EFE / ANTONIO TORRES DEL CERRO. 20 MINUTOS.- Recibe diez insultos racistas u homófobos cada minuto en las redes sociales, le encanta usar pelucas y es de origen marroquí. Su nombre es Bilal Hassani, tiene 19 años y acaba de ser escogido candidato de Francia al festival de Eurovisión.
Sus seguidores sueñan que triunfe como Conchita Wurst -la «drag queen» austríaca que venció en la edición de 2014-, mientras que sus detractores se ensañan en insultarle bajo el anonimato de internet por un doble prejuicio: su orientación homosexual y su origen magrebí.
«Casi nunca respondo a los ‘haters’ (‘odiadores’). Si lo hago, lo hago una vez cada tres meses e intento hacerlo con humor, sin tomarlo muy en serio», comentó hoy el joven a la emisora «France Inter», después de ser escogido el sábado por la audiencia televisiva como estandarte francés en la 64 edición de Eurovisión.
Inspirado en cantantes como Rihanna o Freddie Mercury, su tema «Roi» («Rey») sedujo al 36 % de los telespectadores con una letra en la que mezcla el inglés y el francés y en la que reivindica su singularidad ataviado con un vestido negro adornado con lentejuelas a lo Michael Jackson. «Me encanta llevar pelucas. Las reglas que te dicen cómo vestirme, qué debo hacer, cómo me tengo que comportar, me las salto.
Y eso me divierte», asegura en uno de sus exitosos vídeos que cuelga en Youtube, donde cuenta con 800.000 seguidores. Nacido el 9 de septiembre de 1999 en París y criado por su madre, el joven de redondas gafas, amplia sonrisa y cejas pobladas trasluce optimismo y buen humor.
Empezó a labrar su carrera de artista en 2015, cuando destacó en el concurso televisivo The Voice Kids. Desde entonces, su canal Youtube ha ido seduciendo a seguidores y algunos de sus vídeos han tenido millones de visualizaciones, como uno colgado hace siete meses en el que relataba su dura experiencia escolar. En cada entrevista que concede, la intolerancia de la que fue objeto es un tema recurrente.
«La escuela fue especialmente difícil, porque mis compañeros no eran nada simpáticos conmigo. Yo era un chico que bailaba, cantaba. En un principio, pensé que era porque no les gustaban los artistas, pero poco a poco fui comprendiendo que les molestaba que fuese afeminado», dijo el cantante, que rechaza ser símbolo de ningún tipo de lucha.
El torrente de amenazas e insultos que Hassani ha recibido ha llevado a denuncias públicas por parte de las ONG francesas que combaten la homofobia.
«Debido a la impresionante oleada de odio, nos uniremos para demandar a cada persona que le ha insultado, discriminado o amenazado en las redes sociales», alertaron en Twitter STOP Homophobie y Urgence Homophobie.
La exposición mediática del cantante franco-magrebí coincide con el lanzamiento de un plan gubernamental para combatir la homofobia y la transfobia en la escuela («Todos iguales, todos compañeros»). Una medida que el cantante juzga ineficaz: «Cuando veía ese tipo de carteles en la enfermería de la escuela, no me daba la impresión de que sirviesen para cambiar actitudes».
A pesar de las coacciones e insultos, Hassani ha recibido el respaldo del Ejecutivo francés, que le felicitó por medio de la secretaria de Estado de Igualdad, Marlène Schiappa. «Sé tú mismo y no te fijes en los demás», le pidió en un mensaje en Twitter. El próximo mayo la voz ligeramente áspera del joven parisino competirá en Tel Aviv (Israel) con el objetivo de llevar a Francia a lo más alto, algo que no sucede desde 1977, cuando se impuso Marie Myriam con «L’Oiseau et l’Enfant». «Siempre estuve orgulloso de ser francés, porque es un país que amo. Me ha dado la oportunidad de ser el rostro de Francia en Eurovisión, el concurso que sigo desde que soy pequeño», agradeció Hassani