El Gobierno participará en un esquema de reparto que incluye a Francia y a Alemania
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España accede a acoger a una parte de los migrantes del ‘Open Arms’
El Gobierno participará en un esquema de reparto que incluye a Francia y a Alemania
LUCÍA ABELLÁN. EL PAÍS.- España da un nuevo giro en sus criterios de acogida de migrantes para atajar la crisis del Open Arms. El Gobierno está dispuesto a asumir una parte de los extranjeros atrapados desde hace 14 días en el barco de la ONG catalana cuando prospere el esquema europeo que lleva fraguándose desde principios de semana. España se resistía a acoger a los náufragos que debían desembarcar en Italia, con el argumento de que las costas españolas ya afrontan suficiente presión con las llegadas desde Marruecos. Ese cambio de postura obedece a la precaria situación que se vive en cubierta del Open Arms, de bandera española.
Una parte aún por determinar de los migrantes que viajan en el Open Arms recalará en España. El Ejecutivo de Pedro Sánchez ha accedido a participar en el modelo de reparto coordinado por la Comisión Europea para propiciar una solución inmediata al barco, en el que permanecen 147 migrantes provenientes de Libia, que fueron rescatados cuando naufragaban en alta mar. Hasta tres fuentes gubernamentales confirman esa intención, que está a punto de plasmarse en un acuerdo europeo con la participación de otros países. Aunque los detalles no están cerrados, la idea es que los potenciales demandantes de asilo se distribuyan entre al menos una decena de Estados miembros. En función de cuántos sean finalmente, España podría acoger algo más del 10%.
Más allá de España, tanto Francia como Alemania han admitido estar en contacto con las instituciones comunitarias para solventar esta crisis. Ambos Estados acogerán también a una parte de los náufragos. Tras el paso adelante anunciado el martes por Francia, el Ejecutivo alemán confirmó este miércoles a EL PAÍS las mismas intenciones. “Esperamos que los dos barcos privados de rescate, el Open Arms y el Ocean Viking, puedan atracar pronto en un puerto con las personas rescatadas en el mar”, indicó un portavoz, según informa Ana Carbajosa. “Para que eso sea posible, Alemania está dispuesta en estos dos casos a participar de nuevo en una solución de distribución europea”, añadió el portavoz, que habló de “distribución solidaria”. Al contrario que en el caso alemán, el plan español de acogida afecta solo al Open Arms, explican las fuentes consultadas.
La decisión de recibir a esos migrantes contraviene la línea seguida por el Gobierno —en particular por el Ministerio del Interior— en el último año. A las autoridades españolas les irritó la política de puertos cerrados del ministro italiano del ramo, Matteo Salvini, que se negaba a abrirlos a las ONG con migrantes a bordo, a menos que hubiera un acuerdo entre Estados miembros para repartirse a sus ocupantes. El titular español de esa cartera, Fernando Grande-Marlaska, argumentó varias veces ante sus colegas en Bruselas que la actitud italiana era insolidaria y que no se podía repartir por toda Europa a los migrantes llegados por el Mediterráneo central —siempre voluntariamente— mientras España asumía en solitario las llegadas por el flanco occidental.
Pese a todo, el empeoramiento de las condiciones a bordo del barco de la ONG Proactiva Open Arms y la presión interna en España, con múltiples ayuntamientos ofreciendo ayuda y organizaciones humanitarias pidiendo a Pedro Sánchez una salida, han reorientado el rechazo inicial. Ese cambio de postura dificultará a Marlaska mantener la negativa española a la acogida en los casos en que los rescatados provengan de zonas sobre las que España no tiene competencias de búsqueda y rescate.
Barco español
En ese viraje pesa enormemente el hecho de que el barco tiene bandera española. Y reproduce una situación similar a la que se produjo la penúltima vez que España se hizo cargo de una decena de migrantes, en diciembre de 2018. Entonces se trataba de un barco de pescadores, de nombre Nuestra Madre Loreto, que atracó en la isla mediterránea de Malta con el compromiso de que España se encargara de sus ocupantes. La medida supuso rectificar una controvertida instrucción inicial de la vicepresidenta Carmen Calvo, que instó al barco a dirigirse a puertos libios, por considerarlos seguros para devolver a los migrantes. Pocos días después, el puerto de Algeciras recibió al Open Arms, que transportaba a más de 300 personas. No hubo distribución entre socios europeos. Desde entonces, las autoridades españolas han rehusado hacerse cargo de migrantes arribados por la ruta italiana.
Las fuentes consultadas insisten en mantener la máxima discreción sobre los detalles del operativo para no frustrarlo. La presidenta del PSOE, Cristina Narbona, abundó en esa prudencia: “Se están produciendo conversaciones que deben llevar a una solución positiva y para eso es necesaria toda la discreción por nuestra parte”, explicó a La Sexta.