La ONG Accem pide penalizar contenido xenófobo o criminalizador en las redes sociales por su impacto entre los jóvenes migrantes

, | 18 diciembre, 2019

«Los niños y niñas de origen extranjero reciben mensajes y comunicaciones que atentan contra su dignidad como seres humanos», recoge un informe de la ONG. Para Accem, «las características del mundo digital posibilitan el efecto pernicioso que tienen las expresiones de odio». Este miércoles se conmemora el Día Internacional del Migrante

JAVIER RAMAJO. ELDIARIO.ES.- «Detrás de las pantallas y de las imágenes que se proyectan están personas a las que les pueden influir los comentarios que se realizan». La ONG Accem considera «prioritario» identificar y frenar los mensajes xenófobos, discriminatorios y criminalizadores así como el discurso de odio en las redes sociales e internet porque «afectan de manera directa a los y las niños, niñas y adolescentes de origen extranjero».

Accem entiende que «se debe reclamar a las principales plataformas un ejercicio de responsabilidad que lleve a la retirada y penalización de contenido que criminalice y discrimine, así como las noticias falsas, los bulos y las descontextualizaciones en que se basan esos contenidos». Lo dice en la investigación Brechas 2.0: el impacto de las brechas digitales en niños y niñas de familias migrantes y refugiadas’, presentada este miércoles en Sevilla con motivo del Día Internacional del Migrante que se conmemora este 18 de diciembre. «Todos los bulos se comparten por WhatsApp y es una influencia muy negativa», ha dicho una de las autores del informe, Felisa Círez, investigadora de Accem en Barcelona, durante la presentación este miércoles en Sevilla.

«Percepciones sociales erróneas»

Para la ONG, es importante establecer iniciativas «para la sensibilización de la sociedad en general sobre los efectos y consecuencias de la difusión de desinformación, mensajes discriminatorios y el discurso de odio en redes y medios online». Por ello, también considera deseable «favorecer el uso y la creación de herramientas de verificación de datos para evitar la difusión de percepciones sociales erróneas sobre el colectivo migrante y refugiado». «Es importante sensibilizar respecto a la influencia del discurso de odio, que hay que identificar y frenar», ha considerado otra de las autores del informe, Rocío López, investigadora de Accem en Sevilla.

El trabajo de investigación realizado por Accem durante 2019 en el ámbito de la integración social de las personas que forman parte del colectivo inmigrante es continuación del realizado el pasado año sobre el impacto las brechas digitales en la inclusión social de las personas migradas y refugiadas. En el nuevo informe, que se centra en la etapa de la adolescencia (de 10 a 19 años) y que cuenta con la financiación del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, se aprecia cómo la infancia de origen extranjero sufre las consecuencias de las denominadas brechas digitales, planteando recomendaciones para lograr su inclusión digital y social en igualdad de condiciones.

«Objeto de crítica social y política»

Accem, que ha realizado entrevistas en profundidad y grupos de discusión con población de origen extranjero (madres, padres, niños) buscando heterogeneidad en cuanto al género, la edad de los hijos, el país de origen y la clase social, considera habitual ver en las redes sociales que «las personas inmigrantes suelen ser objeto de crítica social y política». Los jóvenes de origen extranjero se enfrentan a retos similares a los de la infancia autóctona en lo que al proceso de tecnologización se refiere pero parten de «una posición de desigualdad». 

La discriminación y violencia que nos llega a través de redes sociales «puede influir negativamente en la autoestima y la salud de los y las niñas, además de en otras áreas de su vida». «Muchos de los ataques se reciben desde del entorno más próximo aprovechando la creación de cuentas falsas, no se producen en persona, quedando ocultos y con pocas posibilidades de denuncia. Además, la proliferación de discurso de odio en los medios de comunicación, en el discurso político y los bulos asociados a la inmigración, es compartido masivamente en las redes sociales y los y las adolescentes inmigrantes tienen acceso a ellos», apunta el informe.

Apuesta Accem por «una formación adecuada para desarrollar un buen uso de las redes sociales, poniendo énfasis en la empatía», siendo «necesario valorar cómo se reciben estos mensajes, aunque sean camuflados por medio de bromas». Además, «la creación de grupo de apoyo seguros en los que las y los jóvenes puedan expresar qué tipo de ataques están sufriendo, tanto en los centros educativos como en otros entornos donde los jóvenes son atendidos, es de vital importancia».

