerles llegar más de 20.000 euros procedentes de la recolectas realizadas entre todos los integrantes de estas comunidades».
El agente prosigue en su defensa de los derechos de quienes profesan esta religión: «La Guardia Civil tiene constancia de que la comunidad musulmana de esta provincia está muy concienciada del problema sanitario y del alto coste económico que está suponiendo esta enfermedad, por lo que no han dudado en llevar a cabo esta iniciativa en solidaridad con el país que le acogió».
El polémico correo
Aunque este tipo de prácticas están permitidas según el artículo 11 del real decreto ley del estado de alarma, que impone restricciones de circulación y tránsito durante el confinamiento, hace unos días que saltó la polémica.
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Fuentes del cuerpo aseguran a EL ESPAÑOL que en la región hay tan solo unos pocos centros a los que acudir a comprar esos productos, y que por eso se había autorizado tal petición. En el correo electrónico se explicaba que se decidió permitir esos desplazamientos concretos porque «son escasos los establecimientos autorizados por la Comisión Islámica de España».
En ese mismo mensaje se concretaba que se tiene constancia simplemente de que, en la zona, ese tipo de «establecimientos autorizados solo están en Talayuela, Miajadas y Cáceres«.
El ‘iftar’
Fuentes de la Guardia Civil en la zona aseguran a EL ESPAÑOL que lo que quizás ha producido cierta polémica sea la «confusa redacción» del correo electrónico, y que la autorización se refiere exclusivamente a desplazamientos puntuales de musulmanes residentes en la provincia de Cáceres que necesitan abastecerse de productos que cumplan los requisitos de la ley islámica. En ningún caso se trata de movimientos de personas para reunirse en celebraciones religiosas relacionadas con el mes sagrado del Ramadán, que este año comienza el 23 de abril.
Sin embargo, esas mismas fuentes no logran explicar el confuso mensaje difundido por el portavoz de la comandancia.
Durante el mes sagrado del Ramadán, los musulmanes no pueden ingerir alimentos o bebidas desde el amanecer hasta la puesta del sol. Y en la comida nocturna que pone fin al ayuno, el iftar, la costumbre es servir primero sopas, tortas, huevos, leche y dátiles, seguidos un par de horas después por un guiso de pescado o carne -de animales sacrificados según el rito islámico-, para concluir con frutas o pasteles.