La investigación contra los CDR describe los supuestos planes violentos de los detenidos
CARLOTA GUINDAL. LA VANGUARDIA.- El Equipo de Respuesta Táctica, la escisión de los CDR, estaban dispuestos a fabricar bombas, actuar contras las instituciones del Estado, derribar a los Mossos d’Esquadra o enviar paquetes bomba a cuarteles de la Guardia Civil. Así es como se les describe en el sumario abierto por la Audiencia Nacional del que resultó la detención de nueve de sus supuestos miembros a finales del pasado mes de setiembre. Siete de ellos siguen detenidos.
Este amplio informe de nueve tomos, cuyo secreto fue levantado hace una semana, analiza los planes de carácter violento que según la investigación querían emprender los miembros de esta organización, considerada por el juez Manuel García Castellón como terrorista.
El asalto al Parlament era uno de ellos y la Guardia Civil vincula esa operación con el president Quim Torra. Según confesó uno de los detenidos, Ferran Jolis en una declaración ante la policia, fue el president quien encargó ocupar el Parlament por parte de los CDR. Explicó que el encargo de ocupar el Parlament tras la sentencia del procés del Tribunal Supremo no venía del CDR sino de un “movimiento burgués”. “Le dijeron que venia de parte de presidencia y que la intención era que Quim Torra (con nombre clave Gandalf) se quedara encerrado dentro para el día D. Querían garantizar las comunicaciones una semana y que no había límite de gastos”, recoge el acta ante el instituto armado y que consta en el sumario de los CDR de la Audiencia Nacional al que ha tenido acceso La Vanguardia.
“Le pidieron consejo sobre si sería viable o no”. El sumario añade que Jolis dio consejos en el sentido de cómo activar una red “utilizando establecimientos y restaurantes cercanos mediante la usurpación de puntos wifi”. También añade que el detenido concretó en otra parte de su declaración que el objetivo era “resistir una semana en el Parlament, que debían contar con dos pisos francos, montar antenas de larga distancia y que el presupuesto sería de unos 6.000 euros”.
Asimismo, “también comunicó respectivas conversaciones al resto de componentes de su ERT los pormenores del encargo”, añade el sumario, y que es al comunicar a otro de los miembros detenidos, Guillem Xavier Duch, que le hablaba del “día D”.
En una de las conversaciones telefónicas intervenidas, otro de los acusados Jordi Ros se pregunta por el momento de acceder a la Cámara catalana. También indica el sumario que hablan de “neutralizar a los Mossos d’Esquadra”.
Pero, según el sumario, no era este el único objetivo. En diversos informes de la Guardia Civil se señala que la idea era llevar a cabo acciones contra torres eléctricas tanto de Catalunya como de Madrid y Zaragoza; enviar paquetes bomba a los cuarteles de la Guardia Civil o atacar a los Mossos d’Esquadra para “derribarlos, reducirlos y ponerles bridas a modo de esposas”.
En las conversaciones interceptadas los integrantes de este grupo sugerían también abrir las bocas de incendios de los bomberos “para crear el caos” o llevara cabo una acción en el aeropuerto “con similares características a la de Hong Kong”.
Del sumario también se desprende que para financiar sus actividades contaban con la “hucha antirrepre”. Además, para lograr material explosivo contaban con empresarios e industriales, “personas que por tal condición tienen acceso, sin levantar sospechas, a la adquisición de material como la parafina” En una conversación entre uno de los detenidos, Jordi Ros y terceras personas en el mes de mayo, la Guardia Civil tuvo conocimiento que pretendía adquirir 200 kilos de este material.
El sumario también incluye otro indicio en este sentido. Se trata de una hoja tamaño cuartilla intervenida al mismo Ros con diversas anotaciones manuscritas en el que se lee: “Esquema bomba”, seguido de anotaciones y un dibujo en ambas caras. El indicio se obtuvo durante el registro en el domicilio de la calle Romeu de Sabadell el 23 de septiembre, el día que fueron detenidos.
El texto cita otra conversación de Ros en la que este insinúa a su interlocutora que deberá irse de “excursión” y que no puede irse “sin mochila”. De este diálogo, la Guardia Civil interpreta que “estaría preparando su posible huida debido a las actividades ilícitas que viene desarrollando” y, según la Guardia Civil precisaba dinero para desarrollarlas.
Respecto de la financiación de este grupo, el investigado y enviado a prisión Ferrán Jolis explicó en su interrogatorio ante la Guardia Civil el 24 de septiembre tras su arresto que obtenían el dinero de la caja de resistencia, “vendiendo camisetas, pines, etcétera”. Además, indicó que los responsables de la tesorería iban rotando. A nivel territorial se pide dinero a los locales”.
El juez encarceló a finales de septiembre a siete miembros del ERT, una organización que según los datos del sumario se escinde de los CDR y es considerada más profesional, clandestina y con la intención de llevar a cabo actuaciones violentas. La Guardia Civil tenía sospechas de que estas actuaciones se iban a desarrollar tras la sentencia del procés, que se hizo pública el 14 de octubre.
