El temor a encarnar a Guillem Agulló, el joven muerto por la puñalada de un neonazi

, , , | 12 diciembre, 2019

El rodaje de la película para televisión sobre el antifascista valenciano fallecido en 1993 llega al polémico juicio tras superar un problema de cásting y la presión ambiental

FERRAN BONO. EL PAÍS.- Guillem Agulló era un joven antifascista, nacionalista, deportista, llegó a estar preseleccionado en natación para los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992. Un año después murió como consecuencia de la puñalada que le asestó en el corazón el neonazi Pedro Cuevas en la población castellonense de Montanejos. Tenía 18 años. Aquel crimen marcó a toda una generación. Cuevas fue condenado a 14 años de prisión por homicidio, pero salió a los cuatro por buen comportamiento. El tribunal entendió que fue una pelea juvenil, sin implicación política.

No obstante, Guillem, jódete se convirtió pronto en una ominosa pancarta, un grito provocador de la extrema derecha valenciana que aún hoy pervive. Esa pintada ha vuelto ahora a Burjassot, la población natal del joven independentista, con motivo del rodaje de La mort de Guillem, la película para televisión dirigida por Carlos Marques-Marcet (Goya como mejor director novel por 10.000 km). Ese grito está detrás de la renuncia del primer chaval que fue elegido en el casting para interpretar al que fuera militante antirracista del colectivo sharp.

“Justo antes de empezar los ensayos, el chico nos dijo que no podía hacerlo porque tenía miedo de ser otro Guillem”, recuerda Marc Roma, de Som Batabat, productora, junto a Lastor Media y Suicafilms, de una película que cuenta con la ayuda de las televisiones autonómicas valenciana, À Punt, y catalana, TV-3. “El rodaje vive bajo la amenaza. No es fácil. La realidad se filtra”, señala Rafa Molés, de Suicafilm. Marques-Marcet también recordó que durante la filmación de una manifestación en Burjassot una mujer les increpó y les pidió que se marcharan y contaran la vida de otro. Alguien estampó el nombre de Vox, la formación de extrema derecha y tercera fuerza política en el Congreso de Diputados, sobre una pintada en homenaje a la figura del joven. «Notas la violencia», comentó el director, tras finalizar de filmar una de las escenas del polémico juicio contra Cuevas y sus amigos de extrema derecha, que estaban con él en Montanejos y que fueron absueltos.

No deja de sorprender la humareda que hay en el salón de actos del Institut de la Ciutat l’Aprenentatge, de Valencia, que ha sido adaptado para la película, cuyo presupuesto asciende de momento a 850.000 euros. El espacio recrea la sala habilitada de la extinta Bancaja de Castellón donde se celebró la vista. Entonces, a mediados de los noventa, aún se fumaba en todas partes. 

Yani Collado no participó en esas escenas del juicio, lógicamente. Al principio, iba a encarnar a un amigo de Guillem, pero el imprevisto de última hora lo catapultó al papel del joven fallecido hace 26 años. Aprovechando esas escenas, Yani compareció ayer junto a los padres, Guillem Agulló y Carme Salvador, ante los medios de comunicación. Tiene 23 años y milita en el movimiento antifascista y antirracista Sharp como Guillem. Incluso guarda cierto parecido con él. Hasta el punto de que, medio en broma, alguien dijo que debía sobre todo interpretarse a sí mismo. Él no es actor profesional, como buena parte del reparto. Corpulento, risueño, Collado señaló que era conocedor de la figura de Agulló aunque ahora ha tenido que descubrir su faceta más íntima. Añadió que entendía que tal vez los padres se sintieran cómodos con su presencia.

Los padres de Guillem Agulló se mostraron en todo momento contentos con el proyecto cinematográfico. «Estamos satisfechos porque Guillem representa el motivo por el que tuvimos que seguir luchando ante el auge de la extrema derecha. La herida se reabre, pero en positivo», dijo él. “La película nos permite llegar a mucha gente a la que no podríamos acceder para explicar la verdad y que se sepa que no fue una pelea entra jóvenes sino un crimen político. El asesino tenía una ideología”, comentó ella.

Pedro Cuevas, el hombre que mató a Guillem, fue uno de los 18 procesados en 2014 por tenencia ilícita de armas prohibidas y por asociación ilícita (pertenecían al Frente Antisistema). Se les requisaron un lanzagranadas, escopetas de cañones recortados o hachas de doble filo, además de esvásticas y propaganda nazi. Fueron absueltos al declararse ilegales las escuchas policiales que permitieron su detención.

El director del filme, ganador del premio a la mejor película en el último Festival de Málaga por Els dies que vindran, incidió en que están intentando ser los más fieles posible a los hechos y a los escenarios en que sucedieron. «Para mí no existe lo íntimo sin lo político ni lo político sin lo íntimo”, dijo sobre la película que cuenta con los actores Pablo Molinero y Glòria March como protagonistas al encarnar a los padres. La película es también un homenaje a ellos y a su lucha por mantener viva la memoria de su hijo. «Sí, lo sé, pero no sé si podré verla, la verdad», comentaba un emocionado Guillem Agulló.

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