DANILO ALBÍN. PÚBLICO.- El ucraniano Iván Vovk lleva más de diez años en España. Vino a trabajar, pero no le gusta que le llamen inmigrante. Según su propia definición, es un «patriota fuera de su patria», a la que piensa regresar en algún momento de su vida. Mientras tanto, actúa como representante de Svodoba, el partido ultraderechista que menosprecia a judíos, gais y comunistas y que hoy ocupa varios cargos en el «gobierno provisional» de Kiev. «Estamos intentando recuperar nuestro terreno», afirma Vovk a Público mientras ultima detalles para una nueva movilización en pleno centro de Madrid: este domingo, los ultranacionalistas ucranianos volverán a ondear sus banderas en la Plaza Colón.
Las denominadas «células» de Svodoba en este país y su brazo legal, la Asociación Patriótica de Ucranianos -cuyo presidente no es otro que el propio Vovk- mantienen una gran capacidad de influencia entre sus paisanos. En las elecciones legislativas de 2012, este partido supo conquistar al 56% de los votantes que se acercaron al consulado de Ucrania en Madrid. Tras el estallido de las revueltas en Kiev, la asociación patriótica llamó a sus compatriotas a donar dinero para los revolucionarios. En muy poco tiempo consiguieron 18.000 euros que fueron a parar a manos de los rebeldes.
«No fue la primera vez que juntábamos dinero para mandar a Ucrania, ni tampoco será la última», confía Vovk. En efecto, ahora piensan recoger donativos para ayudar al ejército de su país, que se prepara para un posible enfrentamiento con las tropas rusas. «Nosotros vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para defender al Ejército y al Gobierno», advierte el representante de Svodoba. En el ejecutivo formado tras el derrocamiento del presidente Víctor Yanukóvich, este partido cuenta con tres ministros al frente de las carteras de Agricultura, Ecología y Educación. También tienen a uno de sus hombres -Aleksandr Sych- en el cargo de viceprimer ministro, lo que les permite ejercer unas cuotas de poder que ni ellos mismos imaginaban.
«Propaganda rusa»
El ascenso de esta formación política preocupa a la minoría judía de Ucrania, ya que el líder del partido, Oleh Tyahnybok, logró parte de su popularidad gracias a un discurso profundamente antisemita. Otro de sus dirigentes, Yuriy Mykhalchyshyn -considerado como uno de los ideólogos de Svodoba-, fundó en 2005 el «Centro de Investigación Política Joseph Goebbels», un think tank que homenajeaba al colaborador de Hitler. En mayo de 2013, el Congreso Mundial Judío calificó a este partido como neonazi y pidió su ilegalización.
«Todo eso son tonterías. Vivimos en el siglo XXI, ¿cómo vamos a expulsar a los judíos?», refuta Vovk desde Madrid. A su juicio, detrás de estas acusaciones se encuentra lo que denomina como «propaganda rusa, que sale por todas partes». «Somos un partido de derechas, que defiende la justicia nacional y social», se defiende. Incluso intenta compararse con lo que ocurre en España, «donde también hay un partido de derechas en el gobierno».
Sin embargo, Svodoba siempre ha buscado aliados entre los partidos más extremistas de Europa. Durante algunos años, sus principales socios en España fueron los neofascistas del Movimiento Social Republicano (MSR). El 16 de marzo de 2013, este grupo mantuvo un animado encuentro en Madrid con representantes del partido ucraniano, entre los que se encontraba Vovk. Al término de aquella reunión, el MSR hizo público un comunicado de prensa en el que se deshacía en elogios hacia Svodoba, grupo al que calificaba como «la voz de la disidencia y la justicia social frente a los políticos vende patrias que expolian la nación ucraniana».
El noviazgo entre ambos partidos se rompió en las últimas semanas, a raíz de las posiciones de Svodoba a favor del ingreso de Ucrania en la UE. En una nueva nota, el MSR ha mostrado su desprecio «a esa oposición liberal y capitalista que desea entregar Ucrania a los brazos del sistema». «El MSR entiende más a los rusos que a nosotros», se queja Vovk. El pasado jueves, el partido ucraniano también rompió relaciones con la Alianza de los Movimientos Nacionalistas Europeos, la coalición de extrema derecha continental que integraba desde 2009 y en la que coincidía con los ultras españoles.
A pesar de estas deserciones, el representante de Svodoba en España no se muestra especialmente preocupado. «Me da pena, pero son ellos los que no quieren saber la verdad», comenta, al tiempo que asegura que sus inquietudes son otras muy distintas. «Lo verdaderamente importante es que la reconquista en Ucrania aún no ha terminado», explica. De momento, sus jefes en Kiev ya han pedido la ilegalización del Partido Comunista -al que tachan de agente de Moscú- y de las formaciones políticas que representan a la minoría húngara. Ucrania, dicen, será de los ucranianos… O no será.