Para algunos grupos de la ultraderecha militante, el covid19 se percibe como una oportunidad para desarrollar las teorías neonazis aceleracionistas y “salvar a la raza blanca”. Un ejemplo claro es el atentado fracasado de Wilson contra un hospital del sur de Kansas City
ROGER SUSO. EL SALTO.- Timothy Wilson murió el martes 24 de marzo en Belton, un suburbio de Kansas City, abatido en un tiroteo por agentes del FBI. Las autoridades federales aseguran que lo tenían bajo vigilancia antiterrorista desde hacía meses y que procedían a detenerlo. El sospechoso, de 36 años, pretendía atentar con un coche bomba contra un hospital de Misuri (Estados Unidos). Los planes de Wilson consideraban diferentes objetivos: una escuela con mayoría de estudiantes negros, una sinagoga y una mezquita.
Pero cuando la pandemia del coronavirus empezó a agravarse en los Estados Unidos y las autoridades locales de Misuri emitieron órdenes de confinamiento, Wilson escogió un hospital con decenas de pacientes enfermos ingresados por coronavirus. Wilson, armado cuando fue disparado por los agentes, “decidió acelerar su plan de utilizar un dispositivo explosivo improvisado en el vehículo para intentar causar daños graves y víctimas masivas“, afirmó el FBI en un comunicado.
EL COVID19 COMO AGENTE BIOLÓGICO
Estos días Telegram echa humo. La aplicación de mensajería instantánea con mensajes encriptados y posibilidad de autodestrucción es una herramienta ideal para intercambiar y transmitir información y propaganda sobre la evolución de la pandemia. Sobre todo si, más allá de memes y teorías de la conspiración absurdas sobre sus orígenes, algunos neonazis ven abiertamente una oportunidad para la insurgencia violenta si las autoridades batallan para mantener el control sobre la sociedad durante un prolongado confinamiento.
Mientras el Estado Islámico recomienda a sus adeptos cumplir estrictamente las medidas de prevención, diferentes sectores ultraderechistas intentan sacar rédito político y hasta alientan a emplear el propio virus como arma
Mientras que el Estado Islámico recomienda a sus adeptos evitar Europa y que que cumplan estrictamente con las medidas de prevención para evittar contagiarse de covid19, diferentes sectores ultraderechistas intentan sacar rédito político de la crisis infecciosa global y hasta alientan emplear el propio virus como arma. Varios grupos neonazis han animado sus miembros enfermos a contagiar las fuerzas de seguridad. Una ventana de oportunidad. Otros cuelgan fotos de ellos mismos con traje hazmat, máscara de gas y armamento. Naturalmente amenizado con esvásticas y el sol negro de las SS.
La retórica violenta y la apología del terror en los chats y canales secretos, cerrados y encriptados de Telegram ha aumentado, y lo ha hecho a medida que se hacen visibles los daños económicos derivados de la crisis del coronavirus. El medio de comunicación Unicorn Riot publicó, el 20 de marzo, la filtración de meses de conversaciones internas del chat del grupo neonazi Feuerkrieg Division —otro grupúsculo espejo de Atomwaffen Division—, en las cuales algunos de sus miembros discutían cómo convertir el coronavirus en arma si alguno de ellos daba positivo. La respuesta unánime fue: “Infiltrarse en la comunidad judía e infectarla”.
Grupúsculos neonazis discutían en sus canales de Telegram cómo convertir el coronavirus en arma si alguno de ellos daba positivo: “Infiltrarse en la comunidad judía e infectarla”
Por su parte, el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha considerado el coronavirus como “agente biológico”, y si “se utiliza como amenaza o como arma, puede implicar cargos de terrorismo”. Así lo sostiene la fiscalía general. Pero parece que esto no supone un impedimento para los fanáticos de Hitler, de los que algunos, más allá de discutirlo detrás el teléfono móvil y difundir memes, ya han pasado a la acción.
