El confinamiento agrava la situación de maltrato, por lo que ANAR amplía su horario de atención a 14 horas diarias
ROCÍO GIL GRANDE. RTVE.- El hogar debería ser el lugar más seguro para un niño, especialmente estos días en el que se les exige que se queden en casa para combatir el coronavirus. Sin embargo, el confinamiento por el coronavirus agrava los casos de violencia doméstica en un país en el que uno de cada cuatro niños ha sufrido maltrato por parte de sus padres, madres o cuidadores, según Save The Children. Tan solo en la última semana, la Fundación ANAR de ayuda a niños y adolescentes ha detectado 173 casos graves de violencia a menores y por ello ha ampliado el servicio de su atención vía chat o e-mail para que chicos y chicas puedan pedir ayuda sin temer ser escuchados.
La fundación ha recibido 270 peticiones de ayuda tan solo entre el 23 y el 30 de marzo, pero la progresión va en aumento. De ellas, casi el 40% alertaban de situaciones de violencia contra los menores, siendo la principal causa la violencia física dentro del seno familiar, en un 12,7% de los casos, seguida de los malos tratos psicológicos (6,9%): «Están sufriendo más violencia y desprotección que nunca».
Pero la fundación destaca la especial gravedad de los casos de abuso sexual (3,5%) en la que “los menores no pueden escapar de sus agresores”.
“Vemos día a día cómo se va incrementando el porcentaje de violencia y según van pasando los días de confinamiento, más tensión y presión hay dentro de las casas”, explica a RTVE.es el director de Programas de ANAR, Benjamín Ballesteros. Destaca que, mientras puede ser normal entre la población que la “frustración” por el confinamiento vaya en aumento, hay quien “transforma la frustración en agresividad y la vuelca con personas de su entorno”, una situación especialmente peligrosa cuando se convive con niños.
Crecen las consultas sobre violencia a menores y de género con el estado de alarma por el coronavirus
Pero además influye otro factor, el espacio físico. Si bien no existen grandes diferencias respecto a la violencia que sufren los menores según su nivel socioeconómico, el hecho de que quien menos recursos tiene vive en casas más pequeñas puede contribuir a que “la tensión aumente” y se dé una “invasión del espacio vital” que pueda hacer que las personas se sientan “más violentas”: “Imagínate una familia con los niños y la abuela en una casa de 50 o 60 metros cuadrados… tiene que ser tremendo”.
Aumentan las ideas suicidas
Ballesteros destaca el gran aumento del porcentaje de consultas por parte de los menores relativas a problemas psicológicos, un 27,7% del total, cuando en la memoria anual de 2018 el porcentaje de llamadas al Teléfono ANAR por este motivo no llegaba al 10%. “La ansiedad, la tristeza, las ideas suicidas, el miedo a la soledad, los trastornos de la alimentación… han crecido las consultas relativas a todo ello”.
Y en el caso de las ideas suicidas, el porcentaje ha pasado del 1,9% del total de las llamadas en 2018 al 5,8% en las consultas realizadas esta última semana a través de los canales online. “Los niños y adolescentes que sufren violencia están viviendo con gran desesperación este momento y no pueden escapar de él, por lo que pueden ver el suicidio como la única forma de salir y todo ello se puede agravar por otros problemas psicológicos” derivados del confinamiento, expone Ballesteros, que incide en que el intento de suicidio “nunca es el problema en sí mismo sino otro síntoma de los problemas” que tienen los jóvenes.
Y mientras, convivir con noticias diarias sobre el coronavirus no ayuda para frenar la ansiedad o la tristeza de muchos adolescentes: “Hay un paralelismo constante entre coronavirus y muerte que produce un efecto halo que hace que todos estemos con miedo”.
Abandono y violencia extrafamiliar
El abandono por parte de los padres o tutores también es otra forma de violencia y llama la atención que el 2,9% de las consultas hechas hayan sido al respecto, bien sea porque los padres se van habitualmente de casa pese al confinamiento o porque los cuidados son negligentes: “Vemos niños malnutridos, mal aseados o solos, sin atención alguna”.
Además, el hecho de tener que quedarse en casa no está contribuyendo a reducir la violencia extrafamiliar, sobre todo la ejercida a través de internet. El 2,9% de los casos recogidos por ANAR hacen referencia a acoso a través de las redes sociales a la que los menores pertenecen.
Y no termina ahí. “Durante estos días, estamos viendo con asombro el caso insólito de las agresiones extrafamiliares producidas por los vecinos (1,7%) hacia los menores de edad que justifican su violencia por el mal comportamiento de los más pequeños”.
Por último, Fundación ANAR destaca el 1,7% de casos de problemas sociales derivados por la situación económica que están atravesando las familias. «El encierro para ellos está siendo especialmente cruel porque supone no tener acceso a las ayudas o becas de comedor o el tener que afrontar el pago del alquiler sin tener capacidad para generar ingresos», concluye Ballesteros.