ENRIQUE ANARTE. REUTERS.- Cuando las autoridades alemanas insistieron en que Tsepo Bollwinkel fuera esterilizado para ser considerado legalmente un hombre hace 25 años, él estaba “ansioso por seguir las normas, incluso aunque fueran enloquecidas”.Foto de archivo de una vista general de la Cámara baja del Parlamento alemán, el Bundestag, durante una puesta de sol en Berlín. 18 de diciembre de 2019.
Ahora Bollwinkel, un coach de empoderamiento de 58 años, quiere una compensación para sí mismo y para las posiblemente miles de otras personas transgénero que tuvieron que someterse a una esterilización obligatoria para cambiar el sexo en sus documentos de identificación antes de una reforma legal en 2011.
En 1994, “me sentí agradecido por esa oportunidad porque era importante para mí obtener el reconocimiento legal”, dijo Bollwinkel, quien también es parte de una campaña para conseguir que el Gobierno pida disculpas, bajo el respaldo del grupo de derechos transgénero Bundesverband Trans* (BvT).
Hoy el objetivo de Bollwinkel es lograr que los alemanes sean conscientes de la oscura historia de esterilizaciones del país -que se remontan a la era nazi- y reconozcan los derechos de las personas transgénero, pese a las actitudes conservadoras de votantes y legisladores.
Varias naciones europeas aún obligan a las personas trans a someterse a cirugía y esterilización, o a recibir diagnósticos de enfermedad mental, para obtener el reconocimiento legal de género, de acuerdo al grupo activista Transgender Europe.
Suecia se transformó en el primer país del mundo en 2018 en ofrecer compensaciones de 225.000 coronas (23.882 dólares) a cientos de personas transgénero que fueron obligadas a someterse a esterilizaciones para conseguir el reconocimiento de cambio de género, y ahora las agrupaciones de derechos piden que Alemania le siga.
“No me interesa el dinero”, dijo Bollwinkel a la Fundación Thomson Reuters. “Pero en Alemania, al igual que en otras sociedades europeas, el reconocimiento debe tener la forma de billetes de euros para ser considerado real”.
El Ministerio de Justicia declinó emitir comentarios y el Ministerio del Interior no respondió de inmediato a las consultas.
Una mujer alemana transgénero que fue esterilizada hace casi 30 años dijo que la ley le había quitado la posibilidad de tener hijos, una decisión que tomó un gran número de personas trans que hicieron la transición y que conservaron sus órganos reproductivos.
“Ellos simplemente no podían concebir que un hombre pudiera embarazarse o que una mujer pudiera embarazar a otra”, dijo la mujer, que tiene más de 60 años y declinó ser identificada para este artículo.
“Nos quitaron eso (…) No hay justificación”, declaró.
FACTORES DE ESTRÉS
Suecia llamó a Alemania el año pasado a establecer un fondo nacional de compensaciones para personas transgénero que fueron incentivadas a la esterilización o a una cirugía de reasignación de género indeseada.
Cuando un legislador abordó el tema en el Parlamento alemán este año, un funcionario del Ministerio del Interior dijo por escrito que el gobierno federal había “tomado nota” de la recomendación sueca pero que “no había necesidad de esas medidas”.
La primera legisladora transgénero de Alemania, Tessa Ganserer, que realizó la transición de varón a mujer estando en el parlamento regional de Bavaria en 2009, también está presionando por una reforma que facilite el cambio de nombre y género en los documentos de identidad.
Según la ley de transexuales de 1980, se requiere un diagnóstico de salud mental a fin de realizar cambios legales, lo cual es considerado por grupos de derechos sexuales como estresante, estigmatizaste, costoso e inaccesible.
Los requerimientos adicionales de pruebas de esterilidad y reasignación de género fueron revocados por un fallo de la corte constitucional en 2011. Al menos 10.000 personas fueron esterilizadas antes de este dictamen, de acuerdo a BvT, que tiene su sede en Berlín.
El Ministerio de Salud dijo que desconocía cuántos casos había.
Un creciente número de países, incluyendo Irlanda, Bélgica y Francia, ha adoptado leyes que permiten la autoidentificación, que según activistas son menos invasivas y traumáticas para las personas trans que a menudo sufren abusos cuando sus documentaciones no están del todo alineadas.