EL ACELERACIONISMO Y LA CULTURA DE ‘SIEGE’
El movimiento neonazi en los Estados Unidos siempre ha fantaseado con una rebelión armada contra el gobierno federal, que, según ellos, es hostil a los patriotas y no hace nada para parar un supuesto y conspiranoico “genocidio blanco”. Es así como, estos días, decenas de neonazis entrelazados en Telegram observan el coronavirus como un posible desencadenante, de lo que ellos denominan “boogaloo”: una guerra civil y racial con el objetivo de establecer un etnoestado blanco”.
En los últimos años, los adherentes de los grupos más ultraviolentos del supremacismo blanco han predicado el llamado “aceleracionismo”, una teoría asociada a la desaparición del capitalismo mediante la aceleración por embate de las relaciones de producción para conseguir el colapso del sistema económico y cambios políticos radicales. Para estos grupos, la aceleración por embate significa el asesinato masivo o el asesinato de alto perfil.
James Mason es el principal propagador de esta teoría. Lo hizo en varios newsletters escritos entre 1980 y 1986 denominados Siege (más tarde recopilados en un libro, hoy de culto nazi), donde a modo de distopía, Mason, que en 1966 —con 14 años— se afilió al Partido Nazi Americano de George Lincoln Rockwell, insiste que solo el colapso completo, a través del terrorismo racial y la revolución de la sociedad norteamericana, aportará las condiciones suficientes para poner orden a través del nazismo.
Los grupos más ultraviolentos del supremacismo blanco han predicado el “aceleracionismo”, una teoría asociada a la desaparición del capitalismo mediante la aceleración de las relaciones de producción
En Siege, Mason difunde una idea entrecruzada en la cual, para acelerar el proceso de destrucción del gobierno, utiliza el fracaso de la estrategia política de Rockwell de consolidar un partido de masas neonazi capaz de competir de tú a tú con Demócratas y Republicanos, y pide a los neonazis seguir al gurú y asesino en serie Charles Manson como el nuevo Hitler, y el ejemplo del dirigente juvenil neonazi Joseph Tommasi, partidario de la guerra de guerrillas a través de células revolucionarias armadas contra el gobierno de los Estados Unidos.
DE ‘LOS DIARIOS DE TURNER’ A LOS ATENTADOS REALES
De entre los muchos libros supremacistas blancos, Los diarios de Turner es el más importante. Escrito por William Luther Pierce, entonces dirigente del grupo neonazi Alianza Nacional, y publicado en 1978 bajo el pseudónimo Andrew Macdonald, describe una violenta revolución en los Estados Unidos, con la derrota incluida, con armas nucleares, del gobierno federal y el exterminio de toda la población judía y no-blanca. El etnoestado blanco resultante, extiende su gobierno sabio y benevolente en toda la Tierra por siempre jamás.
El libro, un híbrido entre la ciencia ficción y un manual instructivo, ha inspirado centenares de atentados en los Estados Unidos y en el mundo occidental, entre ellos el atentado perpetrado por Timothy McVeigh en Oklahoma City de 1995, donde murieron 168 personas y centenares más resultaron heridas. O también el asesinato el 2016 de la diputada laborista contraría al Brexit, Jo Cox, en la población inglesa de Birstall, a manos del neonazi Thomas Mair, un cliente, éste, de la librería online de Alianza Nacional. Influenciado por Pierce, compañero suyo de partido, mentor y amigo, Mason escribió Siege al rescoldo de Los diarios de Turner.
Dos décadas más tarde, con el auge del supremacismo blanco a rebufo del ascenso de Donald Trump el 2016 y la consolidación de nuevas tendencias de derecha radical, la llamada alt-right, la obra de Mason fue “redescubierta” cuando uno de los nuevos grupos neonazis paramilitares más activos de los Estados Unidos, la Atomwaffen Division, reeditó e imprimir de nuevo Siege, hasta el punto que Mason, es actualmente asesor.
