El presidente de Gambia Yahya Jammeh ha instado a las personas homosexuales a no visitar su país si no quieren “arrepentirse de haber nacido”, tras calificar a la homosexualidad de diabólica y de contraria a Dios, la humanidad y la civilización.
En presencia de diplomáticos y dignatarios extranjeros, Yahya Jammeh aprovechó su discurso en la ceremonia de apertura del Parlamento de Gambia del pasado 28 de marzo para comunicar, entre otros asuntos, el posible final de la moratoria de la aplicación de la pena de muerte en su país, dado el incremento del número de homicidios, así como expresar su malestar por la forma en que sus conciudadanos son tratados en otros países. Pero también aprovechó parte de su discurso (que reproducimos a continuación) para lanzar una diatriba contra los homosexuales con unos argumentos que, no por despiadados, resultan menos curiosos:
“La homosexualidad está en contra de la humanidad. Nunca he visto un pollo o un pavo homosexuales… Si alguien es declarado culpable de homosexualidad en este país, no habrá misericordia para los infractores. Los pondremos en el ala femenina de la prisión.
Queremos que crezca la población. Habrá niños en este país. La homosexualidad está en contra de Dios, de la humanidad y de la civilización. Los homosexuales no son bienvenidos en Gambia. Si se les atrapa, se van a arrepentir de haber nacido. Tengo búfalos de Sudáfrica y Brasil, y nunca han tenido una cita entre ellos. Antes comeríamos hierba que transigir con esto. Permitir la homosexualidad significa permitir los derechos satánicos. No vamos a permitir que aquí haya homosexuales”.
No son las primeras declaraciones de Yahya Jammeh en este sentido. En 2008 amenazó con decapitar a todos los homosexuales que no abandonaran el país. En 2009 hacía un llamamiento al Ejército para detectar conductas homosexuales en su seno, que entonces también calificó de “diabólicas”. Más recientemente, en febrero de 2012, Jammeh insistía en que los derechos de las personas homosexuales no pueden considerarse derechos humanos.
Gambia, país mayoritariamente musulmán situado en la vecindad de Senegal, castiga las relaciones homosexuales con hasta 14 años de prisión. A diferencia de lo que ocurre en otros países, el castigo es en este caso común a hombres y mujeres: en el año 2005 el país “actualizó” su Código Penal para incluir también a las lesbianas.
