La Policía y los juristas alertan de que los ataques se producen fundamentalmente en las redes sociales
MARIÁN MARTÍNEZ. LA NUEVA ESPAÑA.- Asturias registró en 2018 -últimos datos disponibles- un total de 34 denuncias por delitos de odio, principalmente por racismo e ideología, según los últimos datos del Ministerio del Interior. En el conjunto de España ascendieron a 1.600. La Policía Nacional y los expertos juristas alertan de que las redes sociales son el principal medio utilizado para este tipo de ataques.
La Jefatura Superior de Policía de Asturias ha inaugurado un curso pionero a nivel nacional para la formación y sensibilización en delitos de odio destinadas a los funcionarios policiales para mejorar la identificación, investigación y sensibilización.
La primera jornada, que se celebra hoy, se centrará en el ámbito jurídico, mientras que mañana se dedicará a organizaciones y colectivos del tercer sector representantes de los colectivos más vulnerables, y la tercera y última se centrará en la labor específica de los policías, a los que se les impartirá formación específica sobre los métodos de investigación, protocolos de actuación e implementación del programa europeo TAHCLE (por sus siglas en inglés).
Carlos Morán Ferres, jefe de la Oficina Nacional de Delitos de Odio, explicó que el aumento de las denuncias por delito de odio en el último año se explica «no porque haya más, sino porque se denuncia más y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado trabajan de mejor manera».
La mayor incidencia de los delitos de odio se deben al racismo y xenofobia, seguidos de la ideología y de la orientación sexual.
«Nuestro objetivo es fomentar un mejor trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y además generar confianza en la sociedad para que se denuncien», aseguró.
El teniente fiscal de la Fiscalía Superior del Principado, Joaquín de la Riva, señaló que los delitos de odio en Asturias «no son abundantes», pero alertó de que «se producen fundamentalmente a través de las redes sociales, con comentarios racistas y xenófobos«. También señaló que la sociedad asturiana «está sensibilizada y no quiere este tipo de comportamientos, que ya se denuncian».
Miguel Ángel Presno, catedrático de Derecho de la Universidad de Oviedo, explicó que «están en juego derechos fundamentales», y que es necesario delimitar lo que es la libertad de expresión y los discursos que pueden ser rechazables por la sociedad, y lo que supera esas fronteras y se convierten en delitos contra los Derechos Humanos.
«Cuando los discursos se dirigen contra menores inmigrantes, mujeres víctimas de violencia de género y minorías étnicas, por poner algunos ejemplos, además del rechazo social puede tener consecuencias adminitrativas sancionadoras, e incluso penales», advirtió.