La xenofobia avanza junto con COVID-19

| 26 marzo, 2020

MARÍA DUNÁEVEA. SPUTNIK.- Europa es ahora el continente más afectado por el avance del COVID-19 y en varios países, entre ellos la India, Kenia o Colombia, corren peligro los turistas europeos a los que se acusa de haber llevado el virus.

La Wikipedia ya tiene una página dedicada a la sinofobia por la pandemia del coronavirus, que está disponible en una decena de idiomas. En febrero en las redes sociales de varios países europeos se lanzó la campaña «No soy un virus» para combatir la chinofobia. Entonces las personas de origen chino o que tenían una apariencia que podía hacer sospecharlo se topaban con insultos o sarcasmos. Sin embargo, ahora la situación ha cambiado.

Cambio de paradigma

Hoy en día los sentimientos hostiles y las acusaciones de ser fuente del contagio ya no van dirigidos tanto en contra de China, donde surgió el brote, sino más bien contra los habitantes de Europa, donde la enfermedad se está propagando de manera más rápida y más amplia. Dos países europeos —Italia y España— ya han superado a China en cuanto al número de muertes pese a tener una población mucho menos numerosa y las cifras siguen creciendo. La pandemia se ceba también con Francia, Alemania, Países Bajos, el Reino Unido y Suiza, donde hay cada vez más casos. Mientras, los expertos coinciden en que el pico en Europa todavía está por llegar.

En estas circunstancias, ser europeo se ha convertido en un estigma en algunos países de África, Asia o América Latina, donde el temor ante el virus hizo recrudecer las tensiones xenófobas. La población acusa a los europeos de llevarles el virus y se vuelve más agresiva a medida que va aumentando el número de contagiados.

Varios españoles han contado que los están expulsando de los hoteles y las residencias en Colombia. De un día para otro se encontraron con todas su pertenencias en la calle puesto que ningún otro establecimiento los quiso alojar. Lo irónico es que en el país las puertas empezaron a cerrarse ante todos los extranjeros ya a principios de febrero cuando el virus prácticamente no había salido de China.

A la vez, los medios franceses relatan el caso de una connacional suya en Etiopía que no consiguió tomar autobús o taxi porque los conductores se negaban a dejarle subir temiendo el contagio. Los diplomáticos denuncian también casos de lanzamientos de piedras contra los extranjeros.

El diario La Repubblica enumera varios ejemplos de hostilidad contra los italianos en Camerún, Tanzania o Kenia. La tensión en Tanzania es tan alta que la embajada italiana recomendó a sus nacionales limitar al máximo los movimientos y desplazarse en grupos.

Sin diferenciar

La xenofobia está afectando también a los europeos que se encuentran en la India. Entre ellos numerosos rusos que provienen de un país donde hasta ahora hay relativamente pocos casos. Sin embargo, tener aspecto de occidental basta para desatar la ira de la población que desde hace unos días vive confinada y que parece hacer revivir el fantasma colonial. La embajada de Rusia calcula que ahora mismo en la India están unos 10.000 rusos. Varios turistas se quejan de que les expulsan de los hoteles y en las tiendas los vendedores se niegan a venderles agua o comida. Los caminos entre diferentes estados del país están cortados y muchos turistas se encuentran varados en el lugar de su residencia.

De momento, la pandemia parece dividir más que unir. Los países cierran las fronteras en un intento de proteger a su población y la gente busca desesperadamente a un culpable a quien cargar con la responsabilidad para atajar los temores sacando a la luz los viejos rencores y resentimientos. Un perfecto caldo de cultivo para la xenofobia y el racismo.

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