Los aficionados del equipo israelí aceptan a este jugador nigeriano en su equipo, pero piden cambiarle el nombre por ser éste islámico.
EFE.- Fanáticos del club israelí Beitar Yerushalaim dieron su visto bueno al fichaje del centrocampista nigeriano Alí Mohamed -que en un principio temían que fuera musulmán-, pero afirmaron que exigirán que no se le llame por su nombre, por ser éste islámico.
La contratación de Mohamed generó una fuerte polémica entre los aficionados del Beitar Jerusalén, que se caracteriza por las tendencias racistas de algunos de sus hinchas y por su tradición de oponerse a contratar jugadores árabes musulmanes.
«Tras una investigación exhaustiva sobre la identidad del jugador Alí, queremos anunciar que no tenemos problemas con él dado que es un devoto cristiano«, comunicó el núcleo más extremo de aficionados del equipo insignia de Jerusalén en una publicación en su cuenta oficial de Facebook.
La Familia, como se hace llamar este grupo, agregó que, desvelada su religión, su problema ahora no es con su identidad, sino con su nombre: «Nos vamos a asegurar de que se cambie el nombre del jugador para que el nombre Mohamed(Mahoma, nombre del profeta más importante del islam) no sea escuchado en Tedy(estadio del equipo)».
La publicación fue luego retirada de la plataforma tras generar una fuerte controversia, desencadenando incluso la reacción del propietario del club, Moshé Hogeg, que cuestionó duramente la postura de La Familia y señaló que recibió amenazas tras el anuncio del fichaje.
El jugador, por el cual el club desembolsará una cifra cercana a los dos millones de dólares, proviene del Maccabi Netanya y supone un fichaje importante para el Beitar, que busca mejorar su desempeño en la liga israelí tras una temporada con resultados adversos.
El Beitar de Jerusalén, conocido como el equipo de la derecha israelí y que se identifica en el país con una fuerte retórica antiárabe, ha intentado en los último años limpiar su reputación con una campaña contra el racismo en el fútbol.
La Familia es el ala más extremista y ultraderchista de aficionados y en el año 2013 generó problemas tras la contratación de dos jugadores musulmanes chechenos, que les llevó a boicotear al club durante buena parte de la temporada y a que algunos de ellos prendiesen fuego a parte de sus instalaciones.