EFE. ELDIARIO.ES.- Una pareja lesbiana franco-australiana que logró este mes que Bulgaria reconozca su estatus como matrimonio del mismo sexo exigió hoy que el país balcánico cambie su Constitución para adaptar su legislación al resto de la UE.
Kristina Palma, australiana de origen chileno, y la francesa Mariama Diallo, se casaron en Francia en junio de 2016 y viven desde finales de ese mismo año por razones laborales en Bulgaria, donde inicialmente rechazaron su condición de casadas.
El pasado 24 de julio el Tribunal Supremo Administrativo aceptó el recursos presentado por las dos mujeres, que podrán así vivir juntas en el país balcánico.
La Dirección DE Migración había emitido inicialmente un permiso de residencia para la australiana en concepto de esposa de la francesa, pero luego se negó a renovarlo, por lo que la pareja acudió a la Justicia, hasta llegar al Tribunal Supremo Administrativo.
En declaraciones a Efe en Sofía, Palma se mostró hoy muy satisfecha por el éxito judicial y por «un gran sentimiento de justicia» logrado.
«Sabíamos que tenemos derecho pero poco a poco, durante el proceso de lucha para este derecho, nos dimos cuenta que vamos mucho más allá del nuestro caso personal», dijo Palma.
«Eso fue lo que nos alentó. Porque al final los propios búlgaros verán que tienen y deben tener ese mismo derecho siendo ciudadanos europeos», agregó la australiana que trabaja en Sofía como consultora para una compañía internacional.
Después de conseguir que Bulgaria acepte el matrimonio gay de una ciudadana comunitaria con una no comunitaria, las dos piden ahora que el país balcánico cambie su Constitución.
La Carta Magna se define el matrimonio como «una unión voluntaria entre hombre y mujer», lo que en una primera instancia alegó la Justicia búlgara para rechazar la petición de la pareja.
«Ellos (los búlgaros) también son europeos y no deben existir dos niveles de ciudadanos europeos – búlgaros y los del resto de Europa», señaló Diallo.
Bulgaria es el país más pobre de la Unión Europea (UE), con una sociedad muy conservadora.
Según una encuesta de la agencia demoscópica Gallup, hecha a finales de 2018, un 78 % de los búlgaros rechaza el matrimonio entre personas del mismo sexo.
«No nos sorprende la decisión del Tribunal, ya que es la única posible en este caso», dijo por su parte, Veneta Limberova, de la ONG Deystvie («Acción», en búlgaro).
«Esperamos que las instituciones tengan en cuenta que la decisión tendrá un impacto sobre otras situaciones similares en las que los ciudadanos de la UE, incluidos búlgaros, ejercen el derecho de libre circulación dentro de la UE, y no desperdicien el dinero público de los contribuyentes como en este caso», concluyó.