Una mirada gitana de una pandemia que no tiene raza

| 25 marzo, 2020

Diario de los diez días que precedieron al decreto del estado de alarma: del funeral de Vitoria a las necesidades de las familias gitanas en el confinamiento

SILVIA AGÜERO FERNÁNDEZ. LA RIOJA.- Los gitanos y gitanas de La Rioja sufrimos la pandemia desde el comienzo del brote no sólo en forma de COVID-19 sino también en forma de antigitanismo.

En las redes sociales han corrido como la pólvora los audios difamantes, insultantes, estigmatizantes antigitanos. Bulos y rumores que han afectado al modo en que somos percibidas. Incluso ha llegado a haber comercios en los que a mujeres gitanas se les ha dicho que no eran bien recibidas porque estaban infectadas.

Algunos medios de comunicación nacionales se dejaron llevar por el racismo antigitano y mezclado con la alarma social pregonaron nombres y direcciones de personas contagiadas, saltándose a la torera los códigos éticos del periodismo y los límites de la Ley de Protección de Datos, llegando incluso a señalar al pueblo gitano riojano como responsable del brote.

Como ya sucedió con la comunidad asiaticodescendiente en España, las personas gitanas hemos sido recriminadas en las calles, en los comercios y en los medios de comunicación en un acto que solo puede considerarse como una expresión del antigitanismo tan entrañado y tan normalizado que sufrimos también, por desgracia, en La Rioja. Una tierra en la que la mayor parte de nuestras familias llevan asentadas siglos y donde cada día aportamos nuestro granito de arena en la recogida de cosechas, en el cuidado de las vides, en la hostelería y en el comercio ambulante. ¡Cuántos pueblos se están viendo desabastecidos estos días por la suspensión de los mercadillos!

Frente a esta situación, que no es nueva (en el siglo XVI cuando la peste bubónica azotó Logroño, se nos acusó de haberla provocado envenenando las fuentes públicas), se han publicado vídeos en los que vemos a personas gitanas donando a personas necesitadas toda la fruta que tenían almacenada y dispuesta para su venta en los mercadillos. No es necesario que seamos consideradas heroínas. Lo que sí es imprescindible es que se nos respete como personas y como ciudadanas.Primer día | 4 de marzo de 2020Nos enteramos de que hay algunos positivos en Haro

A las 3 de la tarde, en la puerta de un bar del casco histórico logroñés, tomando café espero a 5 mujeres gitanas de la Plataforma Rosa Cortés. Vamos a Tolosa a participar en una mesa de debate. Estamos pletóricas, contentas. Es la primera vez que nos invitan como Plataforma. Salir juntas y ser ponentes en esa mesa nos hace especial ilusión.

Gabriela llega tarde. Casi sin respiración. Tiene cinco niñas (sí, cinco) y estaba esperando a que su marido regresara de chatarrear. Su trabajo: la recogida de residuos para su posterior reciclaje, que en eso consiste el chatarreo, para que no se quedaran solas en casa.

En el camino hasta Tolosa me cuenta que hay varios gitanos contagiados en Haro. Como todo el mundo supo al día siguiente, el foco del contagio fue un funeral.

Cuenta que se esta corriendo la voz y que en la tienda de la esquina la han increpado a ella misma, culpándola de la epidemia que todavía estaba aún por llegar.

Volvimos a las 12 de la noche desde Tolosa. En la mesa hablamos de feminismo, de racismo y de cómo proponemos un cambio hacia una sociedad más igualitaria y menos racista. Todavía no somos conscientes de la gravedad de la situación sanitaria.

Nos abrazamos, nos besamos y nos despedimos. Este es el último día que nos vimos en persona.

Mientras nosotras hemos ido a Tolosa, nuestros compañeros de la Federación de Asociaciones Gitanas de La Rioja, E Zor Rroma, se ponen en marcha para contactar con los primeros afectados y hacerles llegar la información necesaria para que cumplan con las medidas de prevención que las autoridades sanitarias han empezado a difundir.Segundo día | 5 de marzo de 2020Primer aviso aviso a la comunidad gitana

Los contagios de Haro son portada. Miles de bulos empiezan a correr. Desde los periódicos generalistas nacionales comienzan a dar informaciones incorrectas, amarillistas y sensacionalistas. Ocultando parcialmente la realidad, creando una imagen incorrecta de las personas gitanas.

La comunidad gitana empieza a reaccionar. Dado que el foco inicial del contagio fue el funeral de Vitoria, al que muchas familias gitanas riojanas asistieron, se empieza a correr la voz para que quienes estuvieron se pongan en contacto con la Consejería de Salud, se aíslen preventivamente en sus casas, se cierren los lugares de culto de las diferentes denominaciones evangélicas (ya que una gran parte de nuestra gente son fieles de estas iglesias y en ellas se congregan cada tarde) y se conozcan las medidas de prevención.Tercer día | 6 de marzo de 2020Informaciones falsas y racismo antigitano

Se cree que personas de Haro se saltaron la cuarentena. Todavía ni los propios sanitarios ni los gestores políticos han dado la voz de alarma. Solo algunos medios nacionales magnifican y ofrecen datos erróneos de lo que sucede en Haro y Casalarreina.

Notamos que la crueldad racista en las calles de Logroño se intensifica. En la calle y en las redes. La hija mayor de otra de las integrantes de la Plataforma Rosa Cortés comienza a recibir mensajes acosadores por Instagram de personas que la acusan de traer el virus a La Rioja. La insultan y la amenazan. No es un hecho aislado. Hay muchas personas que culpan a los gitanos y gitanas logroñesas, sin pensar un momento que va a ser una pandemia global y que nadie es responsable de la propagación de un virus que, sin que aún lo sepamos, va a ser causa de un momento histórico en nuestras vidas.

Empezamos a crear una red de solidaridad cívica en la que colaboran las asociaciones pertenecientes a la Federación E Zor Rroma, en especial la Kel del Caló de Haro, y las activistas que formamos la Plataforma Rosa Cortés. Nuestra misión es cuidar que ninguna familia cuarentenada esté desasistida. Para eso recopilamos información, contactamos telefónicamente con todas las personas afectadas, presionamos a las autoridades para que les atiendan…Cuarto día | 7 de marzo de 2020Decidimos no participar en la manifestación del 8M

La Plataforma Rosa Cortés, junto a los primos de la Federación, decidimos no participar en la manifestación del 8 de Marzo a pesar de que lo teníamos todo preparado. ¡Incluso habíamos preparado una coreografía flamenca de ‘Un violador en tu camino’! La precaución fue lo que nos llevó a no participar: en aquellos primeros días, casi todas las personas contagiadas en La Rioja eran gitanas y como casi todas nosotras habíamos estado de una forma u otra en contacto con casos positivos decidimos, en un acto voluntario de responsabilidad cívica, no exponernos a contagiar a nadie.

Ya hay familias que están en cuarentena. Su economía diaria se ve afectada y comienzan a llamarnos porque no tienen alimentos. Empezamos a repartir comida y seguimos exigiendo a las autoridades que atiendan a estas situaciones.Sexto día | 9 de marzo de 2020El marido de Gabriela ha dado positivo

Gabriela me confirma que su marido está afectado y también una de sus hijas. He cogido un avión y estoy en Palma por trabajo. Comienza la alarma social en todo el Estado. Sobre todo en La Rioja y Madrid parece que la cosa se está poniendo muy, muy fea.

La falta de alimentos básicos y la prohibición de los mercadillos y no de las grandes superficies comerciales u otros lugares de aglomeración en La Rioja, despierta nuestro rechazo.

Comenzamos a organizarnos. En un principio, las autoridades no responden y creamos una caja de resistencia para llevar alimentos a las personas en cuarentena. Son muchas y no damos abasto.

Desde la Consejería de Servicios Sociales nos comunican que ya han puesto en marcha el dispositivo para empezar a repartir alimentos.Séptimo día | 10 de marzo de 2020Llega la primera ayuda y algunos gitanos se confinan

Llegan los primeros lotes de productos perecederos y de higiene. Eso ayuda a que nuestra gente esté más serena.

María me llama por teléfono. Está desesperada. Hay personas que ya están en cuarentena por propia decisión. Ella misma ha tomado la decisión de mantenerse en casa. Teme por sus hijos y sus padres. No quiere que sean los siguientes.

Llega la noticia de la primera persona fallecida en La Rioja por efecto del COVID-19.Octavo día | 11 de marzo de 2020Servicios Sociales reparte alimentos frescos

Estamos en contacto con todas las familias que están en cuarentena. Hay muchas. Por nuestros cálculos, unas 70 personas gitanas. Incluso uno de los líderes de nuestras asociaciones y varios pastores.

Preguntamos a todas cómo están y si necesitan algo. Movemos la información para que las autoridades sanitarias acudan allí donde nuestra gente lo necesita. También metemos presión a Servicios Sociales para que los alimentos lleguen a todo el mundo.

Hoy han repartido alimentos frescos. Son imprescindibles porque nuestras casas siempre están llenas de niñas y niños.Noveno día | 12 de marzo de 2020El primer fallecimiento gitano en La Rioja nos hunde

Primera víctima mortal gitana en La Rioja. La noticia nos hunde en el dolor. Además, las autoridades nos informan de que no podrá tener un velatorio ni un funeral como los habituales sino que la familia dispondrá de una hora para despedir a su ser querido y que no podrán acudir a su funeral más que las personas más allegadas, siempre y cuando no estén ya en cuarentena.Décimo día | 13 de marzo de 2020En cuarentena y sin dinero para comprar comida

Nos llegan noticias de que hay más familias afectadas, que han dado positivo y, por tanto, tienen que permanecer en cuarentena. Recopilamos la información. La enviamos a Servicios Sociales para que las incluyan en las listas de reparto de alimentos. Aquí es donde se ve el nivel de exclusión social de la población gitana: casi ninguna familia gitana dispone de dinero para aprovisionarse de lo más básico.Duodécimo día | 14 de marzo de 2020«Echo en falta el contacto con la gente»

El sábado 14 de marzo se declara el estado de alarma en todo el país. Ya estamos todos confinados.

Ana es otra de las mujeres gitanas que tiene muchos familiares afectados, ingresados en la UCI o enfermos leves.

– ¿Cómo estás, Ana?

– Psicológicamente destrozada. Porque ves cómo está el país y ves que la gente cercana ha fallecido y ves el sufrimiento de la gente. Me conmueve.

Hemos hecho una compra grande y no vamos a salir. Solo por la mañana temprano a por pan.

Económicamente también había reservas en casa, pero este dinero se va agotando y como no entran otros ingresos, tengo nervios, incertidumbre, por cuánto va a durar esto.

– ¿Y los niños, Ana? ¿Cómo están?

Sus niños son mayores, pasan la tarde jugando al parchís y la profesora les ha mandado deberes.

– Menos mal. Porque tenía al grande preocupado. Le gusta mucho estudiar y le distrae ¿Con los niños? Difícil la situación: quieren salir y respirar.

Una de mis niñas está llorando porque se le hace difícil la situación tan tensa.

– ¿Necesitas algo?

– Echo en falta el contacto con la gente, con vosotras. Tomar café con vosotras cada día.

Asiento y me doy cuenta de que llevo sin verla casi tres semanas. Nos veíamos cada día para la organización de la Plataforma y por el gusto de estar juntas.

Ana ha sufrido un ERTE a consecuencia del coronavirus.

Cree que después de esto va a dar más valor a la vida, a las personas. «Nos han quitado algo que teníamos gratis y que quizás no le dábamos el valor que se merece: pasear, tomar el aire o estar juntas».

– ¿Cómo está ahora la cosa con los vecinos payos?

– He comprado el pan para mi vecina la de abajo y con la de enfrente he compartido una docena de huevos que tenía yo en casa. Es una mujer mayor.

Sus vecinas no son gitanas y cuando se enteraron que la mayor parte de los contagiados fueron personas gitanas, la apoyaron mucho. Hemos creado una red sin quererlo, de forma natural. Eso me cuenta Ana: «La de abajo me da yogures pa’los niños y yo le compro el pan cada día; con la de enfrente compartimos lo que tenemos cada día».

Un compañero de la Federación de Asociaciones Gitanas me cuenta que otras personas no han sido tan amables: «Algunos vecinos ni nos miran a la cara o nos miran con odio. Son cosas que se notan. Incluso en el ascensor no se suben con nosotros. Se bajan».

El virus no entiende de colores, ni de procedencias ni de clase. Pero está claro que se está cebando con los más vulnerables y con quienes ya tenían peores estados de salud.

Desde las organizaciones gitanas no paramos de decir a la gente que sigan las recomendaciones, que no salgan de casa, que se laven las manos… y parece que los contagios entre nuestra gente se han parado.

También se ha ayudado a las familias que más lo necesitaban. Debemos reconocer la labor bien hecha por parte de la Consejería de Servicios Sociales. Las noticias de las altas han empezado a llegar y eso nos hace estar más animadas.

También hemos promovido que otras organizaciones gitanas de otros lugares asumieran un papel protagonista en la lucha contra la pandemia. Han seguido nuestro método: hablar con la gente, ver qué necesidades hay, buscar alternativas, presionar a las autoridades para que no se olviden de nosotras y ayudar a difundir la información.

La Rioja puede estar orgullosa de contar con un tejido asociativo gitano potente y bien organizado que ha sabido estar a la altura de las circunstancias. Esperemos que cuando la pandemia se acabe las autoridades nos escuchen y pongan en marcha un plan de lucha contra el antigitanismo y políticas efectivas contra la exclusión social que afecta a la mayor parte de nuestras familias. Ahí estaremos para que nos escuchen y para que nuestra gente no se vuelva a quedar atrás.

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