Tras el cierre de fronteras decretado por Rabat, la ciudad autónoma se ha hecho cargo de la estancia y manutención de 150 adultos extranjeros y 114 menores que estaban en la calle
FRANCISCO PEREGIL. EL PAÍS.- Las autoridades de Ceuta se han encontrado con un patata caliente desde que Marruecos cerró sus fronteras el 13 de marzo. Ese mismo día, España decretó la alarma sanitaria. Mientras los ceutíes se confinaban en sus casas, por las calles quedaron pululando cientos de marroquíes, menores y adultos, que ya no podían regresar a su país. Algunos eran trabajadores transfronterizos; muchos estaban esperando su oportunidad para pasar a la península. La pandemia obligó a despejar las calles y Ceuta los ha alojado en dos pabellones.
El presidente de la ciudad, Juan Vivas, del PP, abrió el sábado 21 de marzo dos pabellones polideportivos como albergues. En uno de ellos, el centro de Santa Amelia, hay ahora 114 menores, que se suman a los más de 400 que ya estaban acogidos en el centro de La Esperanza. Y en el pabellón de la Libertad se ubicaron a 147 adultos. El problema es que muchos de esos marroquíes se sienten allí como en una cárcel. Desean volver a su país y todas las puertas se les han cerrado.
En La Libertad ha habido varias peleas y fugas. “Esto es una lucha cada día”, indica por teléfono un hombre originario de Tetuán, de 24 años; “hay peleas por cargar el móvil, por intentos de robo, por conseguir tabaco o droga”. Otra persona declaraba el pasado 29 de marzo a El Faro de Ceuta: “Nosotros queremos ir a Marruecos, pero nadie nos escucha. Estamos aquí como en una cárcel”.
El 18 de marzo, cinco marroquíes lograron regresar a nado desde Ceuta a Fnideq (Castillejos), la localidad marroquí más próxima.
Una fuente de la delegación del Gobierno en Ceuta señala: “En La Libertad hay un grupo de unos 20 toxicómanos que son los que están creando problemas. Alguno llegó a romper cristales para hacerse navajas. No tenemos espacio para aislar en otro lugar a esos 20 toxicómanos. Y en el centro de Santa Amelia ocurre algo similar entre los menores”. Un cooperante que trabaja estos días en La Libertad señala: “Aquí hay quienes están deseando que les abran las puertas para volver a buscarse la vida, con su tabaco, su alcohol y su droga. Hay otros cuantos que desean regresar a Marruecos y pasar allí el ramadán con sus familias, que llegará a finales de abril. Y hay también quienes temen que los expulsen de España y vuelvan a quedarse en Marruecos”.
Fuentes policiales indicaron que entre los alojados en La Libertad los empleados transfronterizos son una minoría y la mayoría son marroquíes que intentaban viajar a la península.
Malas condiciones
Tres marroquíes alojados en La Libertad con los que este diario ha hablado por teléfono se quejan de las “malas condiciones de vida”. Pero una fuente de la Ciudad Autónoma que prefiere no revelar su nombre indica: “Seguramente no son las condiciones ideales para vivir. Pero estamos haciendo lo que podemos. Es Marruecos quien debería hacerse cargo de ellos como España se ha hecho cargo de los turistas españoles que quedaron bloqueados en Marruecos tras el cierre de la frontera”.
Desde la Delegación del Gobierno aclaran sobre las condiciones de vida en el pabellón: “Ahí todos tienen cuatro comidas al día, tienen duchas, tienen la asistencia de la Cruz Roja y tienen hasta ropa nueva”.
Las autoridades piden ayuda al Gobierno
El presidente de la Ceuta, el popular Juan Vivas, ha reclamado en varias ocasiones que el Gobierno de España se haga cargo de los marroquíes de La Libertad y los aloje en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). “La Ciudad Autónoma está haciendo todo lo que puede y más de lo que debe”, declaró ayer Vivas.
“Es un asunto de inmigración: cualquier ceutí puede pensar que si son inmigrantes, por qué no están en el centro de estancia temporal, el establecido legalmente para ellos. Esto se lo trasladé al presidente, no culpo a nadie, pero no paramos de repetirlo. La Ciudad está sufragando el gasto en alimentación, estancia, vigilancia… Esto no es normal, no debería ser así”, se lamenta el presidente de Ceuta.
De momento no se ha dado ningún caso de contagio de coronavirus. Aunque los temores se desataron cuando se fugaron dos personas que presentaban síntomas de fiebre. Una vez encontrados, se les hicieron pruebas, dieron negativo y fueron devueltos al pabellón polideportivo. “Como alguien dé positivo aquí van a tener que hacernos la prueba a todos”, advierte un cooperante.