Es la primera vez que una agresión sexual de este tipo llega a los tribunales. Dos de los violadores de Mvuleni Fana han sido condenado por las torturas y vejaciones que sufrió la víctima, que pudo salvar su vida.
MARCOS FERNÁNDEZ. CÁSCARA AMARGA.- La suerte de Mvuleni Fana se resume en que salió viva de la brutal violación a la que fue sometida por cuatro hombres en la localidad sudafricana de Springs, a 50 kilómetros de la ciudad de Johannesburgo. Todo por ser lesbiana.
Como solía hacer a diario volvía a casa después de entrenar con su equipo de fútbol cuando en su camino se cruzaron los violadores, que la rodearon y la arrastraron de vuelta al estadio donde la sometieron a toda clase de vejaciones.
Fana fue violada y brutalmente golpeada hasta quedar inconsciente. Cuando se despertó consiguió alcanzar su domicilio, según cuenta el periódico local ‘The Independent’. El caso de Mvuleni no es una excepción en Sudáfrica. Otras mujeres lesbianas han sufrido agresiones similares y más graves hasta el punto de perder la vida. En total, 31 víctimas mortales en 15 años. Es un fenómeno que se ha bautizado como ‘violación correctiva’.
La ‘violación correctiva’ consiste en acosar sexualmente a las víctimas y golpearlas hasta el extremo para curarlas de la homosexualidad, según declaran sus agresores. Se viene practicando desde hace más de una década, pero lo que cambia el rumbo de esta historia, la de Mvuleni Fana, es que ella ha conseguido que su caso no caiga en el olvido y llegue a los tribunales. La justicia sudafricana ha encontrado y condenado a dos de sus violadores. Ambos deberán pasar 25 años en prisión aunque, de momento, siguen en libertad.
Sin embargo, antes que ella, fue muy sonado el caso de Sizakele Sigasa y Massooa Salone, quienes se encontraban en la puerta de un bar cuando un grupo de hombres empezó a molestarlas y a agredirlas. Además, Sigasa era una conocida activista por los derechos del colectivo homosexual en Sudáfrica. Fueron golpeadas y humilladas hasta la muerte de un disparo en la cabeza. Ninguno de los hombres que cometieron el crimen fue condenado. Por eso, la violación de Fana ha marcado un antes y un después en la lucha por los derechos del colectivo homosexual en Sudáfrica.
A pesar de que desde el año 2000 se viene denunciando la proliferación de la ‘violación correctiva’ las autoridades no han actuado para acabar con ella. La atención internacional sí ha solicitado a Sudáfrica que ponga freno a este tipo de ataques a las mujeres lesbianas.