Detenido un entrenador de fútbol por participar en una reyerta con padres de jugadores de su equipo

| 7 junio, 2019

El progenitor del arrestado niega los hechos y afirma que fue agredido por un policía local fuera de servicio junto con otras tres personas

F. JAVIER BARROSO. EL PAÍS.- El entrenador del equipo alevín del Club Deportivo Lugo de Fuenlabrada y su padre resultaron detenidos el pasado 18 de mayo tras la finalización de un encuentro por delitos de lesiones y atentado a la autoridad al verse implicados supuestamente en un altercado con padres de niños del propio equipo, según han confirmado fuentes de Policía Local. El padre del entrenador, Antonio T. E., ha negado que su hijo iniciara la discusión y afirma que fueron agredidos a la salida del encuentro por un policía local que estaba fuera de servicio junto con otros tres hombres. Su hijo, de 27 años, ha tenido que ser intervenido de una mano.

Según fuentes municipales, la reyerta se produjo en el aparcamiento de los campos de fútbol de El Naranjo, donde se inició una discusión entre el entrenador y su padre, contra otros padres de niños del equipo. En ese momento, un policía local que estaba fuera de servicio y que había acudido a los campos a presenciar otro encuentro intentó mediar en la discusión, que poco a poco iba subiendo de tono. Tras identificarse como agente, el altercado no solo bajó de intensidad, sino que se llegó hasta el punto de que el padre del entrenador sacó una navaja.

El agente pidió refuerzos y el incidente se saldó con la detención del hombre que blandió el arma blanca y de su hijo. Acudieron dos coches patrulla de la Policía Local y de la Policía Nacional. Ambos quedaron en libertad con cargos, acusados de los delitos de lesiones y de atentado contra agente de la autoridad.

El padre del entrenador niega la versión de la Policía Local y mantiene que salían los dos junto con la novia de su hijo. Momentos antes, habían mandado al teléfono móvil del entrenador mensajes amenazantes. Cuando estaban en los exteriores, se presentó el tío de uno de los jugadores que se presentó como policía local, enseñando la placa. El progenitor le mostró su carné de minusválido. «Me contestó que eso se lo pasaba él por los huevos. Hizo un gesto a otros tres hombres, entre ellos el padre del jugador y su cuñado», refiere Antonio.

Comenzó entonces «una agresión» hacia los tres -el entrenador, su novia y el propio Antonio-, en la que, según su versión, tiraron a su hijo al suelo y le dieron una fuerte patada en una mano. Un tercero sacó una defensa extensible con la que también golpeó la mano. Otro de los atacantes le propinó un puñetazo en el pecho a Antonio, mientras también la atacaban por la espalda.

Al lugar acudieron dos coches patrullas que se llevaron detenido al entrenador y a su padre. Les hicieron un primer reconocimiento en el hospital, pero los agentes no les permitieron que se quedara ingresado, según su versión. Fueron trasladados a los calabozos de la comisaría, pero al poco tuvieron que regresar al centro hospitalario ya que la mano le dolía cada vez más y se estaba oscureciendo por el hematoma. «A mi hijo lo han tenido que operar ya una vez y no sabemos si habrá una segunda. Todavía no he tenido tiempo de denunciarlos a todos, porque lo primero es la salud de mi hijo. Desde luego esto no se va a quedar así y no se va a manchar la imagen de mi hijo, que encima fue amenazado», concluye el padre.

El CD Lugo ha anunciado que ha prescindido de los servicios del entrenador que fue detenido, así como de los jugadores cuyos padres se vieron implicados en la refriega, según fuentes municipales. Antonio también niega este hecho, ya que tienen actas oficiales de que los alevines (de 12 años) jugaron un partido oficial el viernes siguiente a los incidentes.

Fuentes municipales han circunscrito estas medidas en el protocolo contra la violencia en el deporte que varios clubes del municipio rubricaron hace unos años.

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