La asociación de extrema derecha se presenta en un centro público para informar a los padres sobre el veto parental, recibe un rechazo generalizado de los progenitores y la policía impide que monten una mesa en la puerta
BERTA FERRERO. EL PAÍS.- — Dejadnos en paz. ¡Que sois del pleistoceno!
Lo que se ha vivido este martes a las puertas del colegio público Miguel Hernández de Leganés ha tenido tintes surrealistas. El que ha recriminado a siete personas que se apostaron a la hora de salida, a mediodía, era una padre que iba a recoger a su hijo. Los que, supuestamente, eran de otra época se han mantenido impasibles. “No entréis en el debate”, ordenó a sus seis acompañantes Teresa García Noblejas, portavoz de la asociación de extrema derecha Hazte Oír. Habían anunciado que se personarían allí para informar a los padres de cómo actuar para pedir el veto parental contra el “adoctrinamiento de género”. Y así lo hicieron. Siete personas con carteles y cartas tipo para entregar a los progenitores de los menores y que pudieran, así, exigir al colegio información y autorizaciones expresas para determinadas actividades.PUBLICIDAD
Estaban todos avisados. El equipo directivo del centro, de 483 alumnos, que se ha mantenido dentro de sus muros entre la preocupación y la rabia. El alcalde, Santiago Llorente, que por la mañana ya avisó por Twitter: “La ordenanza municipal impide el reparto de publicidad sin autorización”. Y la policía local, que ha mandado a cuatro agentes para evitar “cualquier tipo de alteración”. Así que cuando han llegado García Noblejas y sus acompañantes no han tenido más remedio que renunciar a montar una mesa en la puerta del centro y ponerse en la acera de enfrente por imperativo de la autoridad. De pie y sin molestar al viandante. Siete personas y un pasillo entre lo grotesco y lo ridículo. “Los padres de muchos sitios de España están hartos del adoctrinamiento de género en las aulas de sus hijos sin que se les avise”, explicó la portavoz de Hazte Oír. Por eso, añadió, habían ido a ese colegio de Leganés. Porque había quejas. Y reveló la escalofriante cifra: “Nos ha llamado un padre”.
El resto de progenitores que pasaban por allí, por lo general, mostró indiferencia. Alguno que otro cogió el papel y lo rompió. Y alguno que otro les recriminó su presencia. “La escuela está para enseñar valores. Lo único que quieren es que su mentira medieval se perpetúe en el tiempo”, espetaba Rubén de Íscar, padre de un alumno de 11 años.
— “No entréis en debates”, ordenaba rápidamente García Noblejas a los suyos, que prefería mantener el mantra del “dientes, dientes” de Isabel Pantoja.
“Esto es una maniobra política para hostigar a la escuela pública. En Leganés no hay ninguna queja ni ninguna reclamación en ninguno de los 34 colegios públicos del municipio”, ha asegurado el alcalde a las puertas del colegio. Las mismas cifras manejaban Mari Carmen Morillas, vicepresidente la FAPA Francisco Giner de los Ríos, Isabel Galvín, secretaria general de la Federación de Enseñanza de CC OO o la Comunidad de Madrid. «Estas acciones histriónicas que ponen en jaque a los centros y generan incertidumbre y alarma con hechos infundados tienen que acabar, porque no hay ningún hecho real», ha insistido Galvín.
Total: cero quejas. Las cifras, por tanto, no coinciden. Eso sí, el baremo oscila entre cero y una. Siempre y cuando Hazte Oír no haya inflado las suyas.