La Red Estatal de Familias Monoparentales presenta una queja ante el organismo por un informe del think tank The Family Watch que asegura que «la carencia de padre está en la base de la pobreza, la delincuencia o el embarazo de adolescentes». El estudio, hecho público el pasado 19 de marzo con motivo del Día del Padre, vincula la ausencia de «figura paterna» con la baja autoestima y la «precocidad sexual» en las niñas y con el fracaso escolar en los niños. Las familias monomarentales apuntan a que se trata de «una gravísima discriminación y estigmatización» y las organizaciones LGTBI señalan que el estudio «tiene un sesgo marcadamente heteropatriarcal»
MARTA BORRAZ. ELDIARIO.ES.- «La carencia de padre está en la base de la mayoría de los problemas sociales más urgentes, desde la pobreza y la delincuencia hasta el embarazo de adolescentes, el abuso infantil y la violencia doméstica». «Estudios demuestran que existe una clara relación entre pobreza y ausencia de padre». Son algunas de las afirmaciones incluidas en un estudio impulsado por la organización The Family Watch (Instituto Internacional de Estudios sobre la Familia) y que ha llevado a la Red Estatal de Entidades de Familias Monoparentales a presentar una queja ante el Defensor del Pueblo por vulneración de derechos fundamentales.
El estudio La importancia de la figura paterna. Consecuencias en la educación de los hijos, presentado hace unas semanas con motivo del Día del Padre, enumera una ristra de consecuencias que, según la organización, conlleva la ausencia «física o psíquica» de padre. Entre ellas, algunas generales como la «feminización de la pobreza» –y cita explícitamente a las familias monomarentales (la mayoría son mujeres)– y otras según el género de los menores: para ellos, escaso rendimiento académico y abandono escolar, dificultades para entablar relaciones estables y conductas violentas. Para ellas, baja autoestima, «precocidad sexual» y comportamientos delictivos.
The Family Watch ha colgado en su página web algunas infografías sobre el informe y la nota de prensa de su presentación, en la que apunta a que «existe una clara relación entre pobreza y ausencia del padre» y afirma que esta situación «está detrás de la mayoría de los casos de delincuencia juvenil». Además, concluye que «los niños que han crecido sin padres son más proclives a no querer asumir responsabilidades con sus hijos».
El estudio ha sido elaborado por María Calvo Charro, profesora de la Universidad Carlos III de Madrid y una férrea defensora de la educación diferenciada entre niños y niñas. Charro es autora de libros como Alteridad sexual: razones frente a la ideología de género o Los niños con los niños, las niñas con las niñas. El derecho a una educación diferenciada. La docente comparte patronato con Alberto Ruiz-Gallardón y Adolfo Suárez Illana en la fundación Red Madre, la organización antiabortista citada frecuentemente por el PP para defender su postura respecto a la interrupción voluntaria del embarazo y la maternidad.
La queja ante el Defensor del Pueblo, presentada este mismo lunes por la Red Estatal de Entidades de Familias Monoparentales, coordinada por la Federación de Asociaciones de Madres Solteras, denuncia que el contenido del estudio «representa una gravísima discriminación y estigmatización» de las familias monomarentales y de los niños y niñas que crecen en ellas, además de reproducir «estereotipos que no respetan la diversidad y perpetúan la discriminación».
Un informe similar en 2015
El informe completo, del que se hicieron eco varios medios de comunicación, no figura en la página web en la que la organización ha colgado varios materiales al respecto, pero las referencias que sí incluyen coinciden con un informe de título similar impulsado por la misma organización, fechado en 2015 y firmado también por Calvo Charro: «La importancia de la figura paterna en la educación de los hijos. Estabilidad familiar y desarrollo social«. A las preguntas sobre este medio sobre si se trata del mismo informe, el think tank responde negativamente, pero descarta hacer público el nuevo estudio.
El de 2015 alude a que el feminismo ha provocado «un oscurecimiento de lo masculino», con lo que «la función paterna ha sido devaluada progresivamente». Así, hace afirmaciones como que el único padre aceptado socialmente es aquel que «es una especie de segunda madre o una ‘mamá bis'». «En este ambiente, madres solteras, abandonadas, separadas o divorciadas intentan criar solas a sus hijos, en ausencia absoluta de un modelo paterno, con la creencia infundada de que ellas se bastan y sobran», prosigue.
En el mismo sentido de lo que The Family Watch presentó el pasado 19 de marzo, este estudio hace un recorrido por las consecuencias que, a su juicio, tiene crecer en una familia sin padre, entre ellas, que los menores «se lancen en su juventud a comportamientos asociales, violentos, agresivos e incluso tendencias homosexuales». Además, cita varios datos que aluden a que altos porcentajes de los hombres que están en prisión, se suicidan, cometen asesinatos o violaciones, se van de casa o están en centros de desintoxicación «provienen de familias en las que solo estaba la madre». «La función materna y la función paterna no son iguales ni intercambiables», concluye.
Discriminación y estigmatización
La reclamación de las familias monomarentales, que piden amparo al Defensor del Pueblo, se une así al rechazo del estudio que ha hecho público también la Red Estatal de Entidades de Familias LGTBI, que han emitido un comunicado en el que califican las afirmaciones de The Family Watch de «auténticas aberraciones» que «van en detrimento de las valoraciones en igualdad de todos los modelos familiares».
Las organizaciones LGTBI señalan las referencias científicas que avalan que los hijos e hijas de familias en las que no hay padre «no presentan rasgos diferenciadores significativos con quiénes viven en familias heteronormativas» y apuntan a que el estudio «tiene un sesgo marcadamente heteropatriarcal». «Asumimos pues que la señora Calvo cree que los hombres y las mujeres no somos iguales y que nuestro rol en la familia debe seguir siendo distinto y por ende no generar relaciones igualitarias para, a su entender, evitar la delincuencia».
En este sentido, la reclamación de las familias monomarentales recopila estudios y datos que ponen de manifiesto el error de considerar la monoparentalidad en sí misma como un factor de riesgo del desarrollo infantil y adolescente y apunta a que el informe responde a «presunciones y especulaciones» y «contribuye al ataque directo a cualquier modelo familiar que no sea el hetero-tradicional de padre y madre». En este sentido, estas familias hacen hincapié en que son otros factores «los responsables de los efectos negativos de los menores en estos hogares», entre ellos, «la ausencia de recursos económicos, los problemas de conciliación, la precariedad laboral y la falta de oportunidades». Nada que ver con la ausencia de la «función paterna».
La Red Estatal de Entidades de Familias Monoparentales ha pedido la intervención del Defensor del Pueblo con el objetivo de que se tomen medidas para que el informe deje de difundir «como científicas y concluyentes afirmaciones basadas en estereotipos, manifestaciones ofensivas, estigmatizantes y discriminatorias contra los menores». Además, demanda al organismo que traslade la queja al Defensor Universitario de la Universidad Carlos III y le pide que recomiende la aprobación de una ley integral de familias monomarentales «que acabe con la discriminación y vulnerabilidad de nuestras familias».