La Audiencia Provincial lo considera autor de un delito contra la integridad moral. No entrará en la cárcel a cambio de pasar un programa de igualdad
LA VANGUARDIA.- La Audiencia de Barcelona ha condenado a seis meses de cárcel a un vecino de Mataró (Maresme) por haber propinado una paliza a una inquilina negra de su edificio, con la que mantenía una relación vecinal conflictiva, mientras profería insultos y descalificaciones racistas.
En una sentencia firme de conformidad, a la que ha tenido acceso Efe, la sección 10ª de la Audiencia Provincial lo considera autor de un delito contra la integridad moral, uno leve de lesiones y otro leve de daños y le exige el pago de 720 euros de multa y 620 euros como responsabilidad civil.
Los hechos se remontan a septiembre de 2016, cuando el condenado se dirigió a la vivienda de su vecina y, con ánimo de menoscabar la propiedad ajena, golpeó la puerta de entrada en numerosas ocasiones hasta romperla.
Tras ello y en presencia de los hijos menores de edad de la víctima, le propinó puñetazos y golpes con un palo de aluminio mientras profería gritos de “putos negros, os voy a pegar a todos” o “hijos de puta, negros de mierda (…) al final les voy a tener que cortar el cuello a todos”.
Según el tribunal, que también le ha prohibido comunicarse con la víctima durante un plazo de tres años, el agresor actuó con el objetivo de “despreciar y humillar el origen nacional de sus vecinos, así como de menoscabar su integridad física”. A raíz de este episodio, la persona agredida no sufrió secuelas pero sí policontusiones que tardaron ocho días en curar.
Con todo, el condenado no ingresará en prisión, ya que carece de antecedentes penales y las magistradas le han conmutado la pena por participar en un programa formativo de igualdad de trato, no cometer ningún delito durante el plazo de dos años y abonar el importe de la responsabilidad civil en 24 cuotas mensuales.