La organización, de la cual Mason también es propagandista, es un colectivo que insta sus miembros a participar en tiroteos masivos o atentados para ”salvar a la raza blanca»
La organización, de la cual Mason también es propagandista, es un colectivo que insta sus miembros a participar en tiroteos masivos o atentados, como antaño cometieron Anders Breivik el 2011 en Oslo y Utoya, Dylann Roof el 2015 en Charleston o Robert Bowers el 2018 en Pittsburgh, para contribuir a la caída de la civilización moderna y “salvar a la raza blanca”.
La apología del terrorismo y del asesinato hecha por Mason sirvió de inspiración a Brenton Tarrant, el neonazi australiano que, en marzo de 2019, perpetró el tiroteo en las mezquitas de la ciudad neozelandesa de Christchurch, con 51 muertos, que han inspirado extraordinariamente los posteriores atentados ultraderechistas de Poway, El Paso, Halle y Hanau.
EL CORONAVIRUS COMO ACELERADOR DE WILSON
Llegados a este punto, ¿cuál es pues la relación de Timothy Wilson, el hombre blanco abatido en Belton por intentar volar por los aires un hospital con la escena neonazi en red por Telegram y admiradora de Mason? Según el digital The Informant, Wilson estaba vinculado por Telegram a dos grupos neonazis estadounidenses: el Movimiento Nacional Socialista (NSM, por sus siglas en inglés) y la Vorherrschaft Division.
El NSM es una organización neonazi creada en 1974 marcada por una larga historia de violencia y asesinatos entre sus miembros. El grupo participó en la mortal manifestación de 2017 en Charlottesville. Por su parte, la Vorherrschaft Division es un grupo de creación reciente a imagen y con contactos de la red neonazi Atomwaffen Division y el también grupo neonazi The Base. Miembros de la Atomwaffen Division han sido responsables de varios asesinatos —como el del joven estudiante Blaze Bernstein, judío y gay—, de planificar ataques terroristas, así como otras acciones criminales.
La aparición de la Vorherrschaft Division, se enmarca, como sostiene la organización de defensa de los derechos civiles Southern Poverty Law Center, en una tendencia actual de grupos reducidos, descentralizados, paramilitares, conectados por Telegram y con un potencial violento muy elevado. Si bien estas redes secretas y fragmentadas pueden diferir políticamente en algunos aspectos, todas se inspiran con la Atomwaffen Division y predican el sabotaje y la violencia para acelerar el colapso del sistema y la aniquilación de los enemigos.
El supremacista blanco Wilson creía que el gobierno de Trump estaba utilizando la pandemia del coronavirus como “excusa para destruir nuestro pueblo”
El supremacista blanco Wilson creía que el gobierno de Trump estaba utilizando la pandemia del coronavirus como “excusa para destruir nuestro pueblo”. Segun relata The Informant, un día antes de morir, Wilson escribió en los grupos de Telegram que lo del coronavirus estaba orquestado “por los judíos para mantenerse al poder”. El domingo anterior publicó una foto de Robert Jay Mathews en el canal de NSM con los siguientes mensajes: “No seáis mierdas que se rinden sin luchar”. “Haced sentir orgulloso al tío Bob”, refiriéndose a Mathews.
Mathews fue el líder de The Order una organización supremacista blanca motivada por Los diarios de Turner —llevaba el mismo nombre que la organización que en el libro de Pierce derrota el gobierno— que durante los años ochenta robó bancos para financiarse, atacó sinagogas y asesinó en Denver el tertuliano radiofónico Alan Berg. El 1984, Mathews fue abatido por el FBI en una redada en una casa en Freeland, en el Estado de Washington.
Para la ultraderecha militante, el covid19 ha dejado de ser solo una conspiración orquestada por el “Gobierno de Ocupación Zionista” o el “Gobierno chino” para propagar bulos, desinformación y propaganda en las redes —como hace también el partido de extrema derecha español Vox— para pasar a ser una oportunidad. Así lo interpretó Wilson, así lo manifestó en los grupos neonazis aceleracionistas de Telegram y así lo intentó llevar a la práctica con el atentado fracasado contra un hospital del sur de Kansas City.