EFE. LA VANGUARDIA.- El espionaje interior alemán comunicó hoy su decisión de adscribir tras años de observación al «Movimiento identitario de Alemania» (IBD), defensor de una «identidad nacional», a la ultraderecha.
La Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV) catalogó a los identitarios en junio de 2016 de «caso de sospecha», en particular por el trasfondo ultraderechista de algunos activistas, sus contactos con la extrema derecha, así como por numerosos delitos.
Esta clasificación permitió ya entonces tomar determinadas medidas de vigilancia contra la organización, aunque en los informes anuales de los servicios secretos del interior se especificaba que en lo que respecta a este movimiento, se estaba todavía ante unos «casos de sospecha».
La observación del IBD ha permitido a la inteligencia alemana establecer que «la fase de sospecha ha quedado sobrepasada» y determinar que los identitarios persiguen claramente «aspiraciones ultraderechistas contra el orden fundamental liberal democrático».
Según la BfV, este movimiento pretende «excluir de la participación democrática a las personas de origen no europeo y a discriminarlos de una manera que atenta contra su dignidad»; las posturas que defiende son «incompatibles con la Ley Fundamental» alemana, sostiene.
Para los identitarios, personas que no comparten una misma condición étnica no pueden formar jamás una cultura común; el multiculturalismo como expresión de una sociedad étnica plural equivale al «exterminio de la cultura».
Los servicios secretos del interior estiman que el IBD cuenta con unos 600 miembros y reconocen que el movimiento identitario, existente también en países como Francia, Austria e Italia, cuenta con una red a nivel europeo.
