Hashem Abedi fue coautor de la muerte de 22 asistentes al concierto de Ariana Grande en mayo de 2017
RAFA DE MIGUEL. EL PAÍS.- Un jurado británico ha hallado culpable a Hashem Abedi (22 años) de la muerte de 22 personas y de los 116 heridos del atentado terrorista del estadio Manchester Arena, el 22 de mayo de 2017. Unas 18.000 personas, muchas de ellas niños y adolescentes, asistían al concierto de la cantante estadounidense Ariana Grande cuando se produjo una explosión en el área del vestíbulo. Hashem Abedi es hermano de Salman Abedi, el atacante suicida, de origen libio pero residente en Manchester, que murió en el acto.
Hashem intentó durante el juicio desvincularse del atentado y cargar toda la culpa sobre su hermano. A lo largo de la vista, sin embargo, quedó demostrado que había actuado en todo momento como coautor, técnico y hasta conductor del vehículo que trasladó el material explosivo a las cercanías del estadio. “Es igual de responsable que su hermano de este horrible y monstruoso atentado. Y el modo en que se ha comportado desde que comenzó el proceso ha demostrado una mentalidad yihadista que respalda la ideología enfermiza del ISIS”, ha dicho Simon Barraclough, el detective jefe que dirigió toda la investigación a partir de la noche del atentado.
Durante las seis semanas de la vista, el jurado escuchó cómo ambos hermanos habían comenzado a dar las primeras señales de radicalización durante el tiempo en que vivieron solos en su residencia de Manchester, después de que los padres hubieran decidido regresar a Libia. Los Abedi fueron adquiriendo poco a poco los ingredientes necesarios para poder fabricar una bomba (precursores químicos, sobre todo) a través de cuentas online ficticias y de los datos bancarios y cuentas de Amazon de familiares y amigos que no sospecharon nada en todo ese tiempo.
Hashem, que realizaba estudios de instalador eléctrico, comenzó a hacer acopio de latas vacías de aceite de un establecimiento de pizzas a domicilio. Les aseguró que las recolectaba para venderlas como chatarra, aunque su intención fue en todo momento usarlas para los prototipos de explosivos que estaban diseñando.
Un día después del atentado, Hashem fue detenido en Libia junto a su padre. Este último fue poco después liberado y no se presentó contra él acusación alguna. El Reino Unido necesitó casi dos años para lograr su extradición.
El acusado no ha estado presente durante la lectura del veredicto, después de que hubiera renunciado a su defensa por constantes conflictos con el equipo legal. Sus huellas y ADN aparecieron en gran parte del material para el explosivo que la policía descubrió en el apartamento de los dos hermanos.
La condena definitiva de Hashem se conocerá en el plazo de unos días. Ha sido hallado culpable de 22 asesinatos, un intento de asesinato y conspiración para atentar con explosivos.