La Policía germana contabilizó 1.646 ataques, de los 62 fueron de carácter violento y se saldaron con 43 personas heridas
COLPISA / AFP. LAS PROVINCIAS.- Los actos y la violencia antisemitas registraron un fuerte aumento en 2018 en Alemania y alcanzaron su nivel más alto en casi diez años, una situación que preocupa al gobierno, enfrentado además al auge de la extrema derecha. Este creciente antisemitismo se produce cuando otros países están confrontados a un fenómeno similar, en particular Francia, donde la comunidad judía exhortó a una «reacción nacional».
En Alemania, país cuya identidad nacional está ampliamente marcada por el arrepentimiento por el Holocausto, el año pasado se contabilizaron un total de 1.646 actos antisemitas, es decir 9,4% más que en 2017. Estos datos preliminares de la policía alemana fueron transmitidos a solicitud del grupo parlamentario de izquierda radical Die Linke. La AFP obtuvo una copia del documento. Los actos violentos de carácter antisemita pasaron de 37 a 62, provocando 43 heridos, según estos datos de la policía alemana.
El presidente del Consejo Central de Judíos en Alemania, Josef Schuster, denunció este miércoles «una tendencia aterradora», y pidió «un compromiso más fuerte y urgente contra el antisemitismo de los políticos, la policía y la justicia». Y, «si pensamos en todos los actos que no son criminales, las cosas son todavía más preocupantes», añadió el responsable de esta comunidad que cuenta con unos 200.000 miembros en Alemania.
Los crímenes y delitos antisemitas están así a su máximo nivel desde 2009 (1.690 actos), y hay que remontarse a 2007 para hallar un número equivalente de violencia antijudía (64). Igual que otros países occidentales, se observa con inquietud en Alemania la emergencia del antisemitismo, junto a otras formas de racismo, que se han incrementado en tiempos de creciente polarización social y política.
Reformas legislativas
El gobierno alemán aseguró en 2018 estar enfrentado a dos formas de antisemitismo. Uno está vinculado a la extrema derecha, pero el otro está relacionado con el enorme flujo de migrantes y refugiados que llegaron a Alemania a partir de 2015, en su gran mayoría musulmanes. Ello facilitó la emergencia del partido antimigración de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), que desde 2017 constituye el mayor grupo opositor en el Parlamento.
Varios dirigentes de AfD, además de criticar al islam y las políticas multiculturalistas, han hecho comentarios negando parcialmente la importancia del Holocausto judío. El colíder de esta formación, Alexander Gauland, calificó el exterminio de judíos y otras minorías como «pequeña mancha en más de 1.000 años de éxitos en la historia de Alemania». Otro dirigente de la AfD, Bjoern Hoecke, ha criticado el memorial del Holocausto en Berlín, calificándolo de «monumento de la vergüenza».
Schuster, así como otros dirigentes de la comunidad judía, han acusado a la AfD de fomentar el odio hacia los refugiados, sean musulmanes o judíos. En este contexto, la canciller alemana Angela Merkel decidió en 2018 designar por primera vez un delegado gubernamental para la lucha contra el antisemitismo. La canciller ha expresado su preocupación por el creciente número de actos antijudíos en Alemania y el resto de Europa, en un contexto de creciente presencia de partidos de extrema derecha.
El antisemitismo también ha ocupado primeras planas de los medios de comunicación en Francía, tras un fin de semana con varios actos de vandalismo. La imagen de Simone Veil -una respetada figura de la política francesa, que fue deportada a los 15 años a Auschwitz- fue cubierta con una esvástica, mientras que el tag «Juden» (Judíos, en alemán) fue trazado en la vitrina de un restaurante parisino. Además, un árbol a la memoria de Ilan Halimi fue aserrado. Este joven judío murió a los 23 años, tras haber sido secuestrado y torturado por varios individuos en 2006.