La Guardia Civil abre diligencias contra las jóvenes de 15 años acusadas de un delito de malos tratos psicológicos por celos hacia una compañera de clase
P. CERRADA / CARLOS BARTUAL. DIARIO INFORMACIÓN.- El instituto expedienta a las cuatro implicadas y descarta que haya acoso escolar al considerarlo un hecho aislado.
Otro caso de un uso indebido de los teléfonos móviles en los centros escolares. La Fiscalía investiga a tres menores de 15 años por insultos y vejaciones a otra, de la misma edad, a través de mensajes de WhatsApp y llamadas con número oculto. Los hechos se remontan al pasado mes de octubre y las implicadas son alumnas de un instituto de San Vicente del Raspeig.
Según fuentes de la Guardia Civil, que investigó el caso antes de trasladarlo al fiscal, las tres chicas ya han sido identificadas y han prestado declaración por estos hechos, acusadas de un supuesto delito de trato degradante y malos tratos psicológicos contra una compañera del centro de Secundaria. El propio instituto ha informado que se abrió expediente a las cuatro por un cruce constante de acusaciones y ofensas en un grupo de WhatsApp que tenían en común.
Tal y como ha podido confirmar este periódico, el motivo de la discusión entre las adolescentes fueron cuestiones personales y celos por relaciones sentimentales, que luego terminó de agravarse debido a la intervención de las familias y las acusaciones entre todas las implicadas.
El problema transcendió a la competencia del centro escolar cuando hubo un altercado en una clase entre las alumnas. Entonces, la dirección tomó medidas inmediatas con las involucradas y terminó por expulsarlas al aula de convivencia para tratar de «reconducir» a las jóvenes. Sin embargo, el instituto ha asegurado que desconocía que el procedimiento seguía abierto por vía judicial mientras descarta que el escenario obedezca a un nuevo caso de acoso escolar o bullying, puesto que todas las jóvenes vertieron insultos entre ellas, y se trató de un hecho aislado, pero sí reconoce el centro de secundaria que la situación se agravó por las «ofensas graves y amenazas» hacía una de las participantes. Las cuatro continúan escolarizadas mientras sigue abierto el caso en manos de Fiscalía después de que una de ellas presentara una denuncia contra el resto por tales afirmaciones.
En un principio se indagó con la posibilidad de estar frente a otro escenario de acoso escolar con agravante de amenazas y agresiones verbales, pero el instituto asegura que habló con las cuatro jóvenes para constatar lo sucedido y descartar esta problemática. «No tenemos constancia de que esto haya persistido y que obedezca a otro caso de bullying», afirma el centro.
Fuentes cercanas al caso han precisado que uno de los detonantes fue un vídeo «directo» que una de ellas realizó en plena clase sobre la supuesta víctima. Fue entonces cuando la inacción del docente, dado que la alumna no fue expulsada del aula, provocó otro altercado entre las mismas que trascendió a las familias de las jóvenes que cursan Formación Profesional Básica en este centro por las tardes.
Mal uso el móvil
Tanto el centro de Secundaria afectado como numerosos expertos ponen el foco de atención en el «mal uso» de los teléfonos móviles en las clases mientras recuerdan que muchos casos suceden fuera de los colegios e institutos pero terminan por influenciar la convivencia en las aulas.
Los profesores reclaman, a raíz de todas estas situaciones, más medios para afrontar estos problemas mientras que recuerdan a las familias la importancia de ejercer «un control responsable» sobre el consumo de la tecnología, especialmente las redes sociales, durante la adolescencia. El colectivo pone de manifiesto que este tipo de altercados está «a la orden del día».