MARCA.- Después del ataque racista que sufrió Sterling durante el partido que enfrentó a su selección con la de Bulgaria, cuando recibió cánticos por parte de una persona que estaba viendo el choque internacional en la zona visitante del estadio de Wembley, los jugadores de Inglaterra lo tienen claro: no descartan abandonar el terreno de juego si cuando jueguen en suelo búlgaro sufren un episodio similar, como pasó en el año 2011.
Además, a la selección inglesa ya le tocó vivir algo parecido el pasado mes de marzo, cuando el técnico dio la posibilidad a sus jugadores de retirarse. En esta ocasión, fue Danny Rose el blanco de los ataques racistas tras ganar a Montenegro.
El seleccionador Gareth Southgate ha asegurado que tiene en mente hablar con su equipo y trasladar el problema a la FA. Bulgaria tiene cerrado ya parte de su estadio para el choque del próximo 14 de octubre después de que su afición fuese declarada culpable de comportamiento racista durante los enfrentamientos ante República Checa y Kosovo que tuvieron lugar en el mes de junio. «Es preocupante», dijo el técnico inglés. «Lo discutiremos con los jugadores antes de ir porque somos conscientes de la historia que hay allí y queremos asegurarnos de que todos estamos preparados para lo que podría suceder y cómo queremos responder«, añadió Southgate.
