En el tiroteo, cometido hace una semana por un supremacista, murieron 50 personas. El presunto atacante, el australiano Brenton Tarrant, comparecerá el próximo 5 de abril ante el Tribunal Superior
EFE. RTVE.- Nueva Zelanda ha recordado este viernes con dos minutos de silencio la muerte de 50 personas en el ataque contra dos mezquitas de la ciudad de Christchurch, en la Isla Sur, cometido hace una semana por un supremacista y considerado el peor atentado de su historia moderna.
«El viernes en la mezquita vi el odio y la rabia en los ojos del terrorista que mató a 50 personas, hirió a 48 y rompió el corazón de miles en todo el mundo», ha dicho el imán Gamal Fouda, de la mezquita de Al Noor, escenario de la masacre y donde murieron 42 personas.
«Hoy, desde el mismo lugar veo el amor y la compasión en los ojos de miles de compañeros neozelandeses y seres humanos en todo el mundo», ha agregado el imán en la retransmisión por la radio y televisión pública de la llamada a la oración musulmana y tras los dos minutos de silencio en todo el país a las 13.32 horas (00.32 gmt).
La primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, ha acudido para honrar la memoria de los fallecidos al parque Hagley, frente a la mezquita Al Noor, donde también se encontraban miles de musulmanes y ciudadanos de a pie, bajo el fuerte resguardo policial.
Poco antes del tributo, Ardern, vestida de negro y con un velo islámico, saludó en árabe y expresó, en alusión a las creencias musulmanas, que «cuando una parte de ese cuerpo sufre, todo el cuerpo siente el dolor».
«Nueva Zelanda está de luto con vosotros. Somos uno», subrayó la mandataria.
Muchos de los musulmanes acudieron al lugar en su ropa diaria, otros con las tradicionales túnicas y la gorra musulmana, los varones estaban en la alfombra para las oraciones, las mujeres en un área separada con sus hijos pequeños y detrás de los fieles, el público en general, según las imágenes televisadas.
«Esta reunión aquí con todos los colores de la diversidad es un testamento de nuestra humanidad unida. El amor nos redimirá», ha dicho el imán en un discurso en inglés en el que agradeció al pueblo de Nueva Zelanda por «sus lágrimas, por sus haka (danza ceremonial maori), por sus flores, por su amor y su compasión».
«Nos han roto el corazón, pero no nos han quebrado. Estamos vivos, estamos unidos y determinados a que nadie nos divida», ha agregado, quien ha pedido a los gobiernos del mundo «poner fin al discurso de odio y la política del miedo».
La Policía neozelandesa identificó la víspera a todas las víctimas, mientras que las familias entierran desde el miércoles a sus muertos, en medio del fuerte apoyo de la comunidad neozelandesa que se une tras el lema «Somos uno, ellos somos nosotros», que acuñó Ardern tras la tragedia.
Tarrant comparecerá el próximo 5 de abril ante el Tribunal Superior
Asimismo muchas mujeres se colocaron un velo en el marco de la campaña de solidaridad con las mujeres musulmanas que han sido acosadas o temen salir a las calles por su fe, especialmente después del ataque.
Una de ellas fue la agente de la Policía neozelandesa, Michelle Evans, quien resguardó el cementerio Memorial Park, en donde se enterrará a un gran número de víctimas, con un velo islámico (hijab) y una flor en su chaleco antibalas, según una fotografía publicada por el portal de noticias Stuff.
La mandataria anunció el jueves la prohibición de las armas militares semiautomáticas y rifles de asalto, así como los cargadores de alta capacidad y las piezas que puedan convertir armas en rifles militares semiautomáticos, que espera sea aprobada a mediados de abril.
La medida se adopta después de que el presunto atacante, el australiano Brenton Tarrant, de 28 años, adquiriera cinco armas, dos de ellas semiautomáticas, que según las autoridades modificó, para ampliar su poder de destrucción.
Tarrant comparecerá el próximo 5 de abril ante el Tribunal Superior de Nueva Zelanda para responder por un cargo de asesinato, aunque se espera que se formulen otros más antes de esa fecha, en la que el acusado asumirá su defensa legal, en medio de preocupaciones de que apueste por un discurso neonazi.