Ataques a la identidad étnica o religiosa

Como ya alertó Accem en el anterior estudio, los ataques online o el odio en las redes sociales pueden frenar la participación activa en internet, generando una especie de autocensura por miedo a la respuesta. «Las características del mundo digital posibilitan el efecto pernicioso que tienen las expresiones de odio: la impunidad que aporta el anonimato, la permanencia y velocidad de los mensajes, la normalización y percepción de inevitabilidad de las actividades online de terceros o el uso del humor como modo de enmascarar ataques contra personas y colectivos determinados», reflexiona el informe.

«Los ataques a la identidad étnica o religiosa pueden hacer que las personas afectadas no muestren su vinculación a dicho grupo por miedo a ser atacadas, utilizando como estrategia de protección la silenciación e invisibilización en las redes sociales. Esto genera mayor pasividad en los usos, prefiriendo muchas personas consumir contenido sin generarlo, evitando así los riesgos de la participación online». Este fue uno de los comentarios, de los muchos testimonios que recoge la investigación, de un chico de 18 años de Guinea Conakry:

La proliferación de discurso discriminatorio e incluso de odio «tiene como consecuencia que niños/as y adolescentes migrantes y refugiados, como sus familias, tengan acceso a ellos o sean incluso blanco de la violencia y discriminación generada por ellos. De hecho, es difícil permanecer al margen, pudiéndose dar el caso de autoexclusión del entorno online para evitar enfrentar esas situaciones de rechazo y agresividad».

Cánones, «motivo de sufrimiento»

Accem concluye que la imagen tiene un papel muy relevante en las redes sociales. «Y ésta aparece pautada por ciertos patrones previamente establecidos, normalmente personas blancas, con cuerpos atléticos y en entornos y con vestimentas que reflejan un nivel económico alto. Estas características cobran una dimensión especial para los y las niños, niñas y adolescentes de origen extranjero en el desarrollo de su identidad y autoestima ya que la diversidad no cuenta con los referentes necesarios para ello, sobre todo en una etapa tan trascendental para la propia identidad como es la adolescencia».

En este sentido, «los cánones que presentan las redes son motivo de sufrimiento, ya que para las y los jóvenes de origen extranjero supone no tener las características que la sociedad valora, lo cual puede ser interpretado como causa de una posible exclusión del grupo de pertenencia. Hay menores que, ante esta situación, prefieren no hacer uso de su propia imagen en las redes». Además, se observa cómo es común encontrar publicaciones en las redes donde la imagen de mujeres, jóvenes y niñas aparece totalmente sexualizada y/o vinculada a estereotipos, lo que provoca un choque cultural también en redes, señala el informe.

No obstante, según Accem, las redes sociales también pueden ofrecer a los más jóvenes diferentes visiones a través de los debates que se generan en las mismas, tal y como comprobó Marchi (2017) en su estudio, y en contra de las investigaciones que afirman que las redes sociales crean cámaras de opinión similares. Así, internet posibilita la asociación, participación activa, y sensibilización social mediante un uso responsable de las redes sociales. Sabemos que internet ha servido para iniciar y organizar manifestaciones públicas, para difundir ideas, movimientos sociales o grupos de apoyo locales. En definitiva, tiene un gran potencial para la sensibilización y para el activismo social, señala Accem.

Son importantes también las posibilidades que ofrece Internet en cuanto a la libertad de expresión y asociación. «Las redes ofrecen un medio idóneo para que niños y niñas puedan expresar sus gustos e inclinaciones, representan un instrumento ideal en la manifestación de sus identidades. Además, la tecnología facilita que estén en contacto constante unos con otros, algo que se hace más importante debido a la ausencia de lugares off-line donde los adolescentes puedan reunirse, pudiendo proveer el mundo online de espacios de encuentro virtual (Tripp, 2011). Más aún, en casos de jóvenes de origen extranjero de bajos ingresos los teléfonos móviles pueden ofrecer un espacio privado imprescindible para desarrollar relaciones con el grupo de pares (Marchi, 2017).

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