Es el segundo caso de agresión escolar por antisemitismo registrado en los últimos meses en el país oceánico: antes, un chico de apenas cinco años fue acosado hasta llevarlo a «un estado agudo de ansiedad»
RUSSIA TODAY.- Un niño judío de 12 años fue obligado a besar los zapatos de su compañero musulmán en Cheltenham (Melbourne, Australia), según se deja ver en una fotografía difundida en redes sociales, lo que ha provocado indignación en el país oceánico, informó este miércoles The Australian Jewis News.
En la instantánea se observa al joven, con la cara difuminada para que no se conozca su identidad, de rodillas en el suelo mientras besa los zapatos del otro chico, al que solo se ve de cintura para abajo.
La madre de la víctima explicó que el agresor y otros nueve adolescentes de su misma edad llevaron a la fuerza a su hijo a un parque cercano al instituto donde todos estudiaban y le exigieron «inclinarse y besar los pies de un musulmán» o enfrentarse a una paliza del grupo, por lo que el chico accedió. Los acosadores fotografiaron y filmaron la acción y la publicaron en Instagram.
Ola de antisemitismo
La indignada mujer —que habló bajo condición de anonimato— detalló que en los meses siguientes a su hijo lo seguían hasta su casa todos los días, lo agredían físicamente en el instituto y le decían insultos como «simio judío». Incluso tuvo que ser llevado al hospital después de recibir un puñetazo en la cara. Ante la indiferencia del centro educativo, que se negó a catalogar la situación de «antisemitismo», sus padres decidieron cambiarlo de escuela.
Ya antes se había registrado en Australia otro caso similar, esa vez de un escolar de apenas cinco años que se vio sometido a acoso debido a temas religiosos. Durante cuatro meses, cada día, el niño recibió insultos como «cucaracha judía» o «parásito judío». Entonces el pequeño, que empezó a orinarse en casa y en el aula, hizo cuanto pudo para no volver a la escuela. Los padres pidieron explicaciones al colegio, que simplemente no tomó cartas en el asunto, por lo que dejó de ir a clases. El médico de familia aseveró que sufre «un estado agudo de ansiedad».
«Con demasiada frecuencia, a los padres les preocupa que el abuso antisemita se intensifique si lo notifican a la escuela y que entonces su hijo se convierta en un objetivo aún mayor», dijo Dvir Abramovich, presidente de la Comisión Antidifamación. Y detalló que cada vez hay más familias judías en Australia que optan por cambiar a sus hijos de la escuela pública a colegios judíos, por temor a que sus hijos se vean agredidos.
En reciente declaración, el Departamento de Educación y Formación aseguró que apoyará a las víctimas y que «el antisemitismo y el acoso racista no son tolerados en las escuelas».