EFE. LA VANGUARDIA.- El presidente de Mozambique, Filipe Nyusi, condenó hoy los recientes ataques de xenofobia en Sudáfrica contra inmigrantes africanos y anunció que se ha establecido un centro para acoger a cientos de mozambiqueños que han pedido ser repatriados.
«Queremos condenar estos actos xenófobos», declaró Nyusi a los periodistas en Maputo, al revelar que las autoridades consulares y de emergencia trabajan «para la repatriación voluntaria e inmediata de los ciudadanos directamente afectados por la ola de violencia».
Precisó que se ha habilitado un centro en el distrito de Moamba de la provincia de Maputo, que limita con Sudáfrica, «para acoger provisionalmente a todos los ciudadanos mozambiqueños repatriados voluntariamente» antes de ser enviados a sus zonas de origen.
El Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación indicó que unos 400 mozambiqueños expresaron su disposición a ser repatriados desde el país vecino.
«Teníamos grandes esperanzas de que el primer contingente llegaría al país el lunes, pero primero es necesario registrarse y este es un proceso largo», explicó a los medios el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Geraldo Saranga, quien cree que este miércoles llegarán los primeros mozambiqueños repatriados.
Nigeria también anunció este lunes medidas para repatriar a 640 nacionales de Sudáfrica por el mismo motivo.
Al menos diez víctimas mortales se han confirmado (las últimas en disturbios este domingo) desde que empezaran los altercados el 1 de septiembre, cuando comercios y tiendas de extranjeros, pero también de sudafricanos, fueron atacadas en zonas de Johannesburgo.
El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, condenó ayer los ataques y subrayó que no permitirá que «la ilegalidad y la violencia esporádicas perturben la seguridad y los medios de vida de millones de sudafricanos y la mayoría de los extranjeros en nuestro país que respetan la ley».
Estos brotes de violencia se repiten con cierta frecuencia en Sudáfrica, especialmente en Johannesburgo y su cinturón metropolitano, habitado por población de bajos recursos.
Pese al pobre desempeño de la economía sudafricana en los últimos años y el alto desempleo (29 %), Johannesburgo es un foco de atracción de inmigrantes de la región, sobre todo de Mozambique, Zimbabue y Lesoto, en busca de un futuro mejor en el corazón financiero de la nación más desarrollada de África.
Los graves problemas sociales en una de las naciones más desiguales del mundo provocan tensiones subyacentes que estallan periódicamente contra las comunidades de inmigrantes, usadas como cabeza de turco, pese a que la minoría blanca todavía controla la mayor parte de la riqueza del país.
