Nuevo episodio de violencia homofóbica, esta vez en el condado de Lancashire (Inglaterra). Ryan Williams, un joven recepcionista de hotel, fue brutalmente agredido hace unos días por ser gay, en pleno centro de la ciudad de Preston.
AASHTA MARTÍNEZ. DOS MANZANAS.- Ocurrió el sábado, 13 de julio. Todo comenzó cuando Williams, de 22 años, se encontraba con unos amigos en el centro de Preston. La víctima se dirigía a un McDonalds para comer algo, después de una noche de fiesta, cuando fue insultado y brutalmente golpeado en la cara a eso de las 06:30 horas de la mañana. «Había un grupo de personas en la calle y empezaron a llamarme a mí y a mis amigos ‘marica’. Fuimos hacia ellos y les dijimos que no estaba bien decir esas cosas. Cuando ya me alejaba, uno de ellos corrió hacia mí y me golpeó en la cabeza por detrás», aseguró el propio joven. El joven cayó al suelo y fue pateado dos veces en la cara, quedando inconsciente, aunque por fortuna se recuperó sin secuelas neurológicas.
La policía del condado de Lancashire ha confirmado que la agresión está siendo investigada como un delito de odio. «El agresor huyó de la escena junto a dos hombres y una mujer. La víctima quedó inconsciente, sufriendo lesiones faciales. Más tarde, fue trasladada al Royal Preston Hospital para recibir tratamiento», señaló un portavoz de la policía.
Después de recuperarse del violento ataque, Williams decidió publicar un mensaje en su perfil de Facebook, explicando lo ocurrido y dirigiéndose a sus atacantes: «¡Nunca en mi vida imaginé que me darían una paliza por ser gay! ¿En qué mierda se ha convertido este mundo? Sois viles y asquerosos». «Quiero que la gente entienda que ser gay no es una elección y que yo no puedo evitarlo. Siento que no puedas aceptarlo, pero no tienes por qué golpear a alguien por ello», continuaba. «Mantente firme y quiérete a ti mismo, esto no va a impedirme ser fabuloso. Ser gay es OK», añadía.
Es triste recoger una nueva agresión a un joven por el simple hecho de ser y mostrarse como es. Sin duda, una nueva muestra de que hoy, más que nunca, es necesario seguir reivindicando el derecho a ser como somos y a poder desarrollar nuestra personalidad sin imposiciones. También en Reino Unido, un país en el que la violencia por LGTBfobia parece disparada: según un artículo publicado en junio por The Guardian (pocos días después de conocerse la brutal agresión a una pareja de lesbianas en un autobús de Londres), el número de agresiones contra personas LGTB+ en Inglaterra y Gales se ha incrementado un 144% entre 2014 y 2018 (de 4.600 incidentes reportados en 2014 se ha pasado a 11.600 en 2018).