Patricia Weisz: hay que pelear mucho para seguir combatiendo la xenofobia

, | 29 noviembre, 2013

memoriasvioletaRAFAEL PEÑA. EFE.- Su madre, Violeta Friedman, fue una de las supervivientes del campo de exterminio nazi de Auschwitz-Bikernau. Unos años después se convirtió en el icono de la lucha contra el negacionismo tras enfrentarse a un jerarca nazi en los tribunales y ganó. Hoy Patricia Weisz Friedman sigue la lucha que dejó su madre.

Con el nombre de «Fundación Violeta Friedman», desde finales del año 2010 -coincidiendo con el décimo aniversario de la muerte de su progenitora- Patricia Weisz (Caracas, Venezuela) ha enfocado su vida en la lucha para combatir los «extremismos, vengan de donde vengan».

Así se expresa en una entrevista con Efe con motivo de su presencia en Ceuta para pronunciar una conferencia sobre las vivencias de su madre y su batalla judicial contra el exgeneral de las Waffen SS, el jerarca Leon Degrelle, que fue un asilado en España.

«En España hay como 1.500 web nazis que esperamos que con la nueva ley, a través de una modificación del artículo 150 que prohibirá hablar del Holocausto, desaparezcan, aunque en Estados Unidos son legales, por lo que seguirá siendo un problema de forma indirecta», reflexiona.

Patricia Weisz, presidenta de la fundación que lleva el nombre de su madre, reconoce que «hay mucho camino por recorrer, hay que seguir luchando, nosotros, nuestros hijos y sus nietos incluso, porque hay que evitar la xenofobia, el racismo y la intolerancia porque conducen al odio y a muchos problemas que a la larga se ha demostrado que no sirve para nada».

Visiblemente emocionada cuando habla de lo que le ocurrió a su madre: «nosotros somos una miga más en la lucha pero si cada unos aportamos nuestro granito se pueden conseguir muchas cosas».

El negacionismo contra los campos de exterminio nazi es una de sus principales preocupaciones. «Hay, por desgracia, todavía muchas personas que niegan la existencia de esos campos y las cámaras de gas y está resurgiendo mucho en centro de Europa».

A nivel de España «hay importantes focos, sobre todo en lugares como Málaga o Madrid, por lo que nuestra fundación persigue que sea delito en España el Holocausto porque fue una de las luchas de mi madre».

Recuerda que su madre estuvo siete años de juicio contra Leon Dregelle hasta que ganó el caso. «En 1991 el Tribunal Constitucional le dio la razón mediante una sentencia en favor del derecho al honor del pueblo judío. Cuatro años después se modificó el artículo 607 del Código Penal donde negar el Holocausto era un delito en España pero en el 2007 una demanda en Barcelona hizo que el Constitucional quitara dos palabras del artículo y otra vez se permite en España negar el Holocausto».

No obstante, espera que «en breve» se modifique este artículo del Código Penal. «El ministro Ruiz-Gallardón nos ha comentado que ya está en trámite y que en breve volverá a ser delito. Somos optimistas para que se persiga el delito del odio», ha indicado.

Negar el Holocausto es algo que no entiende. «Los mayores son los verdaderos nazis pero los jóvenes que les siguen es que tienen una cierta incultura y la crisis crea esa inseguridad y ese afán de generar problemas».

La creación de un Centro para la Memoria del Holocausto en Madrid es otro de sus objetivos. «Es complicado encontrar este centro pero España es de los pocos países de Europa sin ningún museo ni centro para recordarlo y ojalá podamos conseguirlo porque hoy en día hay muchos edificios vacíos», señala a Efe.

Patricia Weisz está convencida de que el dolor vivido en Auschwitz-Bikernau por su madre y en otros campos de exterminio no sirvió para nada. «Ni tanto sufrimiento ni la muerte de más de diez millones de personas sirvió absolutamente para nada. Mi madre tenía 14 años cuando estuvo en el campo de exterminio, sólo sobrevivió ella y su hermana después de un año allí y ha estado 40 años en silencio porque era un tema tabú en casa».

En su casa, «todos los supervivientes tenían como norma el silencio y el miedo a revivir lo pasado pero a raíz de lo que escuchó de Leon Dregelle de negar el holocausto fue cuando empezó a expresar sus sentimientos y la ayudó psicológicamente, aunque haber perdido a toda su familia es una herida que nunca cicatrizaría».

«Cada vez hay menos supervivientes de los campos de exterminio», añade Patricia Weisz, quien tiene un mensaje de esperanza. «Somos entendidos y comprendidos por la sociedad para que no se olvide un tema que hay que mantener en la memoria para que no se vuelva a repetir», ha añadido